Desde luego lo que de primeras debemos reconocer es que estamos ante una película de una audacia y modernidad, para ser rodada en 1947, más que destacable. Es un film cuyo planteamiento, realismo y tratamiento de un conflicto real lo convierten en un caso singular en la historia del cine.

Pero lamentablemente también debo decir, que no se trata de un film redondo. Varios defectos lo lastran y lo alejan de la maestría. El primero es en mi opinión, y aunque suene a sacrilegio, la elección de James Mason como protagonista, un portentoso actor, al que sinceramente no creo que le vaya este papel en concreto, su aspecto refinado y sensible no casa con lo que puedes esperar de un lider del Ira. Por otro lado creo que la presentación de los personajes y el robo a raíz del cual surge toda la historia, no están bien rodados y son un tanto atropellados. Por último creo también que hay un exceso de desasosiego, y a veces cierta ampulosidad, frente a una carencia de tensión, de thriller, en las situaciones concretas (esto Hitchcock lo hubiera bordado).

No obstante, toda la historia es un acierto, las reacciones de los diferentes personajes que se cruzan con el protagonista son veraces, y los últimos 5 minutos absolutamente memorables. Un film más que interesante que se debe ver.