Sí, tu, Villeneuve... No contento con dormirme con "La Llegada", que asemejaba el sueño húmedo de cualquier pintor postmoderno metido a psicólogo, con tanto tentáculo y tanto borrón sobre superficie cristalina, lograste con "Blade Runner 2049" abominar del personaje. A mí, que considero "Blade Runner" como verdadera poesía en movimiento, me dormiste en la sala, macho...Y ahora, con "Dune", me hubieras estafado de no haber sido precavido y ojear no ya tu nombre, sino el reparto. En un filme donde comparten espacio Jason Momoa y Javier Bardem poco bueno puede haber. Hasta Hans Zimmer, un buen compositor (muy bueno) abusa de esas fanfarrias propias de un órgano agujereado.

Un desastre enmascarado bajo unos efectos especiales estupendos, pero un desastre. Por cierto, no debería llamarse "Dune", sino "Cuarto y mitad de Dune", porque optar por el título de una novela que sirve de reclamo cuando no se plasma en su totalidad, es una estafa.

Y ya ni entro en la comparativa entre los actores que encarnan los personajes. Por citar sólo a una de las féminas principales: la tal Zendaya, al lado de Sean Young, parece pues... mejor me lo callo.