Welles en estado puro: magnífica voz en off (la suya, claro), poderoso blanco y negro, contrapicados, teatralización, gusto por los detalles, casi siempre simbólicos (una sombra ominosa en la puerta, un breve reflejo en el estanque...). Si le tuviera que poner algún pero, sería de orden psicológico: el personaje de George es tan presuntuoso e insoportable en ocasiones que resulta difícil de creer que sus padres y la sociedad en general lo permita. E Isabel, su madre, también llega a resultar poco creíble en algún momento por su excesivo apocamiento y sumisión al hijo.

No me extraña que algunos digan que supera a Citizen Kane.