A la película le faltan demasiadas cosas positivas para poder considerarse "película". No sólo la elección del tema es pretenciosa sino que el guión carece de interés alguno. Ni la banda sonora, ni la imagen en su componente estético son destacables. Sólo el circo puede suponerse como algo bien modelado y renderizado en 3D.
spoiler:
Bueno, pues ayer vi "Ben-Hur" y hoy os voy a contar un poco... Lo primero que debo aclarar es que queda demostrado empíricamente que siento cierta atracción irracional por las películas malas (o muy malas). Después de varias horas de reflexión, sigo sin encontrar algún componente fílmico que sea digno se ser salvado. La película va de gente que se quiere mucho, que luego se quiere matar y que, al final, se lo perdona todo por la gracia de Dios. Al principio los dos protagonistas cabalgan en sus respectivos caballos cual seres mitológicos en el espacio sideral, hasta que uno de ellos tropieza y se pega un buen trompazo. A este personaje las cosas siempre le van a ir de mal a peor, no sé cómo lo hace. El otro protagonista se viene arriba y dice que quiere luchar por Roma. Amores y conflictos fraternales a parte, de repente aparece Jesús y empieza a predicar sobre la compasión y el amor al otro. Nadie le hace caso, claro. La cosa se complica cuando intentan matar al emperador de turno, algo que no le sienta nada bien y quiere crucificar a todo el mundo. El protagonista con mala suerte acaba como remero en un barco romano y le crece mucho el pelo durante 5 años pero no le sale ni una arruga. Tras una batalla naval, le entra complejo de Tom Hanks y llega a una isla medio deshidratado y sin comer. Y aquí aparece Morgan Freeman, al cual le han puesto rastas y le han cambiado la voz del doblaje (una infamia), así que pasa de ser Dios a ser Bob Marley, que es otro tipo de dios pero no pega nada con la película. "El africano", como sería conocido Morgan Freeman, ayuda a nuestro protagonista con mala suerte y poco después deciden que éste útimo debe competir en la carrera de cuádrigas, para así vengarse del romano que se viene arriba y acaba por liarlo todo. Ya se caen mal. Antes de la competición, el protagonista con mala suerte se corta su melena, cosas de la aerodinámica supongo, pero sigue sin arrugas y con un cutis muy bien cuidado para la época. Jesús de Nazaret sigue con lo suyo, sale de vez en cuando, pero como si nada. La carrera acaba mal, como era de esperar: todos con arañazos y sentimiento de culpabilidad. Como alguien tiene que morir para que se termine la película, el emperador de turno decide que van a crucificar a Jesús, que ni pincha ni corta en la historia pero queda bien. Aquí es cuando la Biblia se les va de las manos a los guionistas, en mi opinión. Para celebrarlo, todos se perdonan y se quieren otra vez. En definitiva, Jesús de Nazaret paga el pato y la película es más que prescindible. Os recomiendo, como plan alternativo, una partida al billar o al ajedrez.