Vaya por delante que entiendo a todos los que le dan un sobresaliente.
Como obra de teatro también estoy a favor de esas votaciones, pero estamos hablando de que es una película, y en ciertos momentos llega a ser tediosa, rozando el aburrimiento, lo que ocurre es que estando en escena sobre todo Anthony Hopkins e Ian McKellen es un espectáculo por sí solas, una master class interpretativa sobre un escenario; pues eso, teatro, del bueno eso sí.

El reparto es de lo mejorcito que hay, y sus interpretaciones están a la altura que se espera de ellos, sobresalientes.
Todo lo que rodea a los dos decorados en los que transcurre la película, iluminación, puestas en escena, fotografía...todo todo tratado con exquisito tacto y cuidado, una maravilla.
Como no puede ser de otra manera en el teatro, los diálogos toman un papel principal, dejando de lado la acción, y esto en una película es fundamental, dinamizar la trama.
Aquí hay un estancamiento de la trama, todo gira en si se va a poder realizar la obra de teatro o no por el estado de salud de uno de sus personajes principales, diálogos y más diálogos (muy buenos, eso sí), redundando en la incertidumbre inicial, y nada más (y nada menos interpretativamente).

Si te sientas a verla con la predisposición de ver una obra de teatro, es muy buena.
Pero si te sientas con la intención de ver una película, puede llegar a aburrir (como me pasó a mí).