Cuando una película te toca de esta forma, se hace imposible expresarlo con palabras. Encuentro simplemente sublime todo lo que cuenta y cómo lo cuenta, y encima es sobresaliente en todos los aspectos técnicos.
Ante el riesgo de escribir veinte párrafos sin conseguir decir nada, voy a dejarlo aquí: excepcional.

Ahora mismo no recuerdo una película de ficción-aventuras tan buena.
Indudablemente superior a Batman Begins, esta película le quitará las ganas de hacer otra de Batman a cualquier director mínimamente cabal. Christian Bale me gusta mucho más como Batman que como Bruce Wayne, Aaron Eckhart está tremendo, y el mejor, el Joker, pero no sólo por la actuación de Heath Ledger, sino por la construcción que hicieron del personaje, por las características que le dieron.
Además de ser técnicamente muy destacable, hay escenas y secuencias para babear hasta deshidratarse.
¿Defectos? No los veo. Impecable dentro de su género.
No le doy más nota porque tampoco la veo a la altura de La Delgada Línea Roja o Blade Runner.

No es profunda, no es una obra maestra, y no te hace pensar, pero es un producto fino como el coral y sin necesidad de mejorar nada, puesto que no suspende en nada. Es muy entretenida -no se hace larga aunque lo sea- gracias a un guión escrito con la precisión y la habilidad de un neurocirujano, y en los demás apartados técnicos y artísticos es muy destacable, en especial fotografía y actuaciones. Tiene algunos momentos para deleitarse, algún diálogo de los que quedan en la memoria y, a pesar de su seriedad, no está exenta de humor. Además, la secuencia del atraco se puede considerar, sin ninguna duda, un referente en este género.
Eran otros tiempos, pero cuando se estrenó pasó rápidamente a ser mi película favorita durante un par de años. Es muy fácil simpatizar con ella y cogerle cariño.
No es ni será será una película histórica ni de culto, pero, amigo, ¿qué porcentaje de películas consiguen eso? Ese es su único "defecto".

No sé si es histórica, bélica, biográfica, desértica... pero ni falta que me hace saberlo. Junto a las dos primeras de Don Corleone, es la película más elegante y con mayor y mejor estilo de la historia.
Grandísimo acierto rodarla en 65. Los planos del desierto, la fotografía (aún referente entre los mejores), sus cuatro brutales actuaciones, el guión, la madurez, la elegancia en su ejecución, el deleite de cada encuadre, el sabor que deja...
Quizá la mejor expresión de buen gusto que podríamos encontrar.

Tratándose de una segunda parte, era casi inevitable que no tuviera la importancia argumental de la primera, donde se explica la origen de esta historia y se sientan las bases -y el listón- para todas las cuestiones técnicas y artísticas. En todo caso, esta secuela es un deleite del derecho y del revés. Madura, hipnotizante, preciosa, crepuscular, sólida, profunda, colorista, fría por momentos, cálida en otros.... Una cinta en la que no falta de nada, y todo lo que hay apunta muy alto. Es como un banquete en el restaurante de mis sueños. Cuando vea por segunda vez, es posible que la disfrute aún más que en la primera.