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Críticas 191
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
27 de enero de 2007
720 de 813 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esquematicemos Eyes wide shut y el periplo psicosexual del doctor Bill Hardford:

1. Alice, su mujer, le pide su opinión sobre su aspecto. Él contesta que está muy guapa, sin echar ni una mirada.
2. En la fiesta de su amigo Victor Ziegler, no conocen a nadie excepto al pianista, que emplaza a Bill en el Sonata Café. Ella tontea con un Don Juan pero no se deja seducir. Él tontea con dos modelos, pero sus planes son frustrados por el anfitrión, que le necesita para salvar la vida de Mandy, su amante, con un explosivo cóctel de drogas y alcohol en las venas.
3. De vuelta a casa, se dedican a unos juegos amorosos mientras ella se mira a sí misma en el espejo.
4. El día transcurre rutinariamente, él en la consulta, ella con la hija de ambos.
5. Antes de acostarse conversan y discuten sobre si la fidelidad y el amor tienen algo que ver, y ella le cuenta el ardoroso deseo que sintió una vez por un oficial marinero.
6. Un paciente ha muerto y Bill acude en taxi, mientras la imagen de Alice en la cama con el marino le acosa. Marion, la hija del finado, le recibe sola y le confiesa su amor sin condiciones. Él la desdeña y en ese momento llega Carl, su novio.
7. Pasea por la calle con la insistente imagen en su mente hasta que Domino, una prostituta, le convence para que suban a su habitación. Una vez acordado el servicio y el precio, Alice llama al móvil. Bill, después de contestar, decide marcharse.
8. Pasa frente al Sonata Café. El pianista...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... le habla de que esa noche trabaja en un sitio muy raro, una especie de fiesta de máscaras. Intrigado, decide acudir.
9. En la tienda de disfraces, una adolescente, hija del dueño se lo monta con dos maduritos. Y al pasar junto a él, le susurra algo al oído.
10. Llega a la fiesta donde se celebra un rito orgiástico. Una mujer desnuda enmascarada le previene del peligro. Pero es tarde, le acusan de intrusión pero la mujer aboga por dejarle marchar y que ella sea sacrificada en su lugar.
11. De vuelta en casa, Alice le confiesa su sueño: hacía el amor con el marinero y se reía de ella; luego, en una orgía, tenía que follar con todos y él seguía riendo.
12. Al día siguiente, vuelve al Café y su amigo no está, tampoco en el hotel. Lo abandonó forzado por unos gorilas.
13. Se dispone a devolver el traje alquilado, menos la máscara que ha extraviado, y se encuentra a los japoneses y a la adolescente con el dueño, que le ofrece los servicios sexuales de su hija.
14. Mientras, la imagen de su mujer follando con el oficial sigue obsesionándole. Se escaquea de la consulta y vuelve a la casa de la orgía. No le dejan pasar y le hacen una advertencia amenazadora para que lo olvide todo.
15. Llama a Marion, pero contesta Carl y cuelga el auricular sin decir nada.
16. Visita a Domino, pero no está. Una amiga le informa de que ha contraído el Sida.
17. Se entera por el periódico de que ha muerto una ex-reina de la belleza por ingesta de drogas y de alcohol; se llamaba Amanda Curran.
18. En casa de Victor, éste reconoce que era uno de los asistentes a la orgía y le pide que se olvide del asunto, que puede ser fatal para él y su familia.
19. Regresa a su casa y se encuentra en la cama a Alice y su máscara.
20. En un centro comercial, Alice sentencia: sólo nos queda una cosa, follar.

El relato de Eyes Wide Shut es una fábula con tres segmentos principales y diferenciados:
De 1 a 5, el planteamiento del matrimonio, rutinario y sin interés, sobre todo para él.
De 6 a 10, la búsqueda de sexo fuera del matrimonio por parte de Bill, fruto del instinto y de los celos provocados por la confesión de su esposa.
De 11 a 19, la constatación de los peligros del sexo fuera del matrimonio. La aventura con Marion (6) no es posible por las complicaciones que puede acarrear en forma de Carl (15). El sexo pagado tampoco es seguro, la servicial Domino (7) es una fuente de enfermedad (16). La muchacha cuya proposición al oído (9) es desoída (o no asimilada) por Bill se torna inquietante al comprobar que es su propio padre el que ofrece su cuerpo (13). Los peligros cobran su mayor dimensión con el entremetimiento de Bill en la orgía (10), de consecuencias tremendas, como el hallazgo de la máscara en su misma cama o como la muerte de la miss. ¿Es Amanda (17) la misma que se sacrificó por él, y la misma Mandy (2) que él salvo de morir en la fiesta de Victor?

El 20, es la sentencia final, el matrimonio es un contrato para follar sobre seguro ad eternam.
23 de enero de 2007
279 de 328 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos tópicos y lugares comunes acerca de Alien:

- Alien es un perfeccionamiento, en lo concerniente a guión y a FX, de It,
the terror from beyond space (Edward L Cahn, 1958), de Terrore nello spazio (Mario Bava, 1965) y de The green slime (Kinji Fukasaku, 1968).

- La secuencia en la que “nace” el alien fue rodada sin advertir a los actores de lo que iba a ocurrir para conseguir una interpretación de repulsión absolutamente espontánea. Fíjense en Veronica Cartwright (la niña de The birds), su rostro es de verdadera repugnancia.

- Una de las pantallas de ordenador del panel de navegación del Nostromo fue aprovechada por Scott en Blade Runner, que la incorporó al vehículo del detective de la policía Gaff (Edward James Olmos).

- Lo que hace verdaderamente invencible al alien es su inhumanidad. Todas sus víctimas pecan de algún defecto propio de humano: el curioso Kane (John Hurt), el imprudente Brett (Harry Dean Stanton), el osado Dallas (Tom Skerrit), la miedosa Lambert (Cartwright) y el indeciso Parker (Yaphet Koto).

- La criatura (en sus tres fases) fue diseñada por H.R Giger. La criatura en estado adulto o soldado era un traje de caucho y de fibra de vidrio que se enfundaba Bolaji Badejo. Los planos de la cabeza retrataban un “animatronic” (o marioneta mecánica, no confundir con efecto digital) creado por Carlo Rambaldi. Su colega Stan Winston no trabajó en esta película, pero sí en Aliens (James Cameron, 1986), donde creó el enorme “animatronic” de la reina alien.
22 de agosto de 2007
170 de 199 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que el ser humano adquirió el talento para la fabulación, las historias que han pasado a la posteridad son las de seres excepcionales en situaciones excepcionales. Don Quijote, Hamlet, el Cid... no eran unos tipos corrientes. Su inverosimilitud, su improbabilidad, es lo que les hacía grandes y dignos de crónica. Ray Ferrier es el gran hombre de esta gran historia. Su hazaña es sobrevivir y su mérito, la fortuna. La suerte de sobrevivir es el mejor destino en un mundo en guerra.

La obra literaria original de H.G. Wells y la versión cinematográfica de Spielberg coinciden en un estilo narrativo realista que procura credibilidad a sus planteamientos fantacientíficos. Solo que cada una es hija de su tiempo. A pesar de la universalidad de la guerra, entre 1900 y 2000 han surgido diferencias cualitativas del concepto de la guerra. La guerra moderna se concibe en la ciudad y no hace distinción entre soldados y niños (si acaso, bajas y daños colaterales).

En el libro de Wells el protagonista era un hombre de ciencia que deambulaba en solitario por la desolación de la guerra. En esta película es un obrero de clase baja que huye con sus hijos, un adolescente y una niña. Ray es un padre que desea que sus hijos sobrevivan a la guerra y lo consigue, como suele decirse, de chiripa. Pero también es un adulto que conoce el horror y pretende, a toda costa, preservar la inocencia de los jóvenes. La película de Spielberg refleja la lucha denodada del protagonista por salvaguardar en la niña ese don que él ha perdido irreversiblemente: la inocencia.

Rachel, la inocencia, es invitada por su padre a contemplar el espectáculo atmosférico desde la parte trasera de la casa: “Vas a alucinar”, le dice. Pero cuando se hace patente que el terror absoluto ha aterrizado, Ray, blanco de miedo (y blanco por el polvo de los edificios destrozados, clara y no única referencia al 11-S) toma su mayor determinación, ocultar a Rachel la perturbadora realidad: le pide que no mire hacia atrás, le venda los ojos, le obliga a cantar una canción para que no oiga...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El terror es exógeno pero también endógeno, la locura de la destrucción es infecciosa y no solo los extraterrestres personifican la amenaza, cualquier hijo de vecino puede apuntar la sien de uno con el cañón de una pistola. La guerra supone para el ser humano la pérdida de su humanidad, atrozmente dramatizada en el asesinato de Ogilby por parte de Ray.

Es sorprendente, por tratarse de Spielberg (al menos el de antes de A.I. y Minority Report), el final de la película, un final en el que la esperanza es vaga. El reencuentro familiar carece de excesos sentimentales, un par de abracitos fruto de la urgente necesidad de calor humano, tras la inhumana odisea vivida, aunque nada hace presagiar una recomposición de la familia rota. Es un reencuentro crudamente aséptico.

A propósito de finales asépticos, otra sorpresa del filme es que respete pulcramente el final de la novela, la destrucción de los invasores extraterrestres por parte de unos microscópicos seres portadores de enfermedades terrestres. Seguro que el gobierno de los “marcianos” invertía la mayoría de sus presupuestos en Defensa y solo destinaba una minúscula parte a Sanidad. ¿No es una ironía fabulosa sobre la soberbia del ser inteligente?
2 de septiembre de 2007
154 de 170 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la escena en la que el grupo de bandidos llega al pueblo natal de Ángel, uno de los viejos del lugar manifiesta: “Todos soñamos con volver a ser niños, incluso los peores; tal vez los peores más que nadie”. The wild bunch es una película llena de figurantes infantiles. Los niños conviven con los adultos. Participan, a su manera, de la vida adulta: empujan a un par de escorpiones contra un ejército de hormigas y después les prenden fuego, acompañan al desfile del ejército de salvación con risas y brincos, juegan a dispararse con el dedo índice extendido, corren tras el vehículo que arrastra a Ángel por el suelo y alguno monta en su espalda. ¡Pero si un bebé es amamantado por una madre cuyo pecho casi está tapado por una canana! Los niños se suman a la violencia porque la han mamado. Y la asumen como un juego.

Pike, Thorton, Sykes… son viejos cansados de la vida. Fueron niños que aprendieron que la vida no es un juego. Y son salvajes y violentos, no pueden ser de otra forma, no han recibido otra educación. La acción de The wild bunch se enclava en la revolución mejicana, en una lucha de humildes hormigas contra un poderoso alacrán. El pesimismo y la esperanza se dan la mano.

Sam Peckinpah, guionista y director, creó una película de violencia exacerbada, muy elaborada gráficamente, muy vívida, al ras de los personajes. Pero la opción de Peckinpah por mostrar el horror de las armas es determinante. The wild bunch se abre con una cruenta matanza sin sentido y se cierra con otra, igual de sangrienta, pero totalmente justificada: del enfrentamiento de Pike y compañía a Mapache y sus acólitos no cabe otro desenlace. Sus caducas vidas, historiales de excesos, claman a gritos un final que se salga de la regla. Cansados de la vida, con la imposibilidad de recuperar la inocencia, pero deseosos de terminar a lo grande, de ser recordados, de cambiar el mundo, a mejor… Buscan su final, pero solo saben matar.
22 de septiembre de 2007
183 de 248 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con trece años, trece años de los de antes, de aquéllos que aún podían ver el mundo con ojos cándidos y que no habían tenido oportunidad de conocer la inmoralidad, con trece años de honestos tarzanes, nobles ivanhoes y gamberros hermanos Marx asistí a mi primer estreno cinematográfico.

En mi barrio carabanchelero los cines eran de los de programa doble y lo habitual era que programaran un reestreno acompañado de una peli “antigua” o de una coproducción hispano-germano-franco-italiana. Pero con Tron no estaba dispuesto a esperar tres o cuatro meses a que la proyectaran en mi barrio. Así que me llevaron al cine Capitol de la Gran Vía. Fue una experiencia inolvidable.

Aún no existía, al menos en mi barrio, la grabación de vídeo pero Tron la tenía grabada a fuego y podía disfrutarla siempre que quería. El colorista mundo de los programas, las motos de luz que tanto molaban, el bichito que solo decía sí o no y que me hacía partirme de risa, el actor David Warner (me aprendí su nombre) de tan inquietante mirada, el que hacía de Tron que era para mí el Luke Macahan de La conquista del Oeste…

Con treinta y tantos mi esposa me regaló el DVD de Tron. Al sostener con mis manos aquel disco atravesó mi memoria un haz de información en forma de recuerdos, de sopetón recordé con nitidez la imagen de Tron sosteniendo en alto su disco de memoria. Claro, que era el dibujo de la carátula. Como si me hubieran reimplantado aquellos olvidados ojos infantiles, me dispuse a ver Tron. Al terminar me di cuenta de que esta película era una distorsión de la que yo recordaba. Muchas lucecitas alucinantes, sí, pero diálogos anodinos, escenas torpemente rodadas, la parte correspondiente al mundo real parecía sacada de un telefilme ordinario, y en el mundo virtual todo era de una simpleza apabullante. Me convencí de que, con los años, mi inteligencia había madurado y ya era muy superior a esta infantil aventurilla.

Ayer volví a ver Tron. Y volvió a ser una gran experiencia. Quedé maravillado por el caudal creativo, sobre todo visual, de la película. Y por el enorme y expresivo contraste entre el insípido mundo real y el cautivador mundo virtual, antítesis a todas luces nada casual. Y… ¡Qué cojones es esto! ¿Qué está pasando? Un rayo laser procedente de mi CPU está descomponiendo mi estructura molecular. ¡Mis pies desaparecen! ¡Mis piernas! ¡No, eso noooooooooooooooooo…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
…ooooooOOOOOOOstia! ¿Dónde estoy? ¿Qué tipo de inframundo es éste? ¿Será la zona spoiler?
- Hola, viajero.
- ¿Eh? Hola… ¿Dónde estoy?
- Está en Internet, en los dominios de Filmaffinity.
- ¡Coño! Y usted quién es, ¿un programa?
- No, soy un registro.
- ¿Un registro?
- Claro. Soy el conjunto de votaciones y críticas de un usuario, su personalidad virtual en la página…
- ¿De qué usuario?
- Amor perro.
- ¡Joder, el crítico más antiguo de filmaffinity! Usted debe de saberlo todo sobre esta web, ¿no? ¿Quiénes son todos esos?
- Son los registros de las últimas críticas publicadas: venganza666, Fej Delvahe, Steph_Lennon, Klara Novak, mara, kalidoscopica, Bobby Lee, requiem4, Niobe…
- ¿Y esa de ahí?
- Esa es Vivoleyendo.
- ¿Vivoleyendo es una tía?
- Toma, claro. ¿Acaso conoce usted un tío que viva leyendo?
- ¿Vale que lea el Marca?
- No.
- Pues vaya… ¿Y aquél?
- Es Grandine.
- ¡El registro de Grandine!
- ¡Oh, no! Es el auténtico Grandine. Vive aquí, ¿sabe?
- Comprendo. ¿Y eso qué es? ¿Un hotel?
- No. Es la cárcel de Filmaffinity.
- ¿En Filmaffinity hay cárcel?
- Donde hay criminales tiene que haber cárceles, dicen los amos.
- Y ésos de dentro, ¿qué crímenes cometieron?
- Uno de los crímenes más execrables: ser registro sin usuario.
- Qué monstruos.
- Ya le cuento.
- ¿Y esa celda vacía?
- Es una celda de máxima seguridad, reservada para un peligroso criminal.
- ¿Cómo, quién…?
- Acérquese y se lo susurro al oído… psss, psss…
- ¡Big Zodiac!
- Calle insensato. No grite su nombre. ¿No sabe que Maldito Bastardo le nombró tres veces seguidas en una crítica y nunca más se supo de él?
- ¿Desapareció así, sin más?
- Efectivamente.
- ¿Y aquí trabajan todos los días, no tienen fiestas?
- Qué va, qué va. El tres de Mayo es nuestra fiesta.
- Ah, claro, los fusilamientos del tres de Mayo.
- Aquí, quien más quien menos, ha fusilado alguna vez, ¿sabe?
- ¿Y ese día nadie trabaja?
- Nadie, excepto los fusiladores.
- Y Grandine.
- Natural.
- Por cierto, está por aquí el registro de Txarly.
- ¿Txarly? Creo que está usted confundido. No existe ningún registro, y menos un usuario, denominado Txarly.
- Entonces, ¿las ovejas que fornican con Satán? ¿Y los talibanes amables con recortada?
- Amigo, ¿no resulta evidente? Txarly es una mejora de Filmaffinity, como las listas, o la valoración de críticas de usuarios…
- ¡Ah!
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