1944, es una película de Estonia. Al final de la misma hay una dedicatoria a favor de todos los estonios que lucharon por su Independencia. Estonia, es un país pequeño, aplastado en su momento tanto por la influencia de Alemania como de la Unión Soviética. Podemos decir que fue un país satélite que de manera intermitente pasaba de un bando a otro, algo que fue muy evidente en la Segunda Guerra Mundial. Por Estonia se cebaron tanto los ejércitos nazis como los soviéticos; atrapados por gigantes, sus pobladores fueron víctimas de ambas voluntades de dominio. Así pues vemos en ésta 1944, a los estonios, a sus soldados, tanto sirviendo con los nazis como con los rojos, a la hora de la verdad, fueron lealtades impuestas por la fuerza de las circunstancias. Los estonios ni querían a Hitler y tampoco a Stalin. Atrapados por la geografía padecieron los horrores de la guerra, algo que la película desea remarcar con todo el dramatismo del caso. Las escenas bélicas están muy bien logradas, sobretodo, al comienzo, aunque lo más importante de la película es su mensaje anti-belicista, el de ofrecer una visión absurda de la guerra, como lo son todas las guerras.