Menudo retrato sobre el negocio de la prostitución!!, estoy empezando a creer que de verdad es el oficio más viejo de todos...y además el que menos ha cambiado. El señor Mizoguchi firma obra maestra tras obra maestra, es increible como hace un análisis tan completo de los diferentes tipos chicas que ejercen la prostitución, cada una con motivaciones y objetivos diferentes, lo mismo ocurre con la clientela, es sublime.

También es muy interesante que a pesar de ser una obra tan personal, no utiliza primeros planos, nos mantiene como absolutos espectadores, siempre alejados de los personajes...sobresaliente.
La música es escasa, pero desquiciante, desesperante como la vida de las pobres chicas que protagonizan el film. Por último decir que puede que sea una cinta Oriental, pero el estilo de rodaje huele al Occidente más clásico.