La película es efectivamente un alegato pro-vida. Se trata del testimonio de una abortera que un día se da cuenta de qué está haciendo y da a su vida un giro de 180 grados. Hay unos pocos personajes principales que llevan la historia, y toda una gama de secundarios de relleno. Las interpretaciones son aceptables, y la historia se cuenta bien.

Por lo que me han contado personas que colaboran con asociaciones de ayuda a mujeres embarazadas a las que el sistema las condena al aborto como única "salida", y que son las que me animaron a verla, la película reproduce de manera bastante fiel esa realidad que nuestra cultura mainstream se empeña en ocultar. Ese es su interés, además de mostrar los argumentos de los movimientos pro-vida.

Uno puede despreciarla sin más, porque está a favor del aborto, pero perdería una oportunidad para intentar comprender a sus adversarios, y valorar sus argumentos, además de comprobar cuál es la realidad del aborto tras los gestos de estreñida de Irene Montero (por poner un ejemplo de abortista).

No creo que se merezca un 10, pero se lo he puesto porque me parece una peli que cumple, y porque de alguna manera hay que compensar los 0 sin contemplaciones que le pondrán los abortistas. Me llama la atención la cantidad de puntitos rojos que aparecen en las críticas de los "medios". Supongo que si la película defendiera tesis de izquierdas (no sé, pongamos una de Michael Moore), habría más verdes, y leeríamos que se trata de una película valiente, comprometida,... y todo eso. Claro que más les vale a los críticos poner el puntito rojo, si quieren seguir pagando sus facturas.