Es una película tierna como los algodones de feria, que sobre todo envuelve en nostalgia a todas aquellas personas que la vieron siendo adolescentes o jóvenes en los años 60 y hoy ya son abueletes.

Sandra Dee encarnaba a la chica modélica, inocente, preciosa, rubia, respetuosa, orgullo de sus padre y madre; pero además era muy sensual y encantadora; tenía carisma, imantaba; murió con sesenta y pocos años en 2005, pero seguro que en el más allá será también maravillosa y un contento para todos los seres que la tengan al lado.

En cuanto a James Darren, representaba al muchacho guapo que todas las familias norteamericanas miraban con gusto y habrían deseado para emparejar a sus hijas. Hizo algunas películas famosas como la presente y "Los Cañones de Navarone", pero siempre lo recordaremos, sobre todo en España, por aquella serie de televisiva de ciencia ficción titulada "El túnel del tiempo" que ponía TVE a finales de los sesenta y donde James Darren junto a otro protagonista iba de capítulo a capítulo cayendo perdido en distintas épocas del pasado o del futuro. Darren, luego se dedicó a ser cantante, cosa que ya apunta en Gidget, donde canta dos canciones, y al menos en EE.UU. ha vivido bien de la canción hasta su vejez pues no en vano ha sido siempre un buen y atractivo cantante melódico; curiosamente en sus galas la gente le solía pedir que cantara alguna de las románticas melodías que lo hicieron entrañable en Gidget y de las que hizo sonados éxitos, como por ejemplo "There's no such Thing" (No hay tal cosa).

Gidget, que se traduce por "chiquilla", trata de una adoleceste que es salvada por un muchacho sulfero pocos años mayor que ella, lo cual la hace interesarse y empezar a practicar este deporte. A la vez va enamorándose poco a poco de él, aunque en principio el joven la considera demasiado chiquilla o aniñada y no le hace caso amoroso.