Normalmente, esta sería la típica película que pondría a parir. Pero he de decir, que después de la gran cantidad de visionados con los colegas, y las risas que nos hemos echado gracias al tito Arnie es imposible puntuar con un suspenso a esta cinta.

-Grandes giros de guión (LOL) (siempre con muertes por parte de los enemigos de Arnie)
-Los inigualables diálogos y frases que brinda (que si salieran de la boca de Clint Eastwood haría que te cagaras encima)
-Esos 5 o 6 extras (el del bigote por ejemplo) muriendo repetidamente en diversas escenas
-El"cutrerio ochentero" de las películas de acción
-La presencia de Arnold, uno de los mejores actores de cine de acción. Impagable su actuación.
-La escena de los créditos al principio: ¿¿Arnold dando de comer a Bambi??WTF!!
-El nombre de Arnold: John "Fucking" Matrix!!! LLamarse Juan Matriz no apto para cualquiera.
-Chuache cayendo de un avión en un palmo de agua y ver como no le pasa nada.
-Como John "Fucking" Matrix vacila a cada uno de los viejos amigos/enemigos que se encuentra a su paso, como el boina verde o Bennet alias "Freddie Mercury Soldier"
-Los 50 gazapos más o menos o fallos de raccord

Entiendo a la gente que no puede tragarse esta pelicula pero todo depende del sentido del humor que le pongas al verla. De todos modos peores películas se hacen hoy en día, lo que ocurre es que el 3D esconde los fallos y la mala calidad.

Creo que hacía tiempo que no veía una película tan insultante para la inteligencia del espectador. No ofrece ningún tipo de aliciente, inquietud, móvil, argumento o descripción siquiera de la perturbación o enfermedad del protagonista. Un largometraje disfrazado de cine experimental la cuál gusta por su morbosidad sin sentido, inhumanidad y carencia de plasmar el mínimo realismo alguna vez mostrado en el mundo del cine. Carencia de actores, diálogos o guión, es una secuencia de imágenes de mal gusto, casposas y absurdas, que al parecer solo sabe degustar cualquier coprófago de tres al cuarto. Película totalmente olvidable, justificable de destruir de cualquier filmoteca e incluso de quemar en la propia cara del equipo que alguna vez participo en este excremento fílmico.