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Spain Spain · Pasajero 58
floïd blue rating:
10
TV Series. Animation. Comedy. Kids The Road Runner Show was an animated anthology series which compiled theatrical Wile E. Coyote and Road Runner cartoons from the Looney Tunes and Merrie Melodies, which were produced by Warner Bros. Cartoons between 1948 and 1966. The Road Runner Show ran for two seasons on CBS (1966–68), and then on ABC for two seasons (1971–73). There were two Road Runner/Coyote cartoons during each episode, with another WB animated character(s) in ... [+]
Language of the review:
  • es
April 24, 2010
58 of 61 users found this review helpful
De entre todas las series de dibujos animados de aquellos años, casi por encima del Conejo de la suerte, e incluso del canario Piolín, sobresalía ésta con el pájaro y el coyote.
Bugs Bunny eludía la muerte una y otra vez, Piolín igual y El correcaminos lo mismo; y todos con un aplomo digno de alabanza.
Pero era la serie del correcaminos la que sin duda más impresionaba debido a dos peculiaridades:

- No había diálogos; ni el coyote ni el correcaminos intercambiaban una sola palabra. Al contrario, Bugs Bunny no paraba de hablar ni de burlarse de Elmer y Piolín igual con el gato, pero el correcaminos, también con un gran desprecio por el depredador que se le quería comer, sólo emitía un agudo sonido: bip-bip... Y desaparecía a toda velocidad.
- La otra peculiaridad era los parajes áridos del desierto, las carreteras infinitas y desiertas completamente... y el coyote. El coyete: un ser silencioso, un obrero incansalbe... con un único objetivo: comer. Eran ellos dos solos.

Esa labor tan sacrificada del coyote, siempre provisto con explosivos ACME, con trampas ACME, con detonadores y cohetes ACME, en el fondo, remite al pensamiento fatalista de los clásicos; ocasiona un fuerte desasosiego el hecho de ver en él lo que es luchar una y otra vez por un objetivo a todas luces inalcanzable.
El coyote era valiente, y aunque al final siempre desaparecía de escena hecho polvo, más de una vez deseabas verle al final comiéndose al jodido pájaro.

Nunca alcanzaba al correcaminos, encima, cada intentona suponía morir mil veces cayendo en sus propias trampas.
El pobre coyote... Se le escapaba el correcaminos, caía de un precipicio interminable y antes de asomar la cabeza le caía el pico del precipicio y luego la roca redonda para remate. Te reías, eso sí…
Era de admirar la perseverancia, la insistencia del coyote por coger al correcaminos, nunca se rendía, y, no sé porqué, en cada trazo de su dibujo el personaje daba la impresión que era consciente que jamás le atraparía.
Bip-bip.
floïd blue
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