Una echadora de cartas con un gran don (Cate Blanchett), un maltratador (Keanu Reeves), la pareja de éste (Hilary Swank), un joven marcado por un pasado trágico (Giovanni Ribisi), un pulcro director (Greg Kinnear) o su joven prometida (Katie Holmes) son algunos de los muchos personajes que pueblan este drama rural con toques fantásticos sobre la investigación que se lleva a cabo, y en la que juega un papel importantísimo la echadora de cartas, cuando se produce un brutal asesinato.

A Raimi le gusta mucho mezclar géneros, basta ver algunos de sus trabajos más importantes o populares, como Posesión infernal (The Evil Dead), la trilogía de Spiderman protagonizada por Tobey Maguire o Arrástrame al infierno (Drag Me to Hell), para darse cuenta de ello. En esta muy entretenida cinta también lo hace, pero con desiguales resultados. Como desiguales son las interpretaciones de su muy llamativo reparto (Cate Blanchett, eso sí, está magnífica), planos los personajes y previsible su desenlace.