Lo cierto es que representa una verdadera tontería ver una de estas películas, bien bautizadas como americanadas, con la más mínima pretensión de buscar coherencia, calidad cinematográfica o cualquier otro precio que no sea pasar un buen rato, divertido, a ser posible en una tarde muerta con los colegas.

Sin embargo, tras la ordinariez que puede parecer a simple vista, el concepto de MILF podía haber dado muchísimo más juego. El puñado de inadaptados universitarios (que en estas obras parecen empeñados en no hacer otra cosa que querer mojar, cueste lo que cueste) que terminan descubriendo a esas encantadoras señoras en su madurez, a una presa mucho más apetecible que sus más superficiales compañeras que constantemente los desprecian.

Basta ver a las protagonistas femeninas escogidas por el casting de Scott Wheeler para percatarse de que, efectivamente, como dijera Juan Echanove en una entrevista, cualquier persona que afirme que deja de mirar a las mujeres a partir de los 40, es un completo imbécil.

No pretendería uno encontrar con una nueva Ms.Robinson, pero a ver si algún día alguna guionista con perspicacia recoge este concepto y se marca una historia menos vulgar y soez, porque podría resultar muy divertido.

Por lo demás, excesivo rollo americanpizante...