Una película pretenciosa, pero como todo lo que hace Tangana.
Es una película de emociones.
Narra la vida de personas, la vida misma.
Es la historia de Yerai Cortés, guitarrista flamenco gitano, joven con mucho talento que vive entre dos mundos, el de los payos y gitanos. Se nota en su música y su vestimenta. Es la búsqueda de algo que ha marcado su vida. Los personajes son totales, la historia emociona. La narrativa es muy espontánea y se mezcla con su música en su justa medida sin llegar a cansar.
La estética parece 35’mm. Planos muy cortos con fondos desenfocados y cámara en mano, lo que le da ese toque de intimismo.
El sonido es innovador; en cada tema se le da protagonismo a cada intérprete. La guitarra suena por encima y de repente pasa a un 2º plano para dar protagonismo a la voz o a las palmas o taconeo. Muy buena. Se hace corta lo que es bueno quedarse con ganas de más.
Todo lo que hace Tangana es una barbaridad y sólo tiene 34 años.
Se arriesga y gana. Es para elogiar.
Como el himno del Celta que es una barbaridad, se ponen los vellos de punta, sobre todo en Balaidos cuando todo el público la canta al unísono.
Este chico tiene un gran futuro por delante.
Admiro a las personas así, que tienen una sensibilidad especial y se atreven y pueden transmitirlo a través del arte. Arriesgando sin temor.
Acaba de nacer un genio que espero que siga arriesgando y haciéndonos sentir.
Enhorabuena!