Un camino largo y oscuro es el de la venganza.

Sed de venganza es la venganza en su máximo exponente, y para hablar de ella está Billy Bob Thornton, atención a su performance con Kenny Rogers cantando Just Dropped In como si fuera El Nota, esta secuencia habla del trato serio de la película. Carla Gugino como su colega está de un atractivo tal que uno piensa que es la compañera que todos hubiéramos deseado tener en el trabajo...

Billy Bob Thornton es un policía con una presentación clave. Está divorciado, como es muy clásico en este tipo de personajes, y tiene un hijo con sobrepeso que no sabe jugar al baseball, ni falta que hace dice su padre quitándolo importancia.

Hay que valorar esta película por su planteamiento y lo que representan los personajes, y aceptar lo inverosímil (que lo hay) del film como real para que se cumpla el mensaje y así, de paso, la acción encontrará sentido. El policía se acuesta con su hijo por la noche, se ve que al niño eso le pone contentísimo (el pobre no sabe cómo es su padre, los niños no saben nada de la vida de los mayores) y el policía le habla con cariño para que no se preocupe por las cosas y se duerma tranquilo; pido perdón por hablar de esta escena pero no he podido evitar recordar que lo hacía yo también.

El caso es que el policía se propone hacer su último trabajo, atrapar a La Roca, un Dwayne Johnson férreo, impío. El conductor tiene sus razones de peso para la venganza pero no destila odio, tiene sus objetivos apuntados.

No hay una película igual a otra, pero las buenas consiguen originalidad y ésta algo de eso consigue a pesar del personaje del asesino que es un molde que parece fuera de lugar pero no, tiene su puesto en el argumento. Sed de venganza es una carrera que resalta el mensaje religioso entre la venganza y el perdón. Hubiera podido existir más historia con Carla, porque lo merecía.

El mundo está lleno de películas buenas y curiosas como ésta, que a muchos no les ha gustado, pero tiene a Carla, tiene sus detalles y bastante sensibilidad.