Parecía impensable retomar la grandeza de las películas Disney míticas como el Rey León o Aladdín, pero lo han conseguido. Frozen combina un argumento precioso con el maravilloso mundo cubierto de nieve, junto a unos personajes que son espontáneos y muy humanos; me explico, Anna no es la típica princesa perfecta con modales señoriales, si no que es más bien torpe y se muestra incómoda en situaciones cotidianas como puede ser hablar con un chico atractivo. Y así el resto, Sven te ganará cuando lo veas y Olaf es uno de los mejores secundarios de la historia de Disney, por carisma, gracia y bondad; en nuestro mundo es el mejor amigo que sueñas con tener. No sorprende que se haya llevado dos premios Oscar y un Globo de oro, la considero un clásico de la animación, que encandilará a niños, gustará a jóvenes y hará que los adultos sigan teniendo fe en las películas de dibujos. Imprescindible.