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Críticas ordenadas por utilidad
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7,1
21.915
9
25 de febrero de 2023
25 de febrero de 2023
205 de 228 usuarios han encontrado esta crítica útil
De ballenas va la cosa
Hacía tiempo que había perdido la ilusión por ir al cine porque ninguna de las últimas películas que había visto me dejaban con el corazón en la garganta ni tampoco se me ocurría un adjetivo para ellas que fuera más allá de un simple “correcta”, hasta ayer.
No sé ni por dónde empezar…
Con un papel que parece diseñado totalmente para él, debido a los múltiples intentos de Hollywood de marginarle, Brendan Fraser se mete en la piel (nunca mejor dicho) de un hombre con obesidad mórbida cuya presión arterial duplica la establecida para un hombre de su edad, marginado por su hija y su mujer, tras tomar la decisión de separarse de esta, y vivir una frenética historia de amor con otro hombre, y cuyo único deseo es que su hija le perdone por todas estas decisiones pasadas antes de que sea demasiado tarde.
La actuación que nos regala Fraser, no solamente es una actuación de Óscar, sino también una de esas que no caerá jamás en el olvido y pasará sin lugar a dudas a la historia de cine, porque con una sola mirada consigue sacudirnos como si fuéramos muñecos de trapo. Un total acierto, tanto por parte de Fraser como de Aronofsky, no caer en la tentación de emplear discursos sobrecargados sobre la marginación y la gordofobia y decantarse por explicar los sentimientos del personaje a través de pequeños gestos. Creo que es imposible no enamorarse del personaje de Brendan, sufrir con él, reírnos con él y llegar a sentirle tan cercano que sea imposible percibirle como un personaje y no como una persona.
Me gustaría hacer hincapié también en la historia personal de Brendan, y es que, después de tener que lidiar con la separación de su mujer y con la muerte de sus padres, se sumió en una profunda depresión que le hizo coger algunos kilos, y que hizo que Hollywood le diera la espalda puesto que nadie quería en sus películas a un actor que estuviera atravesando una situación tan dura y que había cogido unos kilitos de más. ¿No os suena de algo? En “The Whale”, Charlie, su personaje, comienza a comer compulsivamente tras el repentino fallecimiento de su pareja, que hace que se suma en una depresión bestial y que su familia (que bien podría ser una metáfora de Hollywood) le margine.
Las actuaciones de los demás actores son absolutamente magistrales, pero lo de Brendan va más allá, y es que nos ha regalado una de las mejores actuaciones de toda la historia del cine.
Una vez dicho todo esto y tras haber puesto a Brendan en el lugar en el que se merece, vamos con un análisis del resto de la película, que no se queda atrás:
Creo que tengo que comenzar hablando de los personajes, y es que, no sobra ninguno de ellos: la mejor amiga de Charlie, que nos transmitirá constantemente esa sensación de que está a punto de perder a una de las personas que más quiere de su vida; su hija, que detesta a Charlie y en todas las escenas tratará de incomodarle y hacerle sentir mal por su pasado, el misionero, cuyo personaje supone una reflexión interesantísima con respecto a la religión en el marco de una persona que está a punto de morirse, la madre, a la que en un principio odiaremos hasta que conocemos sus motivaciones y sentimientos, y uno de los personajes más interesantes sin lugar a dudas, que es el chico que reparte comida a domicilio, que supone una reflexión súper interesante sobre los prejuicios y las apariencias. Aunque el mejor personaje, por supuesto Charlie, un personaje impredecible con un fondo muy estudiado que pese a estarse muriendo mantiene una actitud optimista frente a la vida por muchos palos que le haya dado esta.
En la película también está presente la dicotomía entre el bien y el mal, la figura de Dios y la del diablo, y de cómo las apariencias engañan, y lo aparentemente bueno resulta no serlo tanto y lo malo resulta ser lo bueno.
Y por supuesto; no podía terminar la crítica sin alabar a los maquilladores y caracterizadores que tardaron horas en convertir a Fraser en Charlie y cuyo trabajo merece un premio, al equipo de escenógrafos y su acertada decisión de hacer transcurrir la película en el marco del oscuro salón de Charlie y a los cámaras y montadores, porque la fotografía y las escenas son de lo más transgresor y conmovedor que he visto en mi vida.
Continúo en los spoilers
Hacía tiempo que había perdido la ilusión por ir al cine porque ninguna de las últimas películas que había visto me dejaban con el corazón en la garganta ni tampoco se me ocurría un adjetivo para ellas que fuera más allá de un simple “correcta”, hasta ayer.
No sé ni por dónde empezar…
Con un papel que parece diseñado totalmente para él, debido a los múltiples intentos de Hollywood de marginarle, Brendan Fraser se mete en la piel (nunca mejor dicho) de un hombre con obesidad mórbida cuya presión arterial duplica la establecida para un hombre de su edad, marginado por su hija y su mujer, tras tomar la decisión de separarse de esta, y vivir una frenética historia de amor con otro hombre, y cuyo único deseo es que su hija le perdone por todas estas decisiones pasadas antes de que sea demasiado tarde.
La actuación que nos regala Fraser, no solamente es una actuación de Óscar, sino también una de esas que no caerá jamás en el olvido y pasará sin lugar a dudas a la historia de cine, porque con una sola mirada consigue sacudirnos como si fuéramos muñecos de trapo. Un total acierto, tanto por parte de Fraser como de Aronofsky, no caer en la tentación de emplear discursos sobrecargados sobre la marginación y la gordofobia y decantarse por explicar los sentimientos del personaje a través de pequeños gestos. Creo que es imposible no enamorarse del personaje de Brendan, sufrir con él, reírnos con él y llegar a sentirle tan cercano que sea imposible percibirle como un personaje y no como una persona.
Me gustaría hacer hincapié también en la historia personal de Brendan, y es que, después de tener que lidiar con la separación de su mujer y con la muerte de sus padres, se sumió en una profunda depresión que le hizo coger algunos kilos, y que hizo que Hollywood le diera la espalda puesto que nadie quería en sus películas a un actor que estuviera atravesando una situación tan dura y que había cogido unos kilitos de más. ¿No os suena de algo? En “The Whale”, Charlie, su personaje, comienza a comer compulsivamente tras el repentino fallecimiento de su pareja, que hace que se suma en una depresión bestial y que su familia (que bien podría ser una metáfora de Hollywood) le margine.
Las actuaciones de los demás actores son absolutamente magistrales, pero lo de Brendan va más allá, y es que nos ha regalado una de las mejores actuaciones de toda la historia del cine.
Una vez dicho todo esto y tras haber puesto a Brendan en el lugar en el que se merece, vamos con un análisis del resto de la película, que no se queda atrás:
Creo que tengo que comenzar hablando de los personajes, y es que, no sobra ninguno de ellos: la mejor amiga de Charlie, que nos transmitirá constantemente esa sensación de que está a punto de perder a una de las personas que más quiere de su vida; su hija, que detesta a Charlie y en todas las escenas tratará de incomodarle y hacerle sentir mal por su pasado, el misionero, cuyo personaje supone una reflexión interesantísima con respecto a la religión en el marco de una persona que está a punto de morirse, la madre, a la que en un principio odiaremos hasta que conocemos sus motivaciones y sentimientos, y uno de los personajes más interesantes sin lugar a dudas, que es el chico que reparte comida a domicilio, que supone una reflexión súper interesante sobre los prejuicios y las apariencias. Aunque el mejor personaje, por supuesto Charlie, un personaje impredecible con un fondo muy estudiado que pese a estarse muriendo mantiene una actitud optimista frente a la vida por muchos palos que le haya dado esta.
En la película también está presente la dicotomía entre el bien y el mal, la figura de Dios y la del diablo, y de cómo las apariencias engañan, y lo aparentemente bueno resulta no serlo tanto y lo malo resulta ser lo bueno.
Y por supuesto; no podía terminar la crítica sin alabar a los maquilladores y caracterizadores que tardaron horas en convertir a Fraser en Charlie y cuyo trabajo merece un premio, al equipo de escenógrafos y su acertada decisión de hacer transcurrir la película en el marco del oscuro salón de Charlie y a los cámaras y montadores, porque la fotografía y las escenas son de lo más transgresor y conmovedor que he visto en mi vida.
Continúo en los spoilers
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una de las cosas que más me llama la atención es la metáfora religiosa que Aronofsky nos intenta transmitir desde el minuto 1 de película, en la que su hija, en un primer momento representaría el mal, debido a su aparente falta de humanidad (le insulta, le hace bullying, etc., y el público la odia), y sin embargo, el misionero, representaría el bien ya que quiere ayudarle sin recibir nada a cambio, aunque pronto, estos papeles se darán la vuelta, y es que, la hija de Charlie acaba ayudando al misionero para que vuelva a casa y también ayudando a su padre a poder hacer en paz ese viaje al otro mundo, y sin embargo, el personaje del misionero acaba abandonando a Charlie en sus últimos momentos de vida y descubrimos que todo ese afán por ayudarle no es algo que haga de forma altruista sino para perdonarse a sí mismo por los errores cometidos en el pasado, y en cuanto es perdonado por esos mismos errores abandona a Charlie. Muy interesante también sería el personaje de Liz, su amiga, que es el altruismo en persona, un valor que la iglesia pretende promover pero que en la película representa una persona totalmente atea que se posiciona en contra de la Iglesia.
Una reflexión sobre la religión que destroza los cimientos que quiere transmitirnos la iglesia.
Una reflexión sobre la religión que destroza los cimientos que quiere transmitirnos la iglesia.
4
16 de diciembre de 2022
16 de diciembre de 2022
200 de 328 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar debo confesar que no soy fan, para nada, de las películas de ciencia ficción y efectos especiales, y tampoco de Avatar, por lo que mis expectativas eran totalmente nulas.
Aunque la estética del film es totalmente alucinante, y es innegable que visualmente se trata de una de las mejores películas que he visto en mi vida, los puntos positivos de la cinta terminan ahí, ya que el guion es simplón a más no poder y no hay por dónde cogerlo, las interpretaciones tampoco son creíbles y le sobran dos horas de metraje.
Cuando se realiza una película hay que tener en cuenta los puntos fuertes que ésta tiene, y dado que se trata de una cinta cuyo único punto fuerte es el visual, podrían haberla acortado, ya que una vez visto el universo de Pandora, todo lo demás pierde interés debido a un guion ineficaz y una duración extremadamente larga. Y con esto no quiero decir que no se puedan realizar películas de 3 horas de duración, lo que quiero decir es que para hacer una cinta de 3h de duración, se debe tener algo que contar. Y este no es el caso.
Aunque la estética del film es totalmente alucinante, y es innegable que visualmente se trata de una de las mejores películas que he visto en mi vida, los puntos positivos de la cinta terminan ahí, ya que el guion es simplón a más no poder y no hay por dónde cogerlo, las interpretaciones tampoco son creíbles y le sobran dos horas de metraje.
Cuando se realiza una película hay que tener en cuenta los puntos fuertes que ésta tiene, y dado que se trata de una cinta cuyo único punto fuerte es el visual, podrían haberla acortado, ya que una vez visto el universo de Pandora, todo lo demás pierde interés debido a un guion ineficaz y una duración extremadamente larga. Y con esto no quiero decir que no se puedan realizar películas de 3 horas de duración, lo que quiero decir es que para hacer una cinta de 3h de duración, se debe tener algo que contar. Y este no es el caso.

6,0
7.001
8
19 de octubre de 2024
19 de octubre de 2024
28 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué añito para el terror este 2024, qué de sorpresas nos tenia preparadas…
A diferencia de algunos, a mi no me cautivó en exceso la primera entrega de esta saga, que pese a mostrarnos (por fin) una idea bastante innovadora, que todos los fans del terror cansados de lo mismo, acogimos con los brazos abiertos, también contaba con varias escenas que, pretendiendo resultar aterradoras, rozaban lo cómico y te sacaban de la atmósfera de tensión en la que te encontrabas, además, tampoco se explicaba el por qué de la maldición y se perdía mucho tiempo en realizar una investigación que no llevaba a ningún lado, por lo que para mi, incluso con sus múltiples virtudes, terminó siendo una película correcta, pero no reseñable.
¿Que por qué os cuento esto? pues para que os imaginéis cuáles eran mis expectativas al ir a verla. Secuela, y encima de una película que a mi… ni fú ni fá. Lo tenia todo.
Sin embargo la primera escena (rodada en un único plano secuencia que es absolutamente magistral) ya captó toda mi atención, y desde ese momento la cosa no hizo más que mejorar.
“Smile 2” es una auténtica locura. Una consecución de escenas cada cual mejor que la anterior. 127 minutos absolutamente frenéticos, cargados de jumpscares, terror psicológico, critica social y giros de guion que no dan ni un segundo de respiro al espectador. Es como si Parker Finn hubiera cogido todo lo bueno de su predecesora y lo hubiera multiplicado por mil, borrando del mapa los errores que cometió en la primera.
La banda sonora y los efectos de sonido, que ya en la primera eran destacables, en esta, o ganan premios como si no hubiera un mañana o me voy de la vida, porque son absolutamente impresionantes y saben como manejar al espectador para irle introduciendo en el estado de locura transitoria en el que se ve inmersa nuestra protagonista. Y qué decir de la fotografía, con decenas de cuidadísimos planos secuencia que provocan esa sensación de desenfreno, y algunas escenas que se van a grabar en tu retina (mi favorita, la escena 1,2,3 pica la pared, ya me entenderéis cuando la veáis…)
Aunque si tuviera que quedarme con una sola cosa de la película es con Naomi Scott, porque borda su papel, y hace que te metas en la piel de esa cantante solitaria que siempre está en el punto de mira de todo el mundo, que tiene que lidiar con la constante presión ejercida por su madre y por sus fans, que tiene que lidiar con su sensación de vacío y soledad, que se bate en duelo con traumas horribles de su adolescencia causados por las drogas y el alcohol, y que encima ahora tiene que hacer frente a unas visiones que comienza a tener después de que un conocido suyo se suicide delante de ella, todo esto, mientras aparenta que vive una vida completamente feliz de cara al público. Una excelente crítica a la sociedad de la apariencia en la que vivimos, en la que no podemos mostrarnos vulnerables, o hablar de enfermedades mentales, por miedo a ser juzgados o a decepcionar, y preferimos seguir lidiando con nuestros compromisos antes que parar y tomarnos el tiempo que sea necesario para volver a estar bien.
Notarás en Scott cada momento de pánico, cada momento de frustración e impotencia cuando no consigue distinguir la realidad de esa “cosa” que se está metiendo en su cerebro, y no solo eso, sino que la actriz consigue que nos pongamos en su lugar y que vivamos la película en primera persona, teniendo las mismas dudas y confusiones que ella, y es que durante todo el metraje, nos encontraremos debatiendo sobre qué es real y qué no al igual que el personaje de Skye Riley, como si nosotros también fuéramos víctimas de la maldición.
En definitiva, “Smile 2” es una película que supera con creces a su predecesora, combinando el terror psicológico con los jumpscares más efectivos, consiguiendo crear verdadero terror a través de imágenes impactantes y de la confusión de la “realidad” con lo imaginario, y llegando a incluir incluso crítica social a través de un guion brutal lleno de giros y sorpresas que hará que te dejes llevar por los caminos que te propone.
A diferencia de algunos, a mi no me cautivó en exceso la primera entrega de esta saga, que pese a mostrarnos (por fin) una idea bastante innovadora, que todos los fans del terror cansados de lo mismo, acogimos con los brazos abiertos, también contaba con varias escenas que, pretendiendo resultar aterradoras, rozaban lo cómico y te sacaban de la atmósfera de tensión en la que te encontrabas, además, tampoco se explicaba el por qué de la maldición y se perdía mucho tiempo en realizar una investigación que no llevaba a ningún lado, por lo que para mi, incluso con sus múltiples virtudes, terminó siendo una película correcta, pero no reseñable.
¿Que por qué os cuento esto? pues para que os imaginéis cuáles eran mis expectativas al ir a verla. Secuela, y encima de una película que a mi… ni fú ni fá. Lo tenia todo.
Sin embargo la primera escena (rodada en un único plano secuencia que es absolutamente magistral) ya captó toda mi atención, y desde ese momento la cosa no hizo más que mejorar.
“Smile 2” es una auténtica locura. Una consecución de escenas cada cual mejor que la anterior. 127 minutos absolutamente frenéticos, cargados de jumpscares, terror psicológico, critica social y giros de guion que no dan ni un segundo de respiro al espectador. Es como si Parker Finn hubiera cogido todo lo bueno de su predecesora y lo hubiera multiplicado por mil, borrando del mapa los errores que cometió en la primera.
La banda sonora y los efectos de sonido, que ya en la primera eran destacables, en esta, o ganan premios como si no hubiera un mañana o me voy de la vida, porque son absolutamente impresionantes y saben como manejar al espectador para irle introduciendo en el estado de locura transitoria en el que se ve inmersa nuestra protagonista. Y qué decir de la fotografía, con decenas de cuidadísimos planos secuencia que provocan esa sensación de desenfreno, y algunas escenas que se van a grabar en tu retina (mi favorita, la escena 1,2,3 pica la pared, ya me entenderéis cuando la veáis…)
Aunque si tuviera que quedarme con una sola cosa de la película es con Naomi Scott, porque borda su papel, y hace que te metas en la piel de esa cantante solitaria que siempre está en el punto de mira de todo el mundo, que tiene que lidiar con la constante presión ejercida por su madre y por sus fans, que tiene que lidiar con su sensación de vacío y soledad, que se bate en duelo con traumas horribles de su adolescencia causados por las drogas y el alcohol, y que encima ahora tiene que hacer frente a unas visiones que comienza a tener después de que un conocido suyo se suicide delante de ella, todo esto, mientras aparenta que vive una vida completamente feliz de cara al público. Una excelente crítica a la sociedad de la apariencia en la que vivimos, en la que no podemos mostrarnos vulnerables, o hablar de enfermedades mentales, por miedo a ser juzgados o a decepcionar, y preferimos seguir lidiando con nuestros compromisos antes que parar y tomarnos el tiempo que sea necesario para volver a estar bien.
Notarás en Scott cada momento de pánico, cada momento de frustración e impotencia cuando no consigue distinguir la realidad de esa “cosa” que se está metiendo en su cerebro, y no solo eso, sino que la actriz consigue que nos pongamos en su lugar y que vivamos la película en primera persona, teniendo las mismas dudas y confusiones que ella, y es que durante todo el metraje, nos encontraremos debatiendo sobre qué es real y qué no al igual que el personaje de Skye Riley, como si nosotros también fuéramos víctimas de la maldición.
En definitiva, “Smile 2” es una película que supera con creces a su predecesora, combinando el terror psicológico con los jumpscares más efectivos, consiguiendo crear verdadero terror a través de imágenes impactantes y de la confusión de la “realidad” con lo imaginario, y llegando a incluir incluso crítica social a través de un guion brutal lleno de giros y sorpresas que hará que te dejes llevar por los caminos que te propone.

6,5
33.102
8
13 de octubre de 2024
13 de octubre de 2024
30 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
2024. Un año en el que el culto al cuerpo está más de moda que nunca, todo el mundo parece tener un interés creciente por los alimentos bajos en calorías, los filtros de Instagram corrigen nuestras imperfecciones hasta hacernos parecer otras personas y cada semana se abre un nuevo gimnasio. Un año en el que es prácticamente imposible no caer en la comparación de nuestros físicos con los de otras personas, y en el que la industria audiovisual filtra a las personas -y más concretamente, a las mujeres- en función de su físico y su edad-, siendo cada vez más difícil no perder la cabeza obsesionándonos con nuestras propias imperfecciones.
En este marco, se nos presenta a Elizabeth Sparkle, una mujer que en su juventud gozó de unos atributos físicos que le hicieron alcanzar el estrellato, pero que observa cómo se le van cerrando las puertas a medida que su cuerpo se va marchitando debido al inevitable paso de los años. Y es precisamente en ese momento en el que recibe una propuesta al más puro estilo de “La Cenicienta” - si esta película hubiera estado dirigida por Cronenberg en su versión más sádica y gore -: podrá disfrutar cada 7 días de un cuerpo joven y hermoso que le abrirá todas las puertas que desee, con la condición de tener que volver a su cuerpo pasado este tiempo. Aquí es donde la trama comienza a complicarse al empezar a surgir el odio entre estos dos “yo”.
Incómoda hasta la médula, voy a comenzar diciendo que ésta no es una película para todo el mundo, y no solo por sus imágenes grotescas, si no porque el tipo de espectador al que va dirigido es uno acostumbrado a las películas de autor poco conocidas, y a regentar salas de cine no convencionales. No es una película hecha para las masas, sino para personas que buscan visualizar algo distinto a lo que el cine de terror nos tiene acostumbrados, por lo que aún me parece más especial y singular que una película de estas características se haya colado en salas de cine abarrotadas de espectadores de todo tipo. Pero supongo que esto es lo que ocurre cuando el trabajo está tan bien hecho como esta cinta.
Para empezar, considero un acierto total haber elegido a una actriz como Demi Moore para un papel como éste. Una actriz que, (además de regalarnos un papel increíble), haciendo un paralelismo con la película, también disfrutó de su época dorada allá por los años 90, en la que protagonizaba todos los grandes filmes del momento; y que posteriormente acabó relegada a papeles más secundarios en películas que no disfrutaron de la mitad de reconocimiento que habían tenido las primeras. Una mujer, que como Elizabeth Sparkle, gozó de toda la atención mediática durante varios años para acabar en un segundo plano dentro de la industria.
Me gustaría hacer hincapié en una de las ideas que intenta transmitirnos la película. Y es que, pese a que las mujeres que aparecen en la cinta, siempre están sometidas a prejuicios físicos -vaya napia que tiene esta tía, a partir de los 50 una mujer ya no tiene nada que hacer…-, los hombres, que son los mismos que pronuncian estas palabras, están cargados de imperfecciones, y sin embargo a ellos se les juzga por sus capacidades, y su estatus permanece invariable pese a su edad, o su belleza. Un hecho muy presente en la industria audiovisual actual, en el que los hombres se jubilan en sus posiciones como presentadores de informativos o programas de televisión, y en el que las mujeres van rotando conforme dejan de atraer físicamente a la audiencia.
Las actuaciones que nos ofrece este film, me parecen increíbles, a destacar las de los 3 personajes principales - Demi Moore, que consigue transmitir la desesperación de una persona que ve como su vida comienza a caer en picado, Margaret Qualley, que consigue hacernos sentir la fuerza y ganas de alguien que sabe que va a comerse el mundo, y Dennis Quaid, que consigue hacer de su personaje un ser repugnante, a petición del guión-.
Aunque si hay algo destacable de la película son los planos. Unos planos magistrales que parece increíble que los haya hecho una directora prácticamente novel, con solo esta, y otra película a sus espaldas (la muy recomendable, por cierto, Revenge),y que consiguen introducir al espectador en una estética cyberpunk de lo más incómoda y perturbadora, que incluso utilizando tonos blancos, y colores eléctricos durante los tres primeros cuartos de la película consiguen transmitirte el ambiente oscuro y sombrío en el que se mueven los personajes. Y es que hasta en los momentos en los que todo se convierte en una explosión de luz y color, tendremos la sensación de estar ante un acontecimiento de lo más incómodo. No obstante, pese a su corta trayectoria, es innegable que estamos ante una directora que ha conseguido imponer su propio estilo y venerar a directores magistrales como Cronemberg -padre e hijo-, Kubrick, y Aronosfky, y es que encontraremos referencias a todos ellos a lo largo de la película, por no decir que existen varias similitudes entre la Sara Goldfarb de Requiem For a Dream y la Elizabeth Sparkle de la película -obsesión por el físico y por la aparición en televisión, atracones constantes de comida para paliar la ansiedad…- El sonido también es magistral -a resaltar los efectos sonoros que se utilizan cuando alguien come o está al teléfono, que tendrán un papel fundamental resaltando las facetas más repulsivas del ser humano-, y la música electrónica, que nos ayudará a adentrarnos en el ambiente quasi-futurista que rodea toda la película.
Pese a todas sus virtudes, no esperéis ver una película perfecta, ya que algunos hechos ocurren por pura conveniencia del guión, y la misma película nos requerirá que no les demos muchas vueltas, ya que lo importante aquí es el mensaje; la crítica a una sociedad obsesionada por la imagen que es capaz de destruir a las personas, contada de la forma visceral posible para que entre hasta lo más profundo de nuestros cuerpos sin ningún tipo de anestesia, dejándonos de todo menos indiferentes
En este marco, se nos presenta a Elizabeth Sparkle, una mujer que en su juventud gozó de unos atributos físicos que le hicieron alcanzar el estrellato, pero que observa cómo se le van cerrando las puertas a medida que su cuerpo se va marchitando debido al inevitable paso de los años. Y es precisamente en ese momento en el que recibe una propuesta al más puro estilo de “La Cenicienta” - si esta película hubiera estado dirigida por Cronenberg en su versión más sádica y gore -: podrá disfrutar cada 7 días de un cuerpo joven y hermoso que le abrirá todas las puertas que desee, con la condición de tener que volver a su cuerpo pasado este tiempo. Aquí es donde la trama comienza a complicarse al empezar a surgir el odio entre estos dos “yo”.
Incómoda hasta la médula, voy a comenzar diciendo que ésta no es una película para todo el mundo, y no solo por sus imágenes grotescas, si no porque el tipo de espectador al que va dirigido es uno acostumbrado a las películas de autor poco conocidas, y a regentar salas de cine no convencionales. No es una película hecha para las masas, sino para personas que buscan visualizar algo distinto a lo que el cine de terror nos tiene acostumbrados, por lo que aún me parece más especial y singular que una película de estas características se haya colado en salas de cine abarrotadas de espectadores de todo tipo. Pero supongo que esto es lo que ocurre cuando el trabajo está tan bien hecho como esta cinta.
Para empezar, considero un acierto total haber elegido a una actriz como Demi Moore para un papel como éste. Una actriz que, (además de regalarnos un papel increíble), haciendo un paralelismo con la película, también disfrutó de su época dorada allá por los años 90, en la que protagonizaba todos los grandes filmes del momento; y que posteriormente acabó relegada a papeles más secundarios en películas que no disfrutaron de la mitad de reconocimiento que habían tenido las primeras. Una mujer, que como Elizabeth Sparkle, gozó de toda la atención mediática durante varios años para acabar en un segundo plano dentro de la industria.
Me gustaría hacer hincapié en una de las ideas que intenta transmitirnos la película. Y es que, pese a que las mujeres que aparecen en la cinta, siempre están sometidas a prejuicios físicos -vaya napia que tiene esta tía, a partir de los 50 una mujer ya no tiene nada que hacer…-, los hombres, que son los mismos que pronuncian estas palabras, están cargados de imperfecciones, y sin embargo a ellos se les juzga por sus capacidades, y su estatus permanece invariable pese a su edad, o su belleza. Un hecho muy presente en la industria audiovisual actual, en el que los hombres se jubilan en sus posiciones como presentadores de informativos o programas de televisión, y en el que las mujeres van rotando conforme dejan de atraer físicamente a la audiencia.
Las actuaciones que nos ofrece este film, me parecen increíbles, a destacar las de los 3 personajes principales - Demi Moore, que consigue transmitir la desesperación de una persona que ve como su vida comienza a caer en picado, Margaret Qualley, que consigue hacernos sentir la fuerza y ganas de alguien que sabe que va a comerse el mundo, y Dennis Quaid, que consigue hacer de su personaje un ser repugnante, a petición del guión-.
Aunque si hay algo destacable de la película son los planos. Unos planos magistrales que parece increíble que los haya hecho una directora prácticamente novel, con solo esta, y otra película a sus espaldas (la muy recomendable, por cierto, Revenge),y que consiguen introducir al espectador en una estética cyberpunk de lo más incómoda y perturbadora, que incluso utilizando tonos blancos, y colores eléctricos durante los tres primeros cuartos de la película consiguen transmitirte el ambiente oscuro y sombrío en el que se mueven los personajes. Y es que hasta en los momentos en los que todo se convierte en una explosión de luz y color, tendremos la sensación de estar ante un acontecimiento de lo más incómodo. No obstante, pese a su corta trayectoria, es innegable que estamos ante una directora que ha conseguido imponer su propio estilo y venerar a directores magistrales como Cronemberg -padre e hijo-, Kubrick, y Aronosfky, y es que encontraremos referencias a todos ellos a lo largo de la película, por no decir que existen varias similitudes entre la Sara Goldfarb de Requiem For a Dream y la Elizabeth Sparkle de la película -obsesión por el físico y por la aparición en televisión, atracones constantes de comida para paliar la ansiedad…- El sonido también es magistral -a resaltar los efectos sonoros que se utilizan cuando alguien come o está al teléfono, que tendrán un papel fundamental resaltando las facetas más repulsivas del ser humano-, y la música electrónica, que nos ayudará a adentrarnos en el ambiente quasi-futurista que rodea toda la película.
Pese a todas sus virtudes, no esperéis ver una película perfecta, ya que algunos hechos ocurren por pura conveniencia del guión, y la misma película nos requerirá que no les demos muchas vueltas, ya que lo importante aquí es el mensaje; la crítica a una sociedad obsesionada por la imagen que es capaz de destruir a las personas, contada de la forma visceral posible para que entre hasta lo más profundo de nuestros cuerpos sin ningún tipo de anestesia, dejándonos de todo menos indiferentes
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Maravillosa la crítica a la ambición, que lleva a nuestra protagonista a querer siempre unas horas más en ese cuerpo en el que puede vivir una segunda juventud, pese a las advertencias continuas de "tener que cambiar de cuerpo cada 7 días sin excepción", y la crítica al lado más repulsivo de la naturaleza humana, ese que juzga al libro por su portada y no por lo que tiene dentro, que es el verdadero antagonista y la verdadera "bestia" de esta película. También brutal el odio que va formando entre los dos "yo" debido a la envidia y al egocentrismo.
Por poner una pega, el final me pareció demasiado, sobrepasando los límites de la exageración.
Si los últimos 15 minutos hubieran sido diferentes, se hubiera llevado mis dieces.
No obstante, con sus fallos y todo, tengo que decir que este es el tipo de películas que quiero ver en el cine y que me hicieron enamorarme de él.
Por poner una pega, el final me pareció demasiado, sobrepasando los límites de la exageración.
Si los últimos 15 minutos hubieran sido diferentes, se hubiera llevado mis dieces.
No obstante, con sus fallos y todo, tengo que decir que este es el tipo de películas que quiero ver en el cine y que me hicieron enamorarme de él.
17 de octubre de 2022
17 de octubre de 2022
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo cierto es que debo de confesaros de antemano que no tenía ninguna esperanza puesta en este film puesto que no me gustaron ninguna de las dos películas anteriores de esta trilogía, pero como buena fan de la saga que soy, era de visualización obligatoria para mi.
Aún así, increíblemente mis pésimas expectativas fueron superadas, y no precisamente para bien.
El mayor de los problemas que tiene Halloween Ends es que no se sabe a qué tipo de público va dirigida: los seguidores de la saga la odiarán, ya la aparición de Michael Myers en la película se reducen a diez de los 111 minutos que dura la cinta, reduciendo al psyco-killer que todos deseábamos ver en acción al papel de un mero extra que si no apareciera, no cambiaría absolutamente nada del desarrollo de la trama.
El problema, es que tampoco va dirigida al espectador medio que no ha visto ni una película de Halloween y tan solo quiere pasar un mal rato, ya que para empezar, ese espectador no entenderá ninguna de las referencias a los demás asesinatos ni películas de la saga, pero es que además no hay ni sustos, ni tensión, ni tampoco terror psicológico.
Por otra parte, el peso del papel protagonista recae sobre un chico que no tiene absolutamente nada que ver con el resto de la saga, hecho que no tiene mucho sentido de por sí en una película que lo que pretende es poner un punto y final a la saga, pero que podría ser perdonado si por lo menos este personaje aportara algo. Pero no es solo que no lo aporte, es que no se entiende su relación con el asesino ni con el resto de las películas.
Le pongo un tres porque por lo menos los directores se dignaron a poner alguna referencia momentánea a las películas de John Carpenter y de Rob Zombie, directores que por cierto, le habrían dado a la saga el final que se merece.
Sigo en los spoilers
Aún así, increíblemente mis pésimas expectativas fueron superadas, y no precisamente para bien.
El mayor de los problemas que tiene Halloween Ends es que no se sabe a qué tipo de público va dirigida: los seguidores de la saga la odiarán, ya la aparición de Michael Myers en la película se reducen a diez de los 111 minutos que dura la cinta, reduciendo al psyco-killer que todos deseábamos ver en acción al papel de un mero extra que si no apareciera, no cambiaría absolutamente nada del desarrollo de la trama.
El problema, es que tampoco va dirigida al espectador medio que no ha visto ni una película de Halloween y tan solo quiere pasar un mal rato, ya que para empezar, ese espectador no entenderá ninguna de las referencias a los demás asesinatos ni películas de la saga, pero es que además no hay ni sustos, ni tensión, ni tampoco terror psicológico.
Por otra parte, el peso del papel protagonista recae sobre un chico que no tiene absolutamente nada que ver con el resto de la saga, hecho que no tiene mucho sentido de por sí en una película que lo que pretende es poner un punto y final a la saga, pero que podría ser perdonado si por lo menos este personaje aportara algo. Pero no es solo que no lo aporte, es que no se entiende su relación con el asesino ni con el resto de las películas.
Le pongo un tres porque por lo menos los directores se dignaron a poner alguna referencia momentánea a las películas de John Carpenter y de Rob Zombie, directores que por cierto, le habrían dado a la saga el final que se merece.
Sigo en los spoilers
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spoiler:
Los que hemos seguido la saga, sabemos de sobra que Michael Myers es un asesino despiadado que se llega a cargar a toda su familia porque carece del factor más humano que existe: la empatía. Entonces, ¿puede alguien explicarme por qué narices se hace coleguita del protagonista y le ayuda a cometer asesinatos? ¿Puede alguien explicarme por qué no se lo carga a la primera de cambio? Y si este es el final la saga HALLOWEEN…¿puede alguien explicarme POR QUÉ matan a Myers en los últimos TRES minutos cuando durante las casi dos horas de metraje se han dedicado a sacar en pantalla a un mindungui que pese a ser protagonista no tiene ningún cometido en la película ni relación con la saga?
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