Lo que empezó siendo una serie prometedora que generaba sin duda el querer ver otro capítulo más al terminar uno de ellos se ha convertido en una serie española clásica, pareciendo esta última temporada una simplista reconstrucción moderna de Física o química, con escenas sobrantes y un guión, una interpretación y un argumento pésimos.

"LA REMASTERIZACIÓN DE DRAGON BALL Z PUDO SER GENIAL"

Comentarios bastante parecidos al expuesto anteriormente nos podemos encontrar al buscar opiniones sobre esta serie. Y es que aquello que podía ser un sueño hecho realidad, una remasterización en la que todos los fans de Dragón Ball pudieran ver a sus héroes y villanos favoritos con más calidad, menos relleno y en plano idéntico a la serie principal, se torció.
Aunque los dos primeros requisitos son cumplidos y bien ejecutados ( calidad y eliminación del relleno) esta serie se quedó estancada en el tercer punto, consiguiendo ser únicamente bien vista en Japón. Por su parte, la versión latinoamericana se encuentra plagada de escenas censuradas, quitan la esencia de Dragon Ball Z intentando adaptarla a un público más infantil, eliminando o sustituyendo la escenografía de combate real y quitando a la serie su verdadera belleza.
Las empresas estadounidenses, una vez más, estropearon un plato que tenía muy buena pinta.