Fui a ver la película por casualidad (era la hora que me iba bien).Cuando no llegas con muchas expectativas al cine, a veces la tortilla da la vuelta por completo y esta película es el caso.Equiparable a Jumanji, no soy muy devoto del repetitivo Ben Stiller, pero la factura visual de la película, la originalidad de la historia y los buenos gags (el de Atila el mejor personalmente) hacen que funcione y no te deje con la sensación de haber tirado el dinero.

Una de mis manías es no llegar justo de tiempo al cine. La justifiqué tras querer ir a ver "El último rey de Escocia" y me metí en la sala con trailers en acción, cuando pasados diez minutos veo Eddie Murphy presenta...y la desgracia se consumó.Norbit era la película de la sala, no había marcha atrás. Me armé de valor, me llené de positivismo y nada de nada. Diez euros tirados por la borda para ver un autohomenaje del "gran" Eddie Murphy, que cumplió con cometido en los 80 y los 90, pero que deambula con fórmula de disfrazarse encarnando varios personajes contando historias supuestamente cómicas. Dato relevante negativo, Cuba Gooding Junior aparece para ensombrecer muy notablemente su currículum. Eddie Murphy, nunca más.

La realidad es dura, fuente de inspiración de grandes películas. Pero cuando la trama, guión, actuaciones,... son deplorables no justifican para nada la necesidad de hacer un filme sobre el tema. Antonio Banderas vuelve a tropezar (como en "The Body" y "Nunca hables con extraños") con una actuación paupérrima abanderado por una Jennifer López que aún no puede asumir un papel protagonista con un mínimo de coherencia y un Martin Sheen que se sube al carro del telefilme barato.El director deambula con esta película indefinida como thriller, drama, película-denuncia o incluso comedia (momento de Juanes). Un 4 muy inflado

La aportación del cómic al mundo del cine siempre ha sido positiva, pero en los últimos años los avances tecnológicos han dado un paso más largo hacia su fusión equilibrada. Si "Sin City" fue todo un logro en la factura visual y narrativa, en "300" se magnifica especialmente el primer apartado. Lo que la diferencia de la mejor lograda película de Robert Rodríguez es el pulso narrativo un poco débil en momentos puntuales y el hecho de no ceñirse plenamente a diálogos y seriedad históricos cayendo en los clichés típicos de películas americanas pensando en taquillas reventadas por adolescentes. Con todo,la mezcla de hechos históricos con elementos fantásticos funciona, gracias a una fotografía y efectos impresionantes. Película que se ha de ver por decreto en una buena sala de cine para saborearla en su máxima expresión, con sonido digital como un servidor pudo hacerlo.