La película más rara de Wesley Snipes. Adelantar que esta película está dirigida y escrita por Mario Van Peebles, un segunda división (o Regional, no sé) en el cine de acción y de artes marciales; no todo el mundo triunfa y como tampoco se trata de echar leña al fuego, diremos que dirige la trama con respetables maneras, al menos para lo que el producto pretende. Lo que está claro es que la película es para incondicionales de nuestro héroe Wesley, el hombre mala suerte que no pierde su sarcasmo y buen humor aunque le estén pateando, y nos hablará en off para darse ese aire de solitario sin remedio que confía que aunque vaya solo por la vida, alguien le escuchará.

Podrás despotricar de la película pero tiene su punto curioso y su punto sádico, y no creo que sea ninguna parodia y menos de Pulp Fiction, pues dentro de la temática de asesinos en serie hay centenares de películas y por la estructura presentada también podría acercarse a La prueba del crimen (2006). De cualquier manera es un extraño film que aparte de los actores mencionados, cuenta además con una sorprendente Cybill Shepherd, ya madura, y Luis Guzmán que cuando no hace de poli hace de gangster. La película empieza con una diseminación de situaciones que irán menguando hasta confluir en el meollo de la cuestión.

Sólo por ver a Wesley acompañado a la fuerza por la chica de turno en esas situaciones tan ridículas, de acuerdo, pero al mismo tiempo, tan de película, ya merece la pena. Estas son las películas de Wesley y esto es como todo, hay a quien le gusta los restaurantes de diseño que te presentan un pequeño rombo de rodaballo salvaje en medio de un plato inmenso, y hay quien le gusta más un bareto cutre y la tapa de patatas con alioli que te ponen con la caña.