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Críticas ordenadas por utilidad
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5 de enero de 2014
5 de enero de 2014
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a empezar de forma honrada y, para ello, me debo sincerar y confesar mi "idilio" (hoy me voy a atiborrar a usar las comillas) con el ""cine"" de Juan Pinzás.
No hace mucho de ello, igual cosa de un año y medio, cuando cruzose, altanera, con mi azul monotonía un título: "Érase otra vez". Sucedía, pues, que andaba yo fisgando entre las 27 películas que esta Web incluye del movimiento Dogma.
-"Sólo hay tres películas dogma en este Estado. Las tres del mismo director. Las tres peores valoradas dentro de su tópic en Filmaffinity"-
Gato curioso que soy, al percatarme de este hecho, una llama se me encendió -"debo ver esas películas"-. Pollo masoquista, que también lo soy, su mala crítica la avivó -"debo verlas cuanto antes"-
Y ese cuanto antes fue el ya de aquel entonces. Me dispuse a ver, acto seguido, "Érase otra vez", por vía de la etérea deidad Internet.
Créditos finales, como si de un film se tratase. Ya había acabado ese alargado horror. Un veraniego sol de atardecer impactaba contra el espejo del portátil, liviano, y en verme el rostro descubrí unas cejas arqueadas, postura la cual, sin duda, habrían adoptado desde el primer minuto de ""película"".
El peor documento audiovisual que había visto hasta entonces: director con párkinson, actores con parálisis facial y problemas de dicción, guión ¿guión?, diálogos ¿diálogos?, y podría seguir con esa broma toda la crítica.
Mulo terco que desearía no ser, decidí cumplir mi promesa y ver las tres películas -"que le voy a hacer..."-.
Así pues, cayeron "Días de boda" y "El desenlace"; casi tan mala y aún peor. ¿Cómo era posible? Me pregunté. Y aún me lo pregunto. Ser capaz de crear un bochorno similar a "Érase otra vez" y, en su vileza, superar todo registro de carencia de vergüenza y de talento, dando luz la ya citada "El desenlace".
En efecto, esa es la peor ""película"" que he visto. Y, en efecto, esta es la peor trilogía que he visto. Y, en efecto, Juan Pinzás es el peor ""director de cine"" que conozco.
Las hojas se fueron secando y cayeron, murió el verano y el otoño dio paso al invierno. La vida seguía transcurriendo azul y mis paseos por Filmaffinity no variaron su asiduidad. Y, en la medida que compartía mi ocio con esta Web, de tanto en tanto buscaba ese nombre, el de Juan Pinzás (con acento en la á, usualmente olvidado en su descuidada pronunciación).
-"Sombras de Nueva York", un título cool, no es dogma y además actúa el susodicho Pinzás. La he de ver."-
Ocurrió lo impensable. El tráiler me sugería la posibilidad de que Pinzás hubiera hecho una película decente. No recordaba a lo anterior.
La vi, et voilà...
Juan Pinzás haciendo el capullo, como en sus anteriores ""películas"", pero esta vez en Nueva York.
Así de simple es el resumen. Se acabó la poesía. Sin dogma, pero la jactanciosa bufonada de siempre. Aunque en este caso se le añade un velo de impostada reflexión, cuyo intento poético se queda en la más desvergonzada banalidad, representada con inanes e incoherentes monólogos en off, los cuales están escritos con aquel sacrosanto miembro anatómico que acostumbra a besar los asientos. Pretenciosa a más no poder.
En virtud de que comparto con la crítica del usuario rirocbel otras cosas que cabría decir, no veo necesario que continúe escribiendo sobre este "pináculo" de la cinematografía española.
(En el spoiler no explico nada que no se puedan haber imaginado ya)
No hace mucho de ello, igual cosa de un año y medio, cuando cruzose, altanera, con mi azul monotonía un título: "Érase otra vez". Sucedía, pues, que andaba yo fisgando entre las 27 películas que esta Web incluye del movimiento Dogma.
-"Sólo hay tres películas dogma en este Estado. Las tres del mismo director. Las tres peores valoradas dentro de su tópic en Filmaffinity"-
Gato curioso que soy, al percatarme de este hecho, una llama se me encendió -"debo ver esas películas"-. Pollo masoquista, que también lo soy, su mala crítica la avivó -"debo verlas cuanto antes"-
Y ese cuanto antes fue el ya de aquel entonces. Me dispuse a ver, acto seguido, "Érase otra vez", por vía de la etérea deidad Internet.
Créditos finales, como si de un film se tratase. Ya había acabado ese alargado horror. Un veraniego sol de atardecer impactaba contra el espejo del portátil, liviano, y en verme el rostro descubrí unas cejas arqueadas, postura la cual, sin duda, habrían adoptado desde el primer minuto de ""película"".
El peor documento audiovisual que había visto hasta entonces: director con párkinson, actores con parálisis facial y problemas de dicción, guión ¿guión?, diálogos ¿diálogos?, y podría seguir con esa broma toda la crítica.
Mulo terco que desearía no ser, decidí cumplir mi promesa y ver las tres películas -"que le voy a hacer..."-.
Así pues, cayeron "Días de boda" y "El desenlace"; casi tan mala y aún peor. ¿Cómo era posible? Me pregunté. Y aún me lo pregunto. Ser capaz de crear un bochorno similar a "Érase otra vez" y, en su vileza, superar todo registro de carencia de vergüenza y de talento, dando luz la ya citada "El desenlace".
En efecto, esa es la peor ""película"" que he visto. Y, en efecto, esta es la peor trilogía que he visto. Y, en efecto, Juan Pinzás es el peor ""director de cine"" que conozco.
Las hojas se fueron secando y cayeron, murió el verano y el otoño dio paso al invierno. La vida seguía transcurriendo azul y mis paseos por Filmaffinity no variaron su asiduidad. Y, en la medida que compartía mi ocio con esta Web, de tanto en tanto buscaba ese nombre, el de Juan Pinzás (con acento en la á, usualmente olvidado en su descuidada pronunciación).
-"Sombras de Nueva York", un título cool, no es dogma y además actúa el susodicho Pinzás. La he de ver."-
Ocurrió lo impensable. El tráiler me sugería la posibilidad de que Pinzás hubiera hecho una película decente. No recordaba a lo anterior.
La vi, et voilà...
Juan Pinzás haciendo el capullo, como en sus anteriores ""películas"", pero esta vez en Nueva York.
Así de simple es el resumen. Se acabó la poesía. Sin dogma, pero la jactanciosa bufonada de siempre. Aunque en este caso se le añade un velo de impostada reflexión, cuyo intento poético se queda en la más desvergonzada banalidad, representada con inanes e incoherentes monólogos en off, los cuales están escritos con aquel sacrosanto miembro anatómico que acostumbra a besar los asientos. Pretenciosa a más no poder.
En virtud de que comparto con la crítica del usuario rirocbel otras cosas que cabría decir, no veo necesario que continúe escribiendo sobre este "pináculo" de la cinematografía española.
(En el spoiler no explico nada que no se puedan haber imaginado ya)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La dicción de Juan Pinzás es nefasta, me han atendido en bazares chinos personas con mejor articulación fonética. También cabe puntualizar que a este señor no se le da mucho mejor actuar que dirigir.
Pd: Mi primera crítica, me he desahogado bien. A partir de este punto, dudo que necesite jamás volver a humillar a un director o a una película con similar dureza. Aunque el cine es tan grande que nunca se sabe...
Pd: Mi primera crítica, me he desahogado bien. A partir de este punto, dudo que necesite jamás volver a humillar a un director o a una película con similar dureza. Aunque el cine es tan grande que nunca se sabe...
6
28 de febrero de 2014
28 de febrero de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida película de aventuras que narra las andanzas de un explorador noruego con nombre de dios, Thor Heyerdahl. Se parte de una gran historia: La de un verdadero idealista, que es capaz de luchar contra viento y marea -literalmente- para defender sus razonables convicciones.
La película está muy bien narrada y dignamente dirigida. Las interpretaciones, sin ser un punto fuerte, se dejan ver. Además, posee ciertos encantos técnicos. Las escenas de acción están perfectamente recreadas, así como otras escenas más descriptivas, que consiguen gran belleza y que están muy bien filmadas.
Recalco de nuevo el gran trabajo de una narración precisa. Lo mejor de la película es, sin duda, que se nos ofrece justo lo que se nos promete; una aventura marina. No cae en el tan común error que han cometido otras películas sobre hombres de grandes hazañas: Hablarnos más del hombre que de la hazaña. No. La película no se enzarza en un soporífero biopic; va directa al grano. Eso me gusta, un ejercicio de sinceridad por parte de unos narradores que, de este modo, consiguen no aburrir al espectador, brindando una buena crónica.
Por otro lado, el hecho de que no hayan pretensiones de obra maestra, tiene como evidente consecuencia que esta no será una joya cinematográfica que cambie nuestra vida. No hay una excesiva carga dramática, no hay un gran trasfondo psicológico ni ningún tipo de filosofía metida con calzador, es una simple película de aventuras. Lo cual a algunos les puede parecer de una excesiva simpleza, sin embargo, esto no menoscaba en absoluto la finalidad amena de la cinta, ni tampoco su calidad.
En definitiva, una digna película que aviva levemente el recuerdo de un gran hombre, como fue Thor Heyerdahl. Entretiene, no aburre, se disfruta y hasta consigue cierto interés; por el contario, no pretende remover consciencias, ni explorar en el alma humana, ni ofrecer una obra maestra. Pero tampoco lo promete.
Si quieren una película de aventuras supuestamente profunda, que divague no se sabe bien por donde, vean Gravity; si en cambio desean ver una película de aventuras sincera, Kon-Tiki no le decepcionará. Yo, personalmente, me quedo con esta; goza de menos alardes, pero está mucho mejor construida.
La película está muy bien narrada y dignamente dirigida. Las interpretaciones, sin ser un punto fuerte, se dejan ver. Además, posee ciertos encantos técnicos. Las escenas de acción están perfectamente recreadas, así como otras escenas más descriptivas, que consiguen gran belleza y que están muy bien filmadas.
Recalco de nuevo el gran trabajo de una narración precisa. Lo mejor de la película es, sin duda, que se nos ofrece justo lo que se nos promete; una aventura marina. No cae en el tan común error que han cometido otras películas sobre hombres de grandes hazañas: Hablarnos más del hombre que de la hazaña. No. La película no se enzarza en un soporífero biopic; va directa al grano. Eso me gusta, un ejercicio de sinceridad por parte de unos narradores que, de este modo, consiguen no aburrir al espectador, brindando una buena crónica.
Por otro lado, el hecho de que no hayan pretensiones de obra maestra, tiene como evidente consecuencia que esta no será una joya cinematográfica que cambie nuestra vida. No hay una excesiva carga dramática, no hay un gran trasfondo psicológico ni ningún tipo de filosofía metida con calzador, es una simple película de aventuras. Lo cual a algunos les puede parecer de una excesiva simpleza, sin embargo, esto no menoscaba en absoluto la finalidad amena de la cinta, ni tampoco su calidad.
En definitiva, una digna película que aviva levemente el recuerdo de un gran hombre, como fue Thor Heyerdahl. Entretiene, no aburre, se disfruta y hasta consigue cierto interés; por el contario, no pretende remover consciencias, ni explorar en el alma humana, ni ofrecer una obra maestra. Pero tampoco lo promete.
Si quieren una película de aventuras supuestamente profunda, que divague no se sabe bien por donde, vean Gravity; si en cambio desean ver una película de aventuras sincera, Kon-Tiki no le decepcionará. Yo, personalmente, me quedo con esta; goza de menos alardes, pero está mucho mejor construida.
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