Formidable la manera en que J.J. Abrahams cierra la saga y arregla el desastre que dejó Rian Johnson. El director conoce su labor y rescata los valores más profundos y que dotan de identidad a Star Wars. Emotiva, épica y trepidante logra reconciliar a los verdaderos fans de Star Wars (no a los que quieren odiar algo por moda).
Digno de aplauso la tremenda actuación de Adam Driver como Kylo Ren y la profundidad que se le da al conflicto interno en este personaje, como al de Rey.
Excepcional diseño de producción, efectos especiales y escenas de acción que elevan la historia a otro nivel y termina dando como resultado en pantalla un espectáculo altamente disfrutable.