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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
Al sur de la frontera
Documental
Estados Unidos2009
7,1
2.018
Documental, Intervenciones de: Hugo Chávez, Oliver Stone, Raúl Castro ...
5
13 de septiembre de 2010
28 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hugo Chávez es actualmente el personaje más controvertido de la esfera política. Y motivos no le faltan: probablemente sea la cabeza visible de otra forma de ver el mundo desde la izquierda y el socialismo. A pesar del reto que puede suponer esto, la película filmada por Oliver Stone es la de un clásico documental: ameno, directo, sencillo, breve e impersonal. La primera duda que nos asalta al finalizar su visionado es ¿ que ha aportado, o que le diferencia de otros documentales que abordan la misma temática?

La respuesta es nada. Las pretensiones del director deben de ser bajas (o quizá la desgana de quien está más metido en política que en cine) ya que todo lo que aparece en pantalla no es más que un collage de imágenes aparecidas anteriormente en otros documentales, con la novedad de entrevistas recientes (dirigidas por el) a los líderes de izquierdas latinoamericanos.

El documental, si no se ha visto o tratado el tema con anterioridad puede ser una perfecta introducción para ver las transformaciones que se están llevando a cabo en aquellos países.
El principal problema no es tanto el uso de unas imágenes de archivo manidas,sino la posición vegetal que adopta ante la revolución en su visión y diálogo con la historia. Y este diálogo es nulo: se comporta como el clásico profesor octogenario de Historia que sopla para quitar el polvo del libro y luego se pone a leer ensimismado el texto sin aportar absolutamente nada a lo ya escrito. En las antípodas encontramos una de las piezas documentales más vivas y con más nervio sobre la revolución venezonala. ''La revolución no será televisada'', donde el director prefiere dejar los libros de historia a un lado (cosa que no sería ningún problema siempre y cuando no sea una mera relectura de estos), y sacan las cámaras a la calle. En este movimiento captan las tensiones y chispas el ambiente, el sentimiento general y documentan aquellos días con unas imágenes necesariamente poco pulidas, pero vibrantes como el espacio y el tiempo en el que graban.

Ante esta posición de conservadurismo del señor Stone desde su labor de director, a pesar de su aporte en cantidad al tema de la revolución bolivariana (que nunca serán suficientes y más en estos tiempos), la mediocre calidad del producto deja huérfana de más documentales de calidad como el citado ''La revolución no será televisada'' de esta misma temática. Este si necesario e imprescindible.

Lo mejor: el tema a tratar. Y la escena que señalo en spoilers.
Lo peor: el tratamiento mediocre y equivocado del director que no aporta nada nuevo. Y un tufillo de protagonismo a lo Michael Moore.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Destaca una de las secuencias más libres del documental; cuando el presidente venezolano enseñando la zona donde se crió de joven, rompe la bicicleta en la que monta y se cae al suelo . Esa naturalidad y la filmación de una realidad no prevista en el guión, rompe la monotonía en la que se envuelve Oliver Stone la narración.
27 de octubre de 2006
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas de la historia (sino la mejor).
Kurosawa, después del intento de suicidio por el fracaso de su anterior película y la negativa por parte del estudio de rodar la parte japonesa de la película Tora Tora Tora, rodó la que probablemente sea su película más valiosa, no tanto cinematográficamente, como humanamente.
Narra las aventuras de un investigador de la estepa Siberiana, y su encuentro con un indígena, llamado Dersu Uzala, dos hombres opuestos, pero que se admiran mutuamente (uno asentando en la sociedad y otro ajeno a ella), y nos muestra claramente las diferencias entre los dos modos de vida.
A la vez toca otros temas con sutileza, ya sea el exterminio de la naturaleza, el encuentro del beatus ille, la caza de animales que no son para consumo propio, la vejez...
Pero revestido de un espíritu aventurero, rodado con mano maestra, que nos lleva por los dos horas y media del metraje como si fuese una.
Increíbles interpretaciones, fotografía y por supuesto dirección, que en una película de esta envergadura lo es todo.
Fue recompensado con el Oscar a la mejor película extranjera en 1975.
Hiroshima
Japón1983
7,4
1.422
Animación
7
3 de agosto de 2007
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película, que narra los hechos y consecuencias inminentes de la explosión (en este caso Hiroshima) de la bomba atómica.
Sorprende ver en el mensaje, la autocrítica hacia Japón,a los líderes japones en concreto, que les reprocha haber seguido la guerra cuando estaba perdida, arriesgando muchas vidas, colmando el vaso con las bombas atómicas.
La película, goza de un guión ágil que nos lleva por las situaciones cotidianas, hasta el bombardeo, y las consecuencias que tiene en la familia. El problema de la película, que impide que le ponga un 9-10, es que no está realizada sutilmente, exagerada en algunas situaciones.Las escenas posteriores al bombardeo, parecen casi surrealistas, aunque en este caso le vale para crear una atmosfera de horror y desconcierto al protagonista ante un mundo que parece más el mundo de los muertos. La guerra no necesita remarcar el horror, ni recrearse en el, pues ya es lo suficientemente dramática. En la película tiende a dramatizar situaciones, que desde un modo mucho más sutil hubiese sido más creíble,y finalmente, más dramática.
Aún así es de reconocer la gran labor realizada por el equipo, y aunque solo sea por servir de base a la obra maestra que es La tumba de las luciérnagas, ya tiene su sentido...y si es buena, mejor que mejor ¿no?
27 de abril de 2014
19 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezar afirmando que ''The Wind Rises'' (2013) no es solo es la mejor película del año pasado, si no también el cierre de una de las mejores carreras que se han parido en el cine puede parecer excesivo. Aún así lo mantengo firmemente. Esta es la película más adulta de Miyazaki y también la más personal.

Por ello, lo primero que llama la atención es el alejamiento del terreno fantástico, por una visión realista. A pesar de esto Miyazaki aborda siempre sus películas pensando en el mundo real. Es decir, que aborda lo real desde la fantasía; la identidad personal y cultural en ''El viaje de Chihiro'' (2001), la dificultad de mantener la dignidad cuando se derrumba una utopía ''Porco Rosso'' (1992. Aún así dice preferir ser ''un cerdo a un fascista'') o los límites del capitalismo industrial y la naturaleza en ''La princesa Mononoke''. En ''The Wind Rises'' la única -lógica-excepción son los sueños protagonizados por ''Cabroni'', el constructor de aviones italiano, ídolo para el protagonista, Jirô.

El protagonista principal es el hilo conductor de esta historia de búsquedas en plural. Resulta interesante interpretar en Jirô, un álter ego del propio director. La perfección técnica es imprescindible para crear el avión, sin embargo la ingeniería no debe hacer olvidar que esa búsqueda esá motivada por querer volar - la poesía-. Dos caras de una misma moneda, como un doble movimiento entre técnica y sentimiento tan presente en las películas del realizador japonés. Esta parece ser su fórmula mágica para hacer cine. ¿Alguno se anima a usarla?

La historia es lineal. Sigue la vida del protagonista desde su infancia hasta la construcción de un ''súper-avión''. Por el camino conocerá a Naoko, el amor de su vida. Y con ello asistimos a la que probablemente sea una de las historias más románticas y trágicas que nos haya regalado en una pantalla. Una historia antigua, sobada y usada mil veces en el cine y otros artes. Pero que sin embargo capta nuestra atención desde tiempos inmemoriales. Creo que esta puede ser la película más sentimental de Miyazaki, que son palabras mayores. Sin embargo nunca cae en el ridículo ni en lo empalagoso como tantas y tantas producciones. Como dice Sergi Sánchez ''quizás porque Miyazaki no teme al sentimentalismo, nunca cae en él''.

La maestría del director rezuma por todos los lados. Pocas veces se puede observar una economía narrativa tan lograda. Un puñado de buenos personajes como el misterioso Castorp (doblado en la versión estadounidense por Werner Herzog) y que se encuentra exiliado de Alemania. Protagoniza alguno de los mejores momentos de toda la película. El alemán exiliado es un ejemplo de la facilidad del director para trazar secundarios de lujo. El jefe diminuto de Jirô con los vaivenes de su pelo al andar particular que tiene sería otro ejemplo. También se nota la calidad en una trama que avanza tomándose el tiempo necesario, con una firmeza envidiable y sin bajones de ritmo. Es más, estos cambios siempre son para pisar el acelerador. No falta ni sobra nada. Cada escena funciona como un engranaje de reloj suizo y aporta siempre información -muchas veces, insisto, en los detalles más pequeños-En esta economía narrativa la importancia de lo que se omite es tan importante como lo que es visible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La animación, esto ya no sorprende, es extraordinaria. Su apuesta por el dibujo de ''lo pequeño'', como unas gotas de lluvia, el pelo, unos cordones o la misma hierba es impresionante. Da la impresión de que Miyazaki consigue que su mundo tenga más vida que el nuestro. Incluso la relación de amor avanza entre detalles gestuales y verbales. Cuanto más enferma se encuentra por la tuberculosis, los detalles cobren más importancia si cabe. Tiene especial relevancia en la animación el elemento del viento. Este siempre estuvo presente en las películas de Miyazaki. En esta aún es más palpable: hierba bailando por el contacto, olas de mar, nubes que se desplazan continuamente o el propio roce de los aviones. Es sabido por su filmografía, que cuando el viento sopla sobre sus personajes, es un momento de crucial importancia en la película En esta película sopla continuamente, lo que me hace pensar que es la película más trascendente conscientemente que haya realizado el realizador japonés. Y para considerar si estamos ante un nuevo hito de la animación tradicional, se podría argumentar poniendo dos escenas impresionantes y contrarias estéticamente: la apabullante y y en continuo movimiento como la del terremoto, y la posterior de una ''boda exprés'' casi minimalista entre la pareja protagonista.


También encontramos diversas reflexiones políticas que se pueden extraer de ''The Wind Rises'', pero aunque siempre presentes, quedan inexorablemente entrelazados con la relación amorosa. Por ello, fue acusado en su país de'' traidor'' por la extraderecha japonesa. S evidencia en su crítica antimilitarista y antifascista y las dudas del personaje principal. Dudas que el propio Miyazaki plantea y que parece resolver acudiendo la neutralidad de un avión, capaz de lanzar bombas o paquetes de comida. Una suerte de martillo que puede ser empleado para levantar una casa o aporrearlo en una cabeza. No es de extrañar entonces la crítica a esa sociedad ''amiga'' de Hitler y con un proyecto imperialista hacia países como China. Hay que recordar que Miyazaki (como Takahata), se sintieron vinculados al Partido Comunista Japonés al calor de las numerosas huelgas universitarias que apoyaron sin reservas. A pesar de su posterior alejamiento de esta ideología, no pudo evitar en Porco Rosso'' (1992), introducir la emotiva canción ''Le temps des cerises'' que homenajea a la Comuna de Paris.

También a esta película recuerda el fantástico guión musical elaborado por su colega Joe Hisaishi. El tema de la aviación contiene esos sonidos italianos con mandolina, que refuerzan el nexo entre Cabroni y el protagonista. Por otra parte el tema de amor de Jirô y Naoko ejerce de contraste más dramático y serio, y que resulta apabullante en la escena del reencuentro en la estación de tren. La habilidad de Hisaishi le permite intercambiar en un momento dado el tema de la aviación por el del amor cuando su amada esta presente. De esta manera subraya que quizá ambos amores del protagonista están más unidos de lo que parece.

Recomendadísima película y fantástico broche de oro para uno de los más grandes humanistas del séptimo arte.
20 de enero de 2009
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film realizado por Jean Renoir en el verano de 1936, que dejó inacabado y no volvió a retomar. La acción tiene lugar en las orillas del Sena, a lo largo de las horas previas al almuerzo, un día de agosto de 1860. El quincallero parisino Cyprien Dufour (André Gabriello), con el coche (carro ligero con toldo) de su vecino lechero, sale de Paris con la familia para gozar de un día de campo. Le acompañan su mujer Juliette (Jane Marken), su hija Henriette (Sylvia Bataille), su ayudante y novio de la hija, Anatole (Paul Temps) y la abuela (Gabrielle Fontan).
En la película el tema que vertebra la película (como el río permanente desde el primer plano) es la naturaleza. Trata sobre placeres del amor y también como las convenciones sociales pueden crear parejas imposibles sin ningún atractivo condenadas al aburrimiento. Como por ello se invierte o devalúa el valor de la vida, íntimamente relacionada con la naturaleza, con la vida misma o lo que es lo mismo, con el río.
El director del mediometraje firma la película como si de un vanguardista impresionista se tratara, apoyándose en bellas estampas donde se recrea en la belleza de la naturaleza. Los protagonistas desde un primer momento requieren a la naturaleza, es necesaria para ellos, pues con el sol abrasador de un verano ardiente se dirigen a cobijarse bajo la sombra de un árbol. En todo momento existe una comparación entre naturaleza y naturaleza del hombre, como elementos diferentes si bien debería de existir una sola naturaleza. El momento más bello y radiante del film tiene lugar cuando la protagonista se columpia acompasadamente al ritmo de la música de Korda y se llega a fundir con la naturaleza en el plano.
También es cierto que lo que pretende es preguntarse porque los hombres tendemos a distanciarnos de la naturaleza. En una escena se ve a unos curas pasando frente a estas mujeres, y no pueden reprimir echar un vistazo ante tal deleite visual, no pueden reprimirse, deben mirar. Su naturaleza se lo indica pero el líder de la comisión regaña a uno por hacerlo. ¿Por qué ir a contracorriente de lo que nos dicta nuestra naturaleza?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En un determinado momento de la película tiene lugar otra escena clave, se inicia con la siguiente frase:

-No toques la oruga, te saldrán granos.
Aquí se ve el distanciamiento que se suele tener con respecto a la naturaleza, nuestra protagonista haciendo caso omiso dice que tiene miedo de pisarlas, y la madre le replica que si es por eso, que no se caminaría. Le dice más concretamente que no son como las personas. Hace un monologo nuestra protagonista sobre como le llena la naturaleza, la madre dice que ella también, pero que es sensata. Es decir, que en su moral aburguesada hay que decirle basta a nuestra propia naturaleza. Siempre como vemos, jugando con naturaleza-naturaleza de los hombres que aparece siempre dividida como nos lo muestra. El film es un intento de dejarnos de encorsetarnos de ‘’tanta decencia’’ y que afectan a la alegría de vivir (joie de vivre) que desearíamos.
Renoir tras el presunto ‘’cursilismo’’ de la película (que puede haber), deja caer que la naturaleza es bellísima, pero que también encontramos cosas que nos pueden gustar menos pero que siempre están ahí, como recuerda citando a las pirañas que hay en el río. El río para Renoir es la vida, la ramificación de todo lo demás. Es la metáfora arreglada para la ocasión que ya aparece en literatura de hace siglos (como las coplas de Jorge Manrique) donde el río es como la vida que va a dar a la mar. Están en constante movimiento en el río, sobre la barca. Es un personaje más, aparece difuminado como un óleo a lo largo de los cuarenta minutos del metraje a modo de núcleo.
Un acierto de Renoir es no juzgar a la madre de la protagonista, casada y que además se enamora como una niña con el otro hombre de la pareja. Es lo que la bella naturaleza le dicta, y expone objetivamente el hecho. Sin entrar a valoración, sin ser un juez. ¿Quién puede ser juez de la naturaleza?
Ya hacia el final de film la mujer hacia algo que quiere pero que no puede. La naturaleza ha sido dañada, no ha dejado salir esa belleza interior, porque ella no parece acabar de sentirse a gusto. Por ello, en una elipsis nos presenta la naturaleza lloviendo, nubes, tristeza que parecen atacar la belleza anterior de este viaje en barco. Pasan los años y vuelven a encontrase, y hablan de lo que recuerdan aquel día. Aquel feliz día que durante unos minutos parecieron atravesar el plano que separaba la naturaleza de la falsa moralidad y que recuerdan con tristeza y alegría. Una música suena, de nostalgia. Un final maravilloso que nos recuerdan tangencialmente a Ciudadano Kane (Orson Welles) o a la más reciente Brockeback Mountain (Ang Lee). La fugacidad de la vida, lo no permanente se nos es mostrado frente a lo permanente que es la naturaleza.
Finalmente un plano del río, que forma una elipsis perfecta con el inicio del film. La vida sigue.
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