Esta película habla de cosas tan simples y necesarias como conectar con los demás, escuchar y sobre todo demostrar que podemos ser "todo" en los momentos duros de otro ser humano.
En primer lugar decir que tras su visionado con su directora entre el público sólo pude llorar...porque me dio esperanza de que en este mundo bastante hostil que hemos creado para nuestros semejantes haya personas como Tracie que hagan de sus desgracias un motivo para luchar y demostrar que un universo mejor es posible.

Le doy las gracias a esta directora y los actores por esta película tan generosa y sincera. Desnudar tu alma en un film no es fácil pero ella lo ha hecho con la mayor de las humildades y con una gratitud hacia la vida que nos hace reflexionar a todos. ¿Se cumplen los deseos cuando les formulamos con esperanza y fe? . ¿Podemos ayudar a alguien sin esperar nada a cambio? . ¿Pueden los demás hacernos más llevadero el camino cuando hemos perdido la ilusión por vivir?.
La película no deja lugar a ninguna duda: SÍ SE PUEDE. El mundo puede ser un lugar mejor si todos ponemos nuestro granito de arena. Hay cientos de gestos que hacemos cada día que pueden alegrar o entristecer al que lo recibe. De eso trata la película: escuchar, cuidar, acompañar ....querer a los demás.

Tras la película solo pude abrazar a Tracie, fue lo que me salió y darle las gracias por ese sentimiento de esperanza que ella me transmitió. Hay que ser valiente para hacer esta película. En un mundo como el de hoy donde prima la imagen sobre el mensaje, la mentira frente a la verdad, la traición frente a la honestidad, el postureo sobre los sentimientos esta película es necesaria y desde luego llama a una parada de atención sobre nuestra relación con los demás.
En el plano artístico la cinta se sustenta en el diálogo entre dos personas que están a punto de perder la esperanza, pero no se han rendido. Siguen luchando cada día por encontrar lo que tanto ansían: el sentido de sus vidas. El dúo protagonista nos conduce por una senda de sonrisas, carcajadas a veces, suspiros de alivio, sobresaltos de emoción y algunas lágrimas necesarias para comprender el mensaje de la cinta. Somos humanos y nos necesitamos.

Me ha sorprendido esta película, pero que muy gratamente. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de las imágenes y de la música de una película; ambos elementos te conducen como espectador a una tristeza bella pero a la vez casi insoportable....Tantos otros planetas pueden estar acechándonos sin que nos demos cuenta: avaricia, egoísmo, pero sobre todo indiferencia, de ver cómo el mundo se queda sin valores "humanos". No hay solución, tan sólo reunirnos en ese momento final para sentirnos "iguales" ante el terror del apocalipsis.
La depresión nos hace inmunes al dolor por la cercana muerte inminente pero colectiva y por tanto compartida. Sólo en ese momento los débiles son más fuertes y así pueden justificarse a sí mismos todo el sufrimiento inútil en sus vidas carentes de sentido.