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Antonio Morales rating:
8
Western Jessica Drummond (Barbara Stanwyck) is a despotic landowner who, with a posse of hired guns, has made herself the law of Cochise County, Arizona, with the weak-willed sheriff Ned Logan (Dean Jagger) knuckling under to her demands. One day, Griff Bonnell (Barry Sullivan), a one-time gunfighter turned United States Marshall, arrives with his brothers Wes (Gene Barry) and Chico (Robert Dix) to restore democratic law and order to Cochise ... [+]
Language of the review:
  • es
May 12, 2017
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Fue el tercer western de Fuller, se abre de forma majestuosa: vestida de negro sobre un caballo blanco, Jessica Drummond (Stanwick) cruza la pantalla con cuarenta jinetes detrás de ella, su rancho se llama “Los dragones”, se trata de una amazona con látigo, una mujer fuerte y curtida física y moralmente. Pero se ha cruzado en el camino de la pradera con Griff (Barry Sullivan) y sus hermanos que son Marshalls contratados para pacificar el país. Ella es el último de los hacendados a domesticar, junto a su hermano pequeño por el que siente debilidad. Se dilucida una inminente batalla entre el orden y el caos.

Los hermanos Bonnell son una nueva imagen de los hermanos Earp de OK Corral, una estilización notablemente auténtica de las prácticas de pacificación violentas de un periodo donde los grandes imperios como el de Jessica empezaban a decaer o conformarse en consorcios ganaderos como el de Johnson en Wyoming que tan magistralmente recreó “La puerta del cielo” de Michael Cimino. A Fuller le interesa que el dolor duela y que la crueldad sea cruel, la muerte sea mortal y la pasión incontenible, arrasadora. Su cine es disonante, crispado e inesperado.

Un film que hermana el lenguaje del cine con el cómic, de sobreentendidos donde las miradas lo dicen todo, lleno de gestos simbólicos. Disfruta de una excelente fotografía en un blanco y negro de matices y contrastes, su formato en Cinemascope para la Fox, le otorga una especial belleza para reflejar unos cuidados encuadres, de picados y contrapicados y la fuerza bruta de la naturaleza en su paisaje y viento huracanado. Cuenta con una gran actriz en decadencia, pero que sabía sacar el tarro de las esencias. Jessica (Barbara Stanwick), una mujer hecha a sí misma, una ranchera que lidera a los 40 pistoleros del título del film, figura matriarcal en un territorio despoblado de familias verdaderas.

Un western moderno sin fecha de caducidad alguna, repleto de digresiones en su estilo visual y formulación narrativa, muy iconográfico respecto al género pero, a la vez, muy distinto del clasicismo frontal en la exposición de sus señas de identidad. En este film. Fuller muestra a los bandidos de forma realista, como delincuente juveniles que disparan por la espalda, y los supuestos héroes no lo parecen porque necesitan siempre el apoyo de uno o dos rifles más para enfrentarse a su oponente. Samuel Fuller se muestra disconforme y febril, apostando por un Oeste realista.
Antonio Morales
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