Esta maravillosa secuela de La guerra de las galáxias logra superar con creces a su predecesora. Los personajes están bastante más desarrollados, los efectos especiales (que justificadamente recibieron un Oscar) son realmente imrpesionantes para ser de 1980, y la película tiene un desarrollo impecable, además de estar llena de aventura y emoción. Presupone que el espectador ha visto la primera parte y que está listo para la siguiente, y las recaudaciones de taquilla justifican al 100 % esa presuposición.

La trama se desarrolla también en torno al romance entre Han Solo (con un Harrison Ford aún en aprendizaje como futuro actor del género de thriller y aventura) y la Princesa Leia; la cómica educación de Luke Skywalker a cargo del misterioso clon de Jordi Pujol, Yoda; una relación dificultosa entre Han Solo y el oportunista y traidor Lando Calrissian, y una sorprendente revelación de Darth Vader.

LO MEJOR: El doblaje de un jóven Tino Romero con Jim Earl Jones, la banda sonora de Johnny Williams y los efectos especiales.

LO PEOR: Las actuaciones de Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher y sobre todo Billy Dee Williams.

Le siguió una secuela algo más floja y más infantil: El retorno del Jedi, con los simpáticos Ewoks y el gángster galáctico Jabba el gordo, con cara de gato y cuerpo de larva.