Estaba con mi familia en un centro comercial y mi padre y yo decidimos ir al cine mientras mi madre y mi hermana miraban escaparates y se decidían a comprar algunas prendas. Miramos la cartelera y la portada de “Intocable” captó mi atención, es una portada simple pero transmite, a mi parecer, mucha tranquilidad y buen rollo. Decidimos entrar a verla un poco a ciegas, no sabíamos qué nos íbamos a encontrar. Tras pagar un precio excesivo por las entradas (la industria del cine está en contra del pirateo pero pretende que paguemos en exceso por hora y media o dos horas de sesión cinematográfica) entramos en la sala, al fondo a la derecha, nos sentamos en las butacas y empezó a reproducirse la cinta. 1 hora y tres cuartos de película tras la cual se nos olvidó cuanto habíamos pagado por ellas, igual que a los demás espectadores que estaban en la sala. Sales del cine con una gran sonrisa y con la sensación de haber disfrutado de una gran película, te das cuenta de que hay que tener sentido del humor y reírse de uno mismo, no darle demasiada importancia a lo malo, sino a lo bueno. Las actuaciones, guión, banda sonora, perfectas. 1 semana más tarde, volví a verla por segunda vez y no descarto volver a hacerlo, cuando pagas por algo bueno, parece cómo si no hubieses pagado nada. Genial.

Sencillamente imprescindible. Una de las películas que te tocan la fibra sensible desde el principio, aunque la estés viendo por segunda o, en mi caso, por tercera vez. La banda sonora, inmejorable.

Muy muy recomendable.