Sorprendente cinta de terror para un debutante Lucky McKee, que apenas llegó a oídos del gran público como otros tantos buenos trabajos que se quedan en el limbo debido a una mala distribución.

“May” cuenta con las características del cine de psycho-killers pero además se le añaden elementos de otros géneros. El filme de McKee combina drama, mucho humor negro y casquería de una forma pocas veces vista en el cine de terror, si tenemos en cuenta que esta película no ha seguido los cauces normales de otras cintas más comerciales.

McKee nos presenta a una muchacha que siempre ha sido “rarita”. Su forma de ser introvertida y su solitario y extraño comportamiento provoca la aprensión de la gente, y por ello tiene serias dificultades para hacer amigos y mantener relaciones. Las personas que van desfilando por la pantalla se van dando cuenta de que May (Angela Bettis) es sensible y tiene una inocencia encantadora, pero también notan que su cabeza no funciona como debería y la gente tiende a alejarse de ella. Esto se hace más notorio en su incapacidad para mantener una relación normal con el chico que le gusta, pero por otro lado su compañera de trabajo lesbiana (Anna Faris) parece disfrutar de sus rarezas y le sigue el obsesivo juego que tiene con su cuello.

El drama de May se convierte en algo enfermizo, y la cinta se transforma junto con ella. Con reminiscencias de “Carrie” (1976), May explota y se hace notar para desgracia de los que la conocen. En esta parte de la cinta, después de habernos definido de forma excelente la psicología perturbada del personaje, McKee saca sus armas y transforma lo ya predecible en algo inusualmente bello, macabro pero con estilo, incluso con ciertos matices burtonianos.

La gran interpretación de Angela Bettis es una de las claves principales de la cinta. Esos ojos alocados, esa tranquilidad inquieta, esa sensación que da de persona desequilibrada… resulta tan realista que el espectador se cree el personaje y consigue provocar una deliciosa inquietud, superior a la que provocan otros psycho-killers más conocidos. Otro gran acierto es la música, acompañando perfectamente al personaje y sus acciones. Es una banda sonora tan extraña como May, pero igual de interesante y perturbadora.

En definitiva, “May” no es muy conocida pero es una agradable sorpresa dentro del manido y excesivamente convencional panorama del cine de terror. Muy recomendable.