Por interesante que sea el guión, por mucho que nos guste Scorsese y aunque reconozcamos que Di Caprio mejora por momentos, a la película le sobran, como mínimo treinta y ocho minutos. La tensión no se puede mantener tanto tiempo porque el espectador se cansa y sabe que se está alargando demasiado.

Si el maestro del suspense nunca hizo una película de más de hora y media, por algo será.

No entendí entonces su éxito y sigo sin entenderlo. Y no sólo porque haya tantas cosas previsibles, las más importantes, seguramente. Es que, además, se estrenó casi al mismo tiempo que Sospechosos Habituales, una película, en mi opinión, infinitmente mejor y totalmente eclipsada por la primera.

Si el día del estreno SEVEN era mediocre ¿cómo no va a serlo ahora?