Rock Hudson y George Peppard encabezan el reparto de este drama bélico y dan vida a dos hombres que, a pesar de sus diferencias, acaban formando parte de un mismo comando, integrado por ingleses y judíos alemanes, cuya misión consiste en llegar a Tobruk y acabar con las reservas de combustible del enemigo. La película (rodada parcialmente en Almería) se centra en la complicada travesía llevada a cabo por nuestros protagonistas y sus compañeros.

Tobruk no es una película bélica al uso porque no se centra en mostrar el campo de batalla ni las consecuencias posteriores a dichos enfrentamientos, sino que es más bien una cinta de acción y aventuras con la guerra como telón de fondo.

Fallida a la hora de dotar a su trama de cierto empaque dramático (a pesar de que muestra con cierta astucia, y a través de sus protagonistas, los distintos puntos de vista con respecto a un mismo conflicto), la película se salva gracias al talento del director (quien logra que el interés no decaiga en ningún momento), a sus actores y a unos efectos visuales (lo que luego se conocería como efectos especiales) tan artesanales como efectivos (de hecho, la única nominación al Oscar que logró la cinta fue gracias a ellos).