Broche de oro para culminar la mítica saga galáctica. Nada decae (al menos eso creo yo, no veo que esta película sea inferior a las anteriores en ningún aspecto).
Esta es la parte en la que los fantasmas del pasado de Luke, Leia y Darth Vader salen por fin a la luz, en la que además se librará la batalla decisiva para intentar acabar de una vez por todas con el Imperio y se equilibrará finalmente la Fuerza. Toda la saga se cierra por fin.
Algo que se me ha olvidado mencionar en mis anteriores críticas a las partes IV y V de la saga, es la prodigiosa música de John Williams. Ya en las críticas a otras películas me he declarado su gran admiradora, y no es para menos. La música de Star Wars ha pasado a los anales de la historia y con razón. Muy pocos compositores en todo el planeta saben captar el espíritu de una película como lo hace John Williams y plasmarlo con tal belleza, sensibilidad y acierto. Es único y, para mí, el mejor del mundo. Sin su música, Star Wars no habría poseído la calidad suprema de obra de arte que posee.
Puede que la consideren más floja que las otras dos, pero es igualmente digna y conserva el mismo tono espectacular y grandioso.