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Críticas de Willy Nomo
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
10
13 de febrero de 2007
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta cinta nos vemos envueltos en una trama que engancha desde el principio y con un ritmo tan bien marcado que no llega a cansar en ningún momento, manteniéndonos siempre atentos a la acción en pantalla. La fotografía y la ambientación simplemente sublimes. Nos vemos rodeados de una estética de los 70 tan cuidada que parece real.
La dirección de Spielberg nunca fué tan magistral, aquí es donde se nota la madurez de este director con planos y movimientos de cámara cuidados al milímetro pero sin llegar a parecer artificiales.
Me han sorprendido gratamente las interpretaciones de los actores del reparto, la mayoría de ellos buenísimos y que a pesar de ser conocidos no te remitían a otros personajes sumergiendote totalmente en el film. La mas sorprendente de todas es la brillante interpretación de Eric Bana en el papel protagonista, actor que yo tenía por una simple cara bonita de hollywood pero que aborda un personaje terriblemente complicado, con múltiples conflictos interiores y lo hace real.
Otro aspecto destacable es la BSO. En este caso y como va siendo habitual, vuelve a ser John Williams el responsable, sin embargo en esta ocasión vuelve a hacer lo que ya hizo en la lista de Schindler, que curiosamente es no repetirse.
Abandona sus orquestas de bombo y platillos con los que imprime todo el énfasis en sus cuadriculadas partituras para hacer en este caso una música diferente, dramática y que acompaña a la película sin resaltar, siendo únicamente un apoyo en los momentos más dramáticos.

El tono de la película es una mezcla de distintos géneros y aspectos. A pesar de ser una película violenta, con disparos y explosiones varias, se consigue que no sea inmoral y todos estén justificados. En casi toda la duración del film se mantiene una tensión de película de espías, salpicada sin embargo, por pinceladas de cine negro que nos remiten a los parinos de Coppola fácilmente. Así mismo, el tono documental que adquiere recuerda mucho a Salvar al soldado Ryan con cámara al hombro en las escenas de mayor movimiento y acción para dotarlas de mas dinamismo y hacer al espectador partícipe de estas.

Se trata de una película sin buenos ni malos, aunque el punto de vista tomado es únicamente el israelí, se acogen las preguntas morales de gente civil convertida en asesinos vengadores de su país y su Dios, y también las del bando opuesto con sus motivaciones y razones (erróneas, pero que son las creídas por la mayoría de gente del planeta).
A pesar de todo no es una película que hable de política, ni de asesinos o espías. Es una película que habla de los sacrificios de un hombre por su familia y de como vende su humanidad y su alma para pagar el duro precio por conseguirlo.
Willy Nomo
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8
12 de junio de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me habían llegado recomendaciones de este filme desde su estreno en cines y que ya cosechó muy buenas críticas el año pasado en Sundance.
Hablamos de una película de terror, lo cual ya preprará a muchos para la típica hora y media insustancial de sobresaltos por picos de sonido, personajes planos que gritan mucho y gore de relleno para justificar al monstruo de turno.
Pués bien, aquí no encontraréis nada de eso.

Se trata de una película de pura ambientación y atmósfera perturbadora, que va cociendo a fuego lento un crescendo de horror a través de sus paisajes y escasos personajes. Y es en ellos donde reacae todo el peso de la historia.

La cinta se desarrolla en el Massachusetts de 1630 (aunque la película no precisa fechas), una época en la que los británicos todavía migraban por primera vez a América y en la que la superstición religiosa era muy frecuente entre la gente común y corriente.
Nuestros protagonistas son una familia que cree firmemente en los rezos y las enseñanzas de los evangelios, pero que por diferencias de interpretación sobre estos se verán obligados a abandonar su comunidad.
El padre es William (Ralph Ineson), quien quiere desarrollar un lazo más fuerte con su hijo mayor, Caleb (Harvey Scrimshaw), y la madre es Katherine (Kate Dickie), quien siente un fuerte resentimiento hacia su hija mayor, Thomasin (Anya Taylor-Joy).
La culpa por la desaparición de su bebé. Por último, están los gemelos: Mercy (Ellie Grainger) y Jonas (Lucas Dawson), que se pasan los días jugando con el chivo de la granja, Black Phillip.

Una de las primeras cosas que llaman la atención es la verosimilitud con que están tratadas sus escenas costumbristas. Con una brillante fotografía de tonos grises y colores desaturados que muestra la belleza perturbadora de sus localizaciones y una iluminación de velas en interiores nos sumerge en el marco de una leyenda folk, una dura época donde la superstición y la religión juegan un papel protagonista en la vida diaria.

El casting de actores es brillante, con rostros poco o nada conocidos, y unas interpretaciones en las que recae todo el peso de algunas de las mejores escenas.
La construcción de personajes es progresiva, permitiendo que vayamos centrándonos poco a poco en cada uno de ellos a medida que los vamos conociendo.
Algo muy importante pués sus personajes dicen más cuando guardan silencio que cuando hablan.
La manera en que el fanatismo religioso es insertado en la historia ayuda a darle un contexto escalofriante a los eventos sobrenaturales que se llevan a cabo,
cosa que su director no esconde en ningún momento y ya desde muy pronto en el metraje nos muestra que no hay segundas lecturas sobre los acontecimientos que narra.

En cuanto a su dirección no hay que pasar por alto que se trata de la ópera prima de Robert Eggers. Planos fijos en su mayoría en los que se intuyen referencias pictóricas a Goya, Wood, Millet o Caravaggio y un estilo que no sin parte de razón se ha comparado con el Anticristo de Von Trier o el Kubrick de "el resplandor".
Con un catálogo de imaginería clásica, logra dotar a la película de una atmósfera de terror sin aditivos que golpea con fuerza al espectador y se quedan alojadas en el subsconsciente.
Un director nobel al que habrá que seguir la pista por la calidad que logra en su primer trabajo.

Habrá quien la acuse de un ritmo lento en la primera mitad de metraje o que se decepcione por no tratarse del concepto convencional de cine de terror al que nos tienen acostumbrados. Pero es precisamente en eso donde radican sus virtudes, siendo una película que gustará a los fieles amantes del género y al cinéfilo "gafapasta".
Una obra que sin duda se convertirá en un referente de culto dentro de unos años.
Willy Nomo
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