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Críticas ordenadas por utilidad
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5,9
2.121
8
1 de octubre de 2017
1 de octubre de 2017
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Y si algún director español estuviera colgado por las películas de Jacinto Molina alias Paul Naschy e hiciera una intentando imitar en argumento y estética las de aquel? y permítaseme la redundancia ¿Y si además la imitación supera a los originales? Pues bien eso es lo que ha conseguido Anna Biller.
La fijación de Anna B. por un cine sub-cultural de género sexy-policíaco-ocultista, una corriente subterránea en el que apenas se fija el espectador exigente allá por los 60-70 ha sido el elegido por esta directora acaparadora de responsabilidades y que como más directores sigan su ejemplo mandaría al paro a un montón de profesionales de la industria cinematográfica.
Precisamente el apartarse de este cine industrial para realizar un cine artesano en una película que se nota su amor por este sub-género, cuidando todo tipo de detalles, radica la magistral obra que se ha marcado Biller.
Por si eso no fuera poco encontramos un buen argumento, una entretenida historia plasmada con una estética memorable solo hay que ver el vestuario tan apropiado de los personajes responsabilidad directa de la propia directora, un movimiento de cámara adecuado a lo que nos quiere contar y una gran elección de actores, que es otra de las atribuciones de A. Biller.
Es fabuloso como Anna Biller remarca el acento feminista en la fragilidad de los personajes. El papel del hombre en Love Witch es ser un esclavo del amor que nos exige su protagonista y más te vale que le des lo que quiere.
Samantha Robinson ha nacido para interpretar a Elaine, su dicción, sus gestos faciales, su saber moverse ante la cámara todo en ella enhebra con el personaje que representa. Todo un acierto de la directora en su elección, otra atribución que se apunta, y en su dirección.
A seguir muy de cerca la próxima entrega de esta directora. Mientras nos deleitaremos con este ameno sexy-negro altamente recomendable.
La fijación de Anna B. por un cine sub-cultural de género sexy-policíaco-ocultista, una corriente subterránea en el que apenas se fija el espectador exigente allá por los 60-70 ha sido el elegido por esta directora acaparadora de responsabilidades y que como más directores sigan su ejemplo mandaría al paro a un montón de profesionales de la industria cinematográfica.
Precisamente el apartarse de este cine industrial para realizar un cine artesano en una película que se nota su amor por este sub-género, cuidando todo tipo de detalles, radica la magistral obra que se ha marcado Biller.
Por si eso no fuera poco encontramos un buen argumento, una entretenida historia plasmada con una estética memorable solo hay que ver el vestuario tan apropiado de los personajes responsabilidad directa de la propia directora, un movimiento de cámara adecuado a lo que nos quiere contar y una gran elección de actores, que es otra de las atribuciones de A. Biller.
Es fabuloso como Anna Biller remarca el acento feminista en la fragilidad de los personajes. El papel del hombre en Love Witch es ser un esclavo del amor que nos exige su protagonista y más te vale que le des lo que quiere.
Samantha Robinson ha nacido para interpretar a Elaine, su dicción, sus gestos faciales, su saber moverse ante la cámara todo en ella enhebra con el personaje que representa. Todo un acierto de la directora en su elección, otra atribución que se apunta, y en su dirección.
A seguir muy de cerca la próxima entrega de esta directora. Mientras nos deleitaremos con este ameno sexy-negro altamente recomendable.
Serie

7,3
1.427
8
30 de enero de 2022
30 de enero de 2022
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué agradecidas son las películas de carretera! Los guionistas tienen la libertad absoluta para crear las situaciones más disparatadas y juntar extrañas parejas de viaje, ahora bien si se nos van de las manos las locuras, y en el capítulo siete así sucede, y no hay un fondo más allá de una salida y una meta rellenas de dislates de cualquier tipo con personajes estereotipados las series de carretera se vuelven inocuas, vacías, una sucesión de chistes malos.
No es el caso, Upright entretiene, los despropósitos están contenidos y la pareja; maduro timorato y jovencita volcánica es creíble. Además el recurso de saltos en el tiempo intriga al espectador con respecto al pasado de los personajes, con sorpresa en el capítulo final. Si a todo esto le sumamos el tono general elevado de cada episodio y un minutaje que encima te deja con ganas de más, hacen de Upright una serie que no debes perderte.
Aunque la verdadera joyita son esos increíbles paisajes del desierto australiano, la interminable llanura de Nullarbor, los atardeceres de color rosáceo, las noches de estrellas luminosas con todos esos inadaptados reunidos en caravanas, esos pueblos con aire a poblados del oeste americano y las carreteras y pistas que deberían nombrarse patrimonio de la humanidad, son los diamantes de esta serie que vi en un par de frías madrugadas de enero y que hasta me hicieron sudar al ver a Lucky deambular bajo el sol australiano.
No es el caso, Upright entretiene, los despropósitos están contenidos y la pareja; maduro timorato y jovencita volcánica es creíble. Además el recurso de saltos en el tiempo intriga al espectador con respecto al pasado de los personajes, con sorpresa en el capítulo final. Si a todo esto le sumamos el tono general elevado de cada episodio y un minutaje que encima te deja con ganas de más, hacen de Upright una serie que no debes perderte.
Aunque la verdadera joyita son esos increíbles paisajes del desierto australiano, la interminable llanura de Nullarbor, los atardeceres de color rosáceo, las noches de estrellas luminosas con todos esos inadaptados reunidos en caravanas, esos pueblos con aire a poblados del oeste americano y las carreteras y pistas que deberían nombrarse patrimonio de la humanidad, son los diamantes de esta serie que vi en un par de frías madrugadas de enero y que hasta me hicieron sudar al ver a Lucky deambular bajo el sol australiano.

7,5
6.613
5
5 de abril de 2021
5 de abril de 2021
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un género denominado "drama de cocina" dentro del "libre cine británico" de los sesenta donde se mostraba con realismo las vicisitudes y miserias de los trabajadores.
Marty, al estilo estadounidense, endulzado con toques de comedia, bien podría ser un referente para aquel movimiento.
La historia transcurre durante un día, donde chico conoce a chica y bla, bla, bla ya saben. Sí, es verdad, con algunas peculiaridades de los personajes y poco más como la gran actuación del eterno secundario E. Borgnine, que por otro lado su rostro tan característico camufla su expresiones de alegría, enfado, ira, tristeza, etc prácticamente conocemos sus estados por su verborreica labia.
Tiene cierto encanto conocer como se ligaba en el Nueva York del 55, ver una bola de discoteca en el Stardust, quedarnos asombrados que con 56 años eras una vieja de solemnidad, que la religión y la familia de esta segunda generación de italianos tenía una influencia rotunda y fatal, que estos treintañeros leían novela negra dura, los cómics del periódico y las mujeres y el deporte eran sus temas de conversación, hay cosas que no cambian.
Marty no deja de ser una historia intrascendente, un divertimento ajustado en tiempo y una película sobrevalorada.
Marty, al estilo estadounidense, endulzado con toques de comedia, bien podría ser un referente para aquel movimiento.
La historia transcurre durante un día, donde chico conoce a chica y bla, bla, bla ya saben. Sí, es verdad, con algunas peculiaridades de los personajes y poco más como la gran actuación del eterno secundario E. Borgnine, que por otro lado su rostro tan característico camufla su expresiones de alegría, enfado, ira, tristeza, etc prácticamente conocemos sus estados por su verborreica labia.
Tiene cierto encanto conocer como se ligaba en el Nueva York del 55, ver una bola de discoteca en el Stardust, quedarnos asombrados que con 56 años eras una vieja de solemnidad, que la religión y la familia de esta segunda generación de italianos tenía una influencia rotunda y fatal, que estos treintañeros leían novela negra dura, los cómics del periódico y las mujeres y el deporte eran sus temas de conversación, hay cosas que no cambian.
Marty no deja de ser una historia intrascendente, un divertimento ajustado en tiempo y una película sobrevalorada.
2 de octubre de 2017
2 de octubre de 2017
20 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cassavetes aburre a las ovejas, es más crea un conflicto contradictorio entre la inducción al sueño que inspira este film y los gritos de sus personajes que hacen imposible la inevitable cabezadita.
Sarcasmos aparte, Una mujer bajo.....es tan insaciablemente soporífera que se traga cualquier mensaje, crítica, soflama, doctrina o reivindicación.
Dramón reiterativo en el que los sucesos se repiten cambiando el personal; ahora con amigos, ahora con familiares, ahora nosotros solos, con los niños, por cierto recurso vulgar la utilización de críos para darnos más penita.
Cassavetes se estrella con estrépito en la dirección de sus actores principales. Sabemos que hacer de loco es un papel facilón, cualquiera puede interpretarlo con poner caritas, hacer muecas, cambiar rápidamente de risa a llanto, pegar gritos, decir incoherencias, moverte como si te persiguiera un enjambre de abejas, en fin cualquier disparate vale lo difícil es saber sujetar al actor y conducirlo. La actuación de Gena Rowlands es desmedida. Cassavetes muestra la desesperación del personaje que representa Peter Falk con una reiteración de primeros planos despeinado y movimientos muy gesticulantes, me supongo que así entenderá Cassavetes al tipo italiano medio.
Película prescindible de alto contenido en tedio.
Sarcasmos aparte, Una mujer bajo.....es tan insaciablemente soporífera que se traga cualquier mensaje, crítica, soflama, doctrina o reivindicación.
Dramón reiterativo en el que los sucesos se repiten cambiando el personal; ahora con amigos, ahora con familiares, ahora nosotros solos, con los niños, por cierto recurso vulgar la utilización de críos para darnos más penita.
Cassavetes se estrella con estrépito en la dirección de sus actores principales. Sabemos que hacer de loco es un papel facilón, cualquiera puede interpretarlo con poner caritas, hacer muecas, cambiar rápidamente de risa a llanto, pegar gritos, decir incoherencias, moverte como si te persiguiera un enjambre de abejas, en fin cualquier disparate vale lo difícil es saber sujetar al actor y conducirlo. La actuación de Gena Rowlands es desmedida. Cassavetes muestra la desesperación del personaje que representa Peter Falk con una reiteración de primeros planos despeinado y movimientos muy gesticulantes, me supongo que así entenderá Cassavetes al tipo italiano medio.
Película prescindible de alto contenido en tedio.

5,6
383
8
17 de mayo de 2021
17 de mayo de 2021
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe duda, la sala de montaje debía ser una barra libre de speed, éxtasis, corazones púrpura y otras sustancias a las que Alan McGee era tan aficionado a tenor de lo acelerada que es Creation S. No da tregua, se suceden hechos, conversaciones alocadas, impactos visuales a lo 24 hours party people pero alejado del tratamiento infantil que hace del espectador en sus películas Guy Ritchie.
Aquí la cámara se llena de referencias ya sean explícitas, en forma de cartelería o posters de fondo, grupos, alusiones veladas, arquitectura e incluso rememberanzas del Free cinema británico y su famoso drama de cocina.
Sí es verdad que la película es algo deslavazada, que quiere abarcar demasiado sin profundizar en aspectos personales, que la novia, los amigos, el éxito o el fracaso vienen sin paracaidas, pero lo que en otras películas sería una rémora, Nick lo convierte en virtud a través de las disgresiones de personajes que aparecen en la pantalla. Al fin esto va sobre el creador de una compañía discográfica independiente que tiene que lidiar con iluminados rock star, ejecutivos bancarios y usureros, talentos alejados de lo convencional y ¡como no! con el acoso de las compañías discográficas establecidas y llegados a este momento acertadísima la explicación de como la cadena de ejecutivos se carga la frescura e inmediatez de grupos y modas llegando tarde siempre a la fiesta.
Además, con la expectativa de treinta años se cargaron la gallina de los huevos de oro, menos mal que todavía existen compañías independientes que mantienen viva la llama de los discos.
Impagable la escena en la que Daniel Treacy se marcha de la compañía entonando Part Time Punks ¡Por siempre vivo el espíritu creativo y divergente!
Fue terminar la película y desempolvar mi chapa de los TV Personalities que compré en 1981 y escuchar su ep comprado por correo (¡enviando libras en un sobre a los anuncios de tiendas de discos del NME y esperando que fueran legales y me llegara el disco!) y que me ha acompañado estos cuarenta años,
Part time punks lalalala.
Aquí la cámara se llena de referencias ya sean explícitas, en forma de cartelería o posters de fondo, grupos, alusiones veladas, arquitectura e incluso rememberanzas del Free cinema británico y su famoso drama de cocina.
Sí es verdad que la película es algo deslavazada, que quiere abarcar demasiado sin profundizar en aspectos personales, que la novia, los amigos, el éxito o el fracaso vienen sin paracaidas, pero lo que en otras películas sería una rémora, Nick lo convierte en virtud a través de las disgresiones de personajes que aparecen en la pantalla. Al fin esto va sobre el creador de una compañía discográfica independiente que tiene que lidiar con iluminados rock star, ejecutivos bancarios y usureros, talentos alejados de lo convencional y ¡como no! con el acoso de las compañías discográficas establecidas y llegados a este momento acertadísima la explicación de como la cadena de ejecutivos se carga la frescura e inmediatez de grupos y modas llegando tarde siempre a la fiesta.
Además, con la expectativa de treinta años se cargaron la gallina de los huevos de oro, menos mal que todavía existen compañías independientes que mantienen viva la llama de los discos.
Impagable la escena en la que Daniel Treacy se marcha de la compañía entonando Part Time Punks ¡Por siempre vivo el espíritu creativo y divergente!
Fue terminar la película y desempolvar mi chapa de los TV Personalities que compré en 1981 y escuchar su ep comprado por correo (¡enviando libras en un sobre a los anuncios de tiendas de discos del NME y esperando que fueran legales y me llegara el disco!) y que me ha acompañado estos cuarenta años,
Part time punks lalalala.
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