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Vivoleyendo rating:
9
8.4
129,067
Drama
Cidade de Deus (City of God) is a housing project built in the 1960's that--in the early 80's--became one of the most dangerous places in Rio de Janeiro. The tale tells the stories of many characters whose lives sometimes intersect. However, all is seen through the eyes of a singular narrator: Busca-Pé, a poor black youth too frail and scared to become an outlaw but also to smart to be content with underpaid, menial jobs. He grows up in ... [+]
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- es
November 30, 2007
55 of 67 users found this review helpful
Bienvenid@ a Ciudad de Dios. En este barrio de Rio de Janeiro no encontrarás las idílicas casitas adosadas con sus jardincitos impecables. No verás a los vecinos cortando el césped bonachonamente en sus jardincitos. Los niños no jugarán inocentemente, ajenos a los males del mundo, en unas calles bien asfaltadas y limpias o en algún parque bien cuidado por los empleados del Ayuntamiento.
Los ancianos no pasearán despreocupadamente al perro, no se sentarán a tomar el sol pacíficamente en una bonita plaza para dar de comer a las palomas, las parejas no se sentarán acarameladamente y distraídamente en un bar a tomarse una copa a la romántica luz de las velas, las mujeres no saldrán tranquilamente a charlar en corrillos a las puertas de sus casas sabiendo que el día transcurrirá en su sosegada rutina cotidiana y al final del cual nada especialmente relevante haya ocurrido; los jóvenes no pensarán en un porvenir más allá del que les ofrece la delincuencia e incluso el crimen como medio de supervivencia... Nadie, por pocas luces que tenga, sería tan loco o tan estúpido como para creer que en Ciudad de Dios se pueda llevar una vida normal, inocente y pacífica. Nadie que tenga un mínimo de cordura asomará la nariz a la calle sin estar en guardia permanente, sin tener ojos hasta en la nuca y mucho menos sin llevar un arma disuasiva.
Porque Ciudad de Dios es, paradójicamente, un barrio abandonado de la mano de Dios. "¿Adónde van los que no tienen donde vivir? Pues a Ciudad de Dios". Es el infierno. ¿Teméis al infierno del Más Allá? Abrid los ojos. El infierno está en esta tierra, y no hace falta estar muerto para vivir en él.
Bienvenid@ a la cruda realidad de las favelas de Rio de Janeiro. ¿Que habéis oído hablar del Imperio de la Droga, del Imperio de las Bandas Organizadas que son las dueñas y señoras de distritos enteros, de ciudades enteras, imponiendo su reinado de terror en el que es muy fácil caer y del que es prácticamente imposible salir? Pues no tenéis más que ir a Rio de Janeiro, que no tiene nada que envidiar en ese aspecto a Chicago o a Boston, típicas ciudades de gángsters, mafiosos y matones de alto vuelo tan representadas en la cinematografía. Y los grandes capos de estas bandas de Ciudad de Dios no son tipos maduros cincuentones a lo Jack Nicholson como en “Infiltrados” (otra buena película sobre el mundo del crimen organizado), tal vez porque en Ciudad de Dios no muchas personas viven lo suficiente como para alcanzar tan venerable edad. Los grandes jefes son jóvenes que apenas tienen más de veinte o veintipocos años, pero que han acumulado experiencia, miseria y odio suficientes para varias vidas.
Y, si vives allí pero tienes conciencia y eres honesto, entonces te quedan pocas alternativas: tener con el jefe un fuerte vínculo fraternal desde la infancia, o ser diplomático y llevarte bien con la banda, o simplemente caerle bien al jefe, o largarte de Ciudad de Dios.
Los ancianos no pasearán despreocupadamente al perro, no se sentarán a tomar el sol pacíficamente en una bonita plaza para dar de comer a las palomas, las parejas no se sentarán acarameladamente y distraídamente en un bar a tomarse una copa a la romántica luz de las velas, las mujeres no saldrán tranquilamente a charlar en corrillos a las puertas de sus casas sabiendo que el día transcurrirá en su sosegada rutina cotidiana y al final del cual nada especialmente relevante haya ocurrido; los jóvenes no pensarán en un porvenir más allá del que les ofrece la delincuencia e incluso el crimen como medio de supervivencia... Nadie, por pocas luces que tenga, sería tan loco o tan estúpido como para creer que en Ciudad de Dios se pueda llevar una vida normal, inocente y pacífica. Nadie que tenga un mínimo de cordura asomará la nariz a la calle sin estar en guardia permanente, sin tener ojos hasta en la nuca y mucho menos sin llevar un arma disuasiva.
Porque Ciudad de Dios es, paradójicamente, un barrio abandonado de la mano de Dios. "¿Adónde van los que no tienen donde vivir? Pues a Ciudad de Dios". Es el infierno. ¿Teméis al infierno del Más Allá? Abrid los ojos. El infierno está en esta tierra, y no hace falta estar muerto para vivir en él.
Bienvenid@ a la cruda realidad de las favelas de Rio de Janeiro. ¿Que habéis oído hablar del Imperio de la Droga, del Imperio de las Bandas Organizadas que son las dueñas y señoras de distritos enteros, de ciudades enteras, imponiendo su reinado de terror en el que es muy fácil caer y del que es prácticamente imposible salir? Pues no tenéis más que ir a Rio de Janeiro, que no tiene nada que envidiar en ese aspecto a Chicago o a Boston, típicas ciudades de gángsters, mafiosos y matones de alto vuelo tan representadas en la cinematografía. Y los grandes capos de estas bandas de Ciudad de Dios no son tipos maduros cincuentones a lo Jack Nicholson como en “Infiltrados” (otra buena película sobre el mundo del crimen organizado), tal vez porque en Ciudad de Dios no muchas personas viven lo suficiente como para alcanzar tan venerable edad. Los grandes jefes son jóvenes que apenas tienen más de veinte o veintipocos años, pero que han acumulado experiencia, miseria y odio suficientes para varias vidas.
Y, si vives allí pero tienes conciencia y eres honesto, entonces te quedan pocas alternativas: tener con el jefe un fuerte vínculo fraternal desde la infancia, o ser diplomático y llevarte bien con la banda, o simplemente caerle bien al jefe, o largarte de Ciudad de Dios.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Porque aunque no pretendas meterte en problemas, los problemas acabarán por alcanzarte. Y si el problema se llama Zé Pequeño, entonces tienes el 99% de probabilidades de acabar muerto.
Esto es Ciudad de Dios. Viendo este terrible drama, incluso Scorsese palidece para mi gusto (y que no se ofendan los seguidores de este director, que sólo se trata de mi opinión y ya sabemos que Scorsese nos ha proporcionado algunas buenas películas sobre los entresijos del mundo del crimen). Y lo peor es que la realidad supera con creces a la ficción.
Esto es Ciudad de Dios. Viendo este terrible drama, incluso Scorsese palidece para mi gusto (y que no se ofendan los seguidores de este director, que sólo se trata de mi opinión y ya sabemos que Scorsese nos ha proporcionado algunas buenas películas sobre los entresijos del mundo del crimen). Y lo peor es que la realidad supera con creces a la ficción.