Saludos, amigos cinéfilos.
Conocía las bondades de esta página web, pero no fue hasta el día de hoy cuando me decidí a puntuar una película y redactar su consiguiente crítica.La maravillosa obra maestra que nos ocupa ha encendido en mí una miríada de sensaciones que paso a enumerar; jamás me emocionó nada con tal pureza desde que participé, aún mozalbete, de figurante en "Salida de los Obreros de la Fábrica" de nuestros admirados padres primigenios, los Hermanos Lumière. Por otra parte creí impensable que mientras viviese volviera a paladear un desarrollo de personajes a la altura del que nos regaló esa genial segunda parte de El Padrino. Por último, pero no menos importante, destacar la exquisita y al tiempo eficaz labor de dirección de este prometedor prospecto cineasta que representa el bueno de David Sandberg, que por momentos haría arrebolar las mejillas de mi buen amigo John Ford.
Podría continuar de esta guisa hasta que viniera a buscarme la Parca, pero soy esclavo de la inexorable limitación de caracteres.
Se despide con una sonrisa en la cara y el espíritu lleno de júbilo su centenario amigo Kreiko. Que Dios les guarde.