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7,8
117.000
4
16 de septiembre de 2007
16 de septiembre de 2007
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este filme Kubrick vuelve a sorprender con sus ansias de crear en el espectador la mayor irracionalidad y sorpresa posible. El maestro vuelve a profundizar en lo oculto y oscuro de la mente humana y en un viaje regresivo de la evolución humana a través del espacio tiempo pero a diferencia de obras maestras como La Naranja Mecánica, La Chaqueta Metálica o El Resplandor, en esta película lo único que consigue es que el espectador se plantee suicidarse al final de la cinta o antes debido a la mortal pesadez de la misma.
Stanley Kubrick en esta locura de viaje espacial se ha superado con creces hasta el punto de haber creado un nuevo género, la paranoia-ficción, que para un hippie puede ser una obra maestra pero para un humano del s.XXI puede resultar un sinsentido de película.
Stanley Kubrick en esta locura de viaje espacial se ha superado con creces hasta el punto de haber creado un nuevo género, la paranoia-ficción, que para un hippie puede ser una obra maestra pero para un humano del s.XXI puede resultar un sinsentido de película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El sufrible e inmenso largometraje de Kubrick (2h y 17min) goza, sin embargo, con un buen comienzo debido en gran medida a una excelente banda sonora orquestrada y a unos espectaculares paisajes documentales. El director realiza una interesante síntesis de la evolución humana con unos grotescos y colonizadores primates. En esta parte Kubrick aún debía estar sereno cuando la realizó.
En la segunda fase de la película ya entramos en una espiral de disparates espaciales que se podrían descifrar si el espectador se hubiera fumado un buen porro de maría. Naves espaciales esperpénticas y multi-dimensionales pueblan el sistema solar, viajes inter-planetarios ilógicos en cuanto que salvan millones de años luz a la velocidad de un paseante y super computadoras que poseen rasgos expresamente humanos como son la mentira el orgullo o el propio afán de supervivencia que solamente poseen los seres vivos.
Para acabar de reafirmar la paranoia de Kubrick (probablemente ocasionada por la ingesta de estupefacientes) el director se vale de sonidos estridentes y discordantes repetidos hasta el cansancio mental. El aburrido hasta la exasperación filme termina con un viaje espacio-temporal con luces psicodélicas y supernovas deformes a través de un portal (probablemente un agujero negro) creado por una plancha de metal negro inductora de un campo magnético (por el cual gira el absurdo argumento de la película) hasta llegar al culmen de su ida de olla con un final claustrofóbico y surrealista.
En la segunda fase de la película ya entramos en una espiral de disparates espaciales que se podrían descifrar si el espectador se hubiera fumado un buen porro de maría. Naves espaciales esperpénticas y multi-dimensionales pueblan el sistema solar, viajes inter-planetarios ilógicos en cuanto que salvan millones de años luz a la velocidad de un paseante y super computadoras que poseen rasgos expresamente humanos como son la mentira el orgullo o el propio afán de supervivencia que solamente poseen los seres vivos.
Para acabar de reafirmar la paranoia de Kubrick (probablemente ocasionada por la ingesta de estupefacientes) el director se vale de sonidos estridentes y discordantes repetidos hasta el cansancio mental. El aburrido hasta la exasperación filme termina con un viaje espacio-temporal con luces psicodélicas y supernovas deformes a través de un portal (probablemente un agujero negro) creado por una plancha de metal negro inductora de un campo magnético (por el cual gira el absurdo argumento de la película) hasta llegar al culmen de su ida de olla con un final claustrofóbico y surrealista.
10
4 de octubre de 2008
4 de octubre de 2008
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Takeshi Kitano (alias Beat Takeshi, Kikujiro en su rol de actor) nos muestra una historia dura y cruel sobre el abandono maternal al que fue sometido un niño desde su infancia, hasta el punto de solamente poder recordar a su madre a través de fotos.
Sin embargo, la premisa de la película no nos destina a un visionado triste y amargo en el que se recurra a la lágrima fácil. Si quieren ver un drama para llorar hasta no poder ni ver, ésta no es su película y por una sencilla razón: su carga cómica. El toque personal de Takeshi Kitano imbúe esta película en toda una amalgama que aúna: sarcasmo, irreverencia, fantasía, ironía, ingenuidad, inocencia, ternura, amabilidad, madurez y mucha mucha comicidad.
Recomiendo y defiendo este film porque reinvindico la capacidad creadora del séptimo arte oriental, y sobre todo, por la originalidad con que nos premian sus películas, al margen de los clichés y la comercialidad que está viciando, cada vez más, el cine occidental (concretamente el de EE.UU), además de que me indigna ver la poca demanda de cine asiático que existe en España, que aunque sea un cine que se diferencie culturalmente bastante al nuestro, es en eso mismo en donde reside su mayor virtud. Creo que todo aquel que tenga pasión por el cine, como un servidor, estará de acuerdo conmigo.
Por lo tanto, si desean ver una película amable, diferente, con una banda sonora espectacular de Joe Hisaishi (compositor de El Viaje de Chihiro) y tremendamente divertida, véanla que no se arrepentirán.
Sin embargo, la premisa de la película no nos destina a un visionado triste y amargo en el que se recurra a la lágrima fácil. Si quieren ver un drama para llorar hasta no poder ni ver, ésta no es su película y por una sencilla razón: su carga cómica. El toque personal de Takeshi Kitano imbúe esta película en toda una amalgama que aúna: sarcasmo, irreverencia, fantasía, ironía, ingenuidad, inocencia, ternura, amabilidad, madurez y mucha mucha comicidad.
Recomiendo y defiendo este film porque reinvindico la capacidad creadora del séptimo arte oriental, y sobre todo, por la originalidad con que nos premian sus películas, al margen de los clichés y la comercialidad que está viciando, cada vez más, el cine occidental (concretamente el de EE.UU), además de que me indigna ver la poca demanda de cine asiático que existe en España, que aunque sea un cine que se diferencie culturalmente bastante al nuestro, es en eso mismo en donde reside su mayor virtud. Creo que todo aquel que tenga pasión por el cine, como un servidor, estará de acuerdo conmigo.
Por lo tanto, si desean ver una película amable, diferente, con una banda sonora espectacular de Joe Hisaishi (compositor de El Viaje de Chihiro) y tremendamente divertida, véanla que no se arrepentirán.

8,7
73.432
10
12 de agosto de 2008
12 de agosto de 2008
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sydney Lumet se luce en sus inicios como realizador y monta escuela con un film durísimo en su crítica a un sistema judicial tan admirado y odiado a la vez como es el realismo jurídico norteamericano. Una película claustrofóbica y magnífica donde sobresalen distintos carácteres interpretativos como un dudoso y extraordinario hombre racional y de justicia en la figura de Henry Fonda o la arrogancia y tozudez americana (a veces fascista) en la figura de los que mantenían el voto de culpabilidad y abogaban por la condena a la pena capital sin razones de peso ni argumentos que sustentaran tan condenable decisión, solamente apoyándose en la veracidad de los testigos y las coincidencias con las pruebas.
Lumet no deja tampoco indiferente ni al perjurio ni a los abogados que también reciben su buena ración de desprecio y crítica. Sin embargo el mayor reproche lo lleva el jurado, en su desdén en la toma de decisiones sin un previo análisis racional y mesurado de los hechos, además de la imposibilidad de mantener un criterio de culpabilidad sin tener la menor duda razonable.
En el derecho existen dimensiones demasiado amplias de incertidumbre, como para llegar a la certeza y seguridad absoluta de un hecho sin haberlo presenciado.
Es cierto que el jurado es una institución jurídica a lo mejor demasiado volátil como para hacer recaer una decisión tan importante como la condena a la silla eléctrica de un ser humano, pero ante todo y así se demuestra en la película es un conglomerado de opiniones que ayudan a llegar a un punto común, a veces a la justicia, a través del debate. Mejor es que la justicia recaiga en 11 personas sin piedad y uno dudoso que a uno sin piedad. Lo que está claro es que la certeza máxima en la justicia es una ficción porque todo lo que no se ve por uno mismo es imposible asegurarlo y como se sabe la justicia es ciega.
Hora y media de reflexión que se vislumbra larga y tediosa y por el contrario transcurre tensa viva y apasionante. Un escenario, 12 hombres y hora y media para ver el cine en su esencia.
Lumet no deja tampoco indiferente ni al perjurio ni a los abogados que también reciben su buena ración de desprecio y crítica. Sin embargo el mayor reproche lo lleva el jurado, en su desdén en la toma de decisiones sin un previo análisis racional y mesurado de los hechos, además de la imposibilidad de mantener un criterio de culpabilidad sin tener la menor duda razonable.
En el derecho existen dimensiones demasiado amplias de incertidumbre, como para llegar a la certeza y seguridad absoluta de un hecho sin haberlo presenciado.
Es cierto que el jurado es una institución jurídica a lo mejor demasiado volátil como para hacer recaer una decisión tan importante como la condena a la silla eléctrica de un ser humano, pero ante todo y así se demuestra en la película es un conglomerado de opiniones que ayudan a llegar a un punto común, a veces a la justicia, a través del debate. Mejor es que la justicia recaiga en 11 personas sin piedad y uno dudoso que a uno sin piedad. Lo que está claro es que la certeza máxima en la justicia es una ficción porque todo lo que no se ve por uno mismo es imposible asegurarlo y como se sabe la justicia es ciega.
Hora y media de reflexión que se vislumbra larga y tediosa y por el contrario transcurre tensa viva y apasionante. Un escenario, 12 hombres y hora y media para ver el cine en su esencia.

8,4
130.830
10
25 de septiembre de 2007
25 de septiembre de 2007
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al ver este filme-documental piensas en la filosofía del gran pensador José Ortega y Gasset y en cuanta razón tenía en que las circunstancias determinan al ser porque en el infierno, o eres un demonio o te comportas como tal, en este lugar no existe cabida para un ángel sino más bien para un arcángel. Se honesto en un mundo de estafadores y morirás de hambre.
Si San Agustín levantara cabeza vería la verdad de sus palabras ya que esta ciudad parece una adaptación de su libro apologético ''La Ciudad de Dios''. La moralidad, la ética y los escrúpulos no tienen parangón en este infierno, los propios niños son los que debido a la realidad de su alrededor se alzan con las armas.
El horror de matar en las favelas brasileñas es un hecho de mayoría de edad y poder, que margina todo respecto hacia el prójimo, además la venganza corrompe hasta al corazón más pacífico y bondadoso.
Esta excepcional ''ventana al crudo realismo capitalista'' constituye un documento visual sobre la presión del determinismo económico, hasta el punto de llegar a formar una ciudad que solamente entienda el lenguaje de las armas.
Extraordinaria película que te acercará al infierno más real que puedas imaginar.
Si San Agustín levantara cabeza vería la verdad de sus palabras ya que esta ciudad parece una adaptación de su libro apologético ''La Ciudad de Dios''. La moralidad, la ética y los escrúpulos no tienen parangón en este infierno, los propios niños son los que debido a la realidad de su alrededor se alzan con las armas.
El horror de matar en las favelas brasileñas es un hecho de mayoría de edad y poder, que margina todo respecto hacia el prójimo, además la venganza corrompe hasta al corazón más pacífico y bondadoso.
Esta excepcional ''ventana al crudo realismo capitalista'' constituye un documento visual sobre la presión del determinismo económico, hasta el punto de llegar a formar una ciudad que solamente entienda el lenguaje de las armas.
Extraordinaria película que te acercará al infierno más real que puedas imaginar.
23 de mayo de 2008
23 de mayo de 2008
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezaré mi crítica con una pregunta al aire: ¿Dónde se encuentra la aventura realista que definía a Indiana Jones?
El convencionalismo del s.XXI hace estragos en el séptimo arte y esta es la prueba de cómo destruir el encanto de la trilogía más influyente de su género con una historia tan absurda. Difícilmente puedo entender cómo tres monstruos de la gran pantalla como George Lucas, Steven Spielberg y David Koepp pueden idear tal calamidad argumentativa. Posiblemente se deba al gran peso que tuvo en el film el productor George Lucas (ya que la historia es cosa suya), construyendo una película que se asemeja más a la Momia que a las aventuras del Dr. Jones.
Volviendo a mi cuestión, he de decir que nunca me entristecí tanto al ver una película y es que Indiana Jones es mi trilogía preferida y con ella crecí, fue mi inicio como cinéfilo y me cautivó precisamente por su enorme realismo en la búsqueda de tesoros, donde la ciencia ficción tenía solamente apariciones puntuales. Eran películas de aventuras con mayúsculas. No se puede desvirtuar una trilogía tan sublime empapándola con ciencia ficción y la serie B (para los paganos, la serie cutre).
Este es un claro manifiesto de mi disconformidad a la "cuarta parte" de Indi referenciando que para volver tras 19 años y desprestigiar una trilogía desta forma es mejor no volver. Como gran enamorado de la trilogía que soy me sopesa criticar a Indiana Jones pero como espectador crítico que también soy no me puedo callar. He de admitir que no fui con gran entusiasmo al cine pues me temía lo peor y el visionado me dio finalmente la razón.
La película entretiene pero el fan acérrimo como yo se sentirá decepcionado pues poco encontrará de lo que significaba Indiana Jones, el ser un aventurero independiente y un apasionado de los tesoros de este mundo.
El convencionalismo del s.XXI hace estragos en el séptimo arte y esta es la prueba de cómo destruir el encanto de la trilogía más influyente de su género con una historia tan absurda. Difícilmente puedo entender cómo tres monstruos de la gran pantalla como George Lucas, Steven Spielberg y David Koepp pueden idear tal calamidad argumentativa. Posiblemente se deba al gran peso que tuvo en el film el productor George Lucas (ya que la historia es cosa suya), construyendo una película que se asemeja más a la Momia que a las aventuras del Dr. Jones.
Volviendo a mi cuestión, he de decir que nunca me entristecí tanto al ver una película y es que Indiana Jones es mi trilogía preferida y con ella crecí, fue mi inicio como cinéfilo y me cautivó precisamente por su enorme realismo en la búsqueda de tesoros, donde la ciencia ficción tenía solamente apariciones puntuales. Eran películas de aventuras con mayúsculas. No se puede desvirtuar una trilogía tan sublime empapándola con ciencia ficción y la serie B (para los paganos, la serie cutre).
Este es un claro manifiesto de mi disconformidad a la "cuarta parte" de Indi referenciando que para volver tras 19 años y desprestigiar una trilogía desta forma es mejor no volver. Como gran enamorado de la trilogía que soy me sopesa criticar a Indiana Jones pero como espectador crítico que también soy no me puedo callar. He de admitir que no fui con gran entusiasmo al cine pues me temía lo peor y el visionado me dio finalmente la razón.
La película entretiene pero el fan acérrimo como yo se sentirá decepcionado pues poco encontrará de lo que significaba Indiana Jones, el ser un aventurero independiente y un apasionado de los tesoros de este mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película empieza en Nevada en el año 1957, supuestamente en el área 51 para avivar el enigma que de por sí ya posee tal base militar, con un Dr. Jones o debería decir coronel Jones canoso pero todo hay que decirlo, divertido y ocurrente como siempre. Los insuperables nazis dejan el bastón de mando enemigo a los soviéticos que según parecen son una transcripción de los anteriores, pues la antagonista Irina Spalko es un burdo reflejo de Himmler que es enviada por el mismísimo Stalin (muerto en 1953), el cual demuestra un gran interés por lo esotérico; o sea que Stalin ahora es Hitler, lo que me faltaba por oír.
Dejando de lado los disparates del comienzo, hablemos de la actuación de Irina Spalko (Cate Blanchett), la antagonista, que no llega al nivel de los malos de las anteriores (los míticos Beloc y Donovan) e igual demuestra un enorme sadismo como una bondad y un interés inusitado por el Dr. Jones. Shia Labeouf excepcional en su papel de chico rebelde y arrogante, Karen Allen enamora con su fuerza e independencia, Ray Winstone desconcierta y encanta a partes iguales con su personaje de capitalista con corazón y el sublime John Hurt maravilla con su papel de paranoico inocente.
La historia de la película tiene miga, de lo absurda que llega a ser al final. Para empezar se entremezclan las calaveras de cuarzo (que no de cristal) con la ciudad de El Dorado buscada por los exploradores españoles, aludiendo a que las calaveras de cristal (con forma alienígena y no humana) son la llave para abrir la ciudad de oro, que al final no es ciudad ni es de oro sino una puerta interdimensional convertida en un ovni inmenso y con el poder de un agujero negro, y todo eso debido a una calavera alienígena encontrada en el Machu Picchu de origen azteca y activada en un templo maya situado en Colombia. Los artífices del film idearon una película de ciencia ficción con toques de aventura y no al revés. Así que el enorme disparate argumentativo de la película tira por tierra el realismo arqueológico de las anteriores.
Por otro lado, los creadores de la película se superaron a la hora de configurar pifias ilógicas en la trama como la supervivencia en un holocausto nuclear gracias a una nevera de mediados de siglo, la persecución por el Amazonas previamente despejado de árboles para facilitar la carrera o cómo salir sano y salvo de una triple caída por unas cataratas, entre otras joyas monumentales de "Indiana Jones y la Calavera de la Jungla de Cristal". Los efectos especiales son en ocasiones extraordinarios por su magnificencia (como la deflagración nuclear) y en ocasiones repelentes (como los monos asesinos).
Aún con todo esto la película posee maravillas como los guiños a las anteriores, el sarcasmo típico de Indi o la inolvidable banda sonora de Williams, además de la escenas de acción bien estructuradas y filmadas.
Dejando de lado los disparates del comienzo, hablemos de la actuación de Irina Spalko (Cate Blanchett), la antagonista, que no llega al nivel de los malos de las anteriores (los míticos Beloc y Donovan) e igual demuestra un enorme sadismo como una bondad y un interés inusitado por el Dr. Jones. Shia Labeouf excepcional en su papel de chico rebelde y arrogante, Karen Allen enamora con su fuerza e independencia, Ray Winstone desconcierta y encanta a partes iguales con su personaje de capitalista con corazón y el sublime John Hurt maravilla con su papel de paranoico inocente.
La historia de la película tiene miga, de lo absurda que llega a ser al final. Para empezar se entremezclan las calaveras de cuarzo (que no de cristal) con la ciudad de El Dorado buscada por los exploradores españoles, aludiendo a que las calaveras de cristal (con forma alienígena y no humana) son la llave para abrir la ciudad de oro, que al final no es ciudad ni es de oro sino una puerta interdimensional convertida en un ovni inmenso y con el poder de un agujero negro, y todo eso debido a una calavera alienígena encontrada en el Machu Picchu de origen azteca y activada en un templo maya situado en Colombia. Los artífices del film idearon una película de ciencia ficción con toques de aventura y no al revés. Así que el enorme disparate argumentativo de la película tira por tierra el realismo arqueológico de las anteriores.
Por otro lado, los creadores de la película se superaron a la hora de configurar pifias ilógicas en la trama como la supervivencia en un holocausto nuclear gracias a una nevera de mediados de siglo, la persecución por el Amazonas previamente despejado de árboles para facilitar la carrera o cómo salir sano y salvo de una triple caída por unas cataratas, entre otras joyas monumentales de "Indiana Jones y la Calavera de la Jungla de Cristal". Los efectos especiales son en ocasiones extraordinarios por su magnificencia (como la deflagración nuclear) y en ocasiones repelentes (como los monos asesinos).
Aún con todo esto la película posee maravillas como los guiños a las anteriores, el sarcasmo típico de Indi o la inolvidable banda sonora de Williams, además de la escenas de acción bien estructuradas y filmadas.
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