Entretenida película sobre terrorismo, que nos muestra el precio que se tiene que pagar por meter las narices en los asuntos del vecino, con un exageradísimo Jeff Bridges y un más convincente Robbins.

El filme tiene momentos muy inverosímiles, y muchas escenas nos adelantan los acontecimientos que vendrán a continuación, es decir, casi no nos da sorpresas.

Jeff Bridges es un actor pésimo, en toda la película se nota que está actuando, su interpretación llena de muecas y excesivos movimientos como el obsesionado Faraday no logra convencernos en ningún momento. Los personajes están todos "tocados", a veces crees que el que está chalao es el personaje de Bridges, y no el de Robbins.

Uno de los finales más inesperados y emocionantes en una película.

Entretenida.