Ambientada a finales de los ochenta, la película está protagonizada por Topher Grace, quien da vida a un joven apocado que lleva toda la vida enamorado de una de las chicas más populares del lugar (Teresa Palmer). Pero una noche, y tras varios malentendidos, su suerte cambia cuando dicha chica le acaba invitando a una fiesta privada…

No hace falta ser un genio para adivinar que la película es un homenaje, o algo más descarado, a esas producciones juveniles que tanto éxito lograron en los ochenta. Lo que pasa es que aquí no tenemos a Molly Ringwald como dulce protagonista (Teresa Palmer es guapa y Topher Grace todo un experto interpretando a perdedores con encanto, pero Dan Fogler resulta insufrible y Anna Faris está desaprovechadísima), como tampoco contamos con el talento de John Hughes a la hora de escribir personajes memorables. Sin embargo, el mayor problema de esta inofensiva comedia es que no aporta nada al género, es decir, más que un homenaje parece un mal plagio.

Tal vez esté siendo demasiado duro, pero es que servidor es muy fan de películas como El club de los cinco (The Breakfast Club) o La chica de rosa (Pretty in Pink).