Douglas Sirk dirige este magnífico melodrama basado en la novela de Robert Wilder, en el mismo se nos relata la amistad entre dos hombres opuestos, Kyle Hadley (Robert Stack) y Mitch Wayne (Rock Hudson), enamorados de una misma mujer: Lucy Moore (Lauren Bacall). A dicho triángulo amoroso habría que sumar la presencia de Marylee (Dorothy Malone), una díscola jovencita, hermana de Kyle y encaprichada, de manera nada secreta, de Mitch.

La historia de la película lo tiene todo, romance (sobre todo no correspondido), traición, muerte y alguna que otra adicción. Pero también esconde su particular crítica a la clase alta, ya que debe ser alguien de clase muy inferior (es decir, el personaje de Hudson) quien esté ahí para ayudar a sus amigos más adinerados (Kyle y Marylee) de sus erráticas elecciones (amorosas en el caso de ella, problemas con la bebida en el de él). Además, ahí está el talento de Sirk, quien mantiene la tensión durante todo el metraje gracias a su prodigioso pulso narrativo.

El trabajo de todos los intérpretes es más que notable, destacando las actuaciones llevadas a cabo por Stack y Malone (atención a la fuerza y rabia que inundan cada escena protagonizada por ésta última). Bacall y Hudson (cuyo personaje resulta adorable aunque peque, en ocasiones, de bonachón) están igualmente maravillosos. En definitiva, Escrito sobre el viento es una muy recomendable película, un excelente trabajo a todos los niveles.