Todo un homenaje al más grande del terror gótico, Poe, lleno de viejos conocidos para los amantes del género. Si normalmente Corman tiene que tirar de imaginación para sacar hora y media de película adaptando cuentos del genial escritor, esta vez, junto a Richard Matheson (sí, el de Soy leyenda) lo lleva al límite sacando toda una película de apenas un poema, con el aliciente añadido de transformar una obra profunda sobre el conflicto entre el deseo de recordar y el deseo de olvidar en una comedia de aventuras muy resultona.

La trama es un delirio lleno de fantasía y ningún terror, pero te mantiene entretenido y enganchado, sobre todo por el carisma que desprenden los personjes, sobre todo Price, Lorre y Karloff, que están en su salsa. Actuaciones más que notables teniendo en cuenta que Corman daba la toma por buena si el diálogo era medio parecido a lo que pusiera en el guión, una o dos tomas como mucho. Además podemos ver a un jovencísimo Jack Nicholson haciendo sus primeros pinitos.

La ambientación muy bien conseguida, como en todas las del ciclo Poe, y, sí, seguramente con material mil veces reciclado y que habremos visto en mil cintas pero no por ello menos efectivo. No acompañan tanto los efectos, cutres a mas no poder, incluso hay escenas en exteriores en las que el decorado no pasa de ser un dibujo más o menos creíble. Pero bueno, en estás pelis es lo que menos importa y más se puede perdonar, es fácilmente compensable con un poco de imaginación.