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Críticas ordenadas por utilidad
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6,6
2.218
8
18 de julio de 2010
18 de julio de 2010
63 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, esta película simboliza la dificultad, casi imposibilidad, de obtener con/de otra persona lo que quisiéramos encontrar en la vida. En este caso, y no desvelo nada, la soledad, como cura o, al menos, analgésico, de las desilusiones y batacazos sufridos por esta muchacha holandesa, acerca de la cuál no sabemos nada. Sólo, que quiere estar sola. Muy sola.
Como nos suele suceder a todos fuera del cine, en la vida real, ella encuentra un sitio, un lugar en el mundo, una persona, para poder llevar a cabo su deseo y, al mismo tiempo, hacer que el otro soporte mejor su soledad, esta no tan deseada como impuesta y aceptada...
Pero nunca las relaciones personales son fáciles. Mucho menos, idílicas... (Sigo en el spoiler)
Como nos suele suceder a todos fuera del cine, en la vida real, ella encuentra un sitio, un lugar en el mundo, una persona, para poder llevar a cabo su deseo y, al mismo tiempo, hacer que el otro soporte mejor su soledad, esta no tan deseada como impuesta y aceptada...
Pero nunca las relaciones personales son fáciles. Mucho menos, idílicas... (Sigo en el spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando ella se da cuenta de que él lleva la vida que ella desea, como nos suele suceder a todos cuando creemos encontrar en otra persona lo que deseábamos, destruimos, al mismo tiempo, la naturaleza de nuestro deseo, pues, al habitarlo dos personas, el lugar deja de ser un lugar abandonado en el mundo, en donde, como ella dice: "No tienes que saludar ni ver a nadie si no quieres".
Al convivir, al dejar su tienda de campaña, se deshace el encantamiento... empiezan a aparecer los afectos, las deudas, los convencionalismos... Por eso la última secuencia, casi incomprensible, en la que ella ha abandonado el lugar que YA se había convertido en lo que buscaba, un lugar en donde no tener que saludar a nadie, porque ya va a poder estar sola, ya no le interesa: en realidad, no era la soledad lo que buscaba...
Sin él, la soledad ya no es lo mismo. ¿Existe mayor paradoja?
Al convivir, al dejar su tienda de campaña, se deshace el encantamiento... empiezan a aparecer los afectos, las deudas, los convencionalismos... Por eso la última secuencia, casi incomprensible, en la que ella ha abandonado el lugar que YA se había convertido en lo que buscaba, un lugar en donde no tener que saludar a nadie, porque ya va a poder estar sola, ya no le interesa: en realidad, no era la soledad lo que buscaba...
Sin él, la soledad ya no es lo mismo. ¿Existe mayor paradoja?

6,4
10.899
8
7 de mayo de 2016
7 de mayo de 2016
70 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Icíar Bollaín, como en todas sus películas, se sale de los tópicos. Es inteligente y no se conforma con hacer una película que ya esté contada. Arriesga. Y en El Olivo vuelve a hacerlo. Y vuelve a conseguir una película magnífica, entretenida, tierna, dulce, hermosa.
Diálogos precisos, escuetos, como corresponde a personas criadas entre el gallinazo y los olivos, cuyos vientos vuelven loco, según la tradición. Y entre el gallinazo y los olivos, un padre amargado y un abuelo que fue padre padrone, ha crecido esta niña que ya es una mujer... y no carente de personalidad, por cierto.
Con una fotografía nada sensacionalista, bellas localizaciones, unos personajes de carne y hueso, unas miradas que hablan por sí solas... con cine, con auténtico cine, nos cuenta una historia -un cuento- de orgullo, de resistencia, de amor, de tristeza, de alegría, de paro, de trabajo, de injusticias, de lucha... ¡de vida!
No puedo dejar de mencionar a Pep Ambrós, que está sensacional, en un papel tan poco lucido y que, gracias a su actuación, parece brillar más de lo que en un mundo real hubiera brillado. Me encantan esos papeles que nos han permitido siempre disfrutar de grandes actores en papeles secundarios. Cuando Icíar eligió a Anna Castillo sabía lo que hacía: está impresionante. Javier Gutiérrez, inmenso, como siempre. El resto de actores, perfectos.
En resumen... una película para sentirse orgulloso.
Diálogos precisos, escuetos, como corresponde a personas criadas entre el gallinazo y los olivos, cuyos vientos vuelven loco, según la tradición. Y entre el gallinazo y los olivos, un padre amargado y un abuelo que fue padre padrone, ha crecido esta niña que ya es una mujer... y no carente de personalidad, por cierto.
Con una fotografía nada sensacionalista, bellas localizaciones, unos personajes de carne y hueso, unas miradas que hablan por sí solas... con cine, con auténtico cine, nos cuenta una historia -un cuento- de orgullo, de resistencia, de amor, de tristeza, de alegría, de paro, de trabajo, de injusticias, de lucha... ¡de vida!
No puedo dejar de mencionar a Pep Ambrós, que está sensacional, en un papel tan poco lucido y que, gracias a su actuación, parece brillar más de lo que en un mundo real hubiera brillado. Me encantan esos papeles que nos han permitido siempre disfrutar de grandes actores en papeles secundarios. Cuando Icíar eligió a Anna Castillo sabía lo que hacía: está impresionante. Javier Gutiérrez, inmenso, como siempre. El resto de actores, perfectos.
En resumen... una película para sentirse orgulloso.

6,0
9.936
8
10 de enero de 2010
10 de enero de 2010
60 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
No estoy muy de acuerdo con la mayoría de las críticas de esta película y es raro, porque suelo coincidir más con los usuarios de esta web que con los críticos, en general. Pero a mí me ha gustado mucho esta película. Por supuesto, mucho más que la de Tornatore, a pesar de la inmensa presencia de Mastroianni, a quien adoro en todas y cada una de sus interpretaciones.
Pero de Niro está inmenso. Con una interpretación contenida, cosa poco habitual en él, pues los directores, seguramente, acobardados por la merecida aureola del actor, debe ser que le dejan rienda suelta y le dejan hacer lo que quiera.
Y la peli se apoya por completo en él y en su interpretación, sí, pero todos los demás le hacen unos coros muy afinados.
La adaptación de las vidas de los hijos a los Estados Unidos actuales, desde mi punto de vista, está muy bien, recordándome mucho a los personajes de "Las correciones" de Jonathan Franzen, aunque, eso sí, sin el sutil y ácido sentido del humor del escritor.
En resumen, para mí, una grata sorpresa y un De Niro revisitado, que me hace olvidar papeles más histriónicos y recargados. A pesar de los pesares, un drama muy entretenido...
Pero de Niro está inmenso. Con una interpretación contenida, cosa poco habitual en él, pues los directores, seguramente, acobardados por la merecida aureola del actor, debe ser que le dejan rienda suelta y le dejan hacer lo que quiera.
Y la peli se apoya por completo en él y en su interpretación, sí, pero todos los demás le hacen unos coros muy afinados.
La adaptación de las vidas de los hijos a los Estados Unidos actuales, desde mi punto de vista, está muy bien, recordándome mucho a los personajes de "Las correciones" de Jonathan Franzen, aunque, eso sí, sin el sutil y ácido sentido del humor del escritor.
En resumen, para mí, una grata sorpresa y un De Niro revisitado, que me hace olvidar papeles más histriónicos y recargados. A pesar de los pesares, un drama muy entretenido...
6
9 de septiembre de 2010
9 de septiembre de 2010
47 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas españolas que tienen una valoración tan desmedida que, claro, cuando nos llega una que tiene dignidad, una cuidada fotografía, un guión atrevido, unos actores magníficos y unas localizaciones impecables, nos ponemos como locos a poner estrellas, como si acabáramos de ver una obra maestra. No. No estamos ante una obra maestra, para qué vamos a engañarnos.
Otra vez, Achero Mañas nos da un producto bastante bien acabado, atrevido, que plantea una situación y la resuelve muy dignamente, con oficio, con grandes profesionales en la música, en la interpretación, en la fotografia, sobre todo... pero... ¿pero qué? Le falta algo y le sobra algo... desde mi punto de vista, claro... que ¿quién soy yo?
Recomendable, de todas formas, me explico en el spoiler...
Otra vez, Achero Mañas nos da un producto bastante bien acabado, atrevido, que plantea una situación y la resuelve muy dignamente, con oficio, con grandes profesionales en la música, en la interpretación, en la fotografia, sobre todo... pero... ¿pero qué? Le falta algo y le sobra algo... desde mi punto de vista, claro... que ¿quién soy yo?
Recomendable, de todas formas, me explico en el spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Le sobra, al menos durante la primera mitad de la película, unos cuantos diálogos sosos, anodinos, que no aportan nada a la trama y que, como mucho, nos la trivializan. Esta historia, tiene, obligatoriamente -sigo diciendo, desde mi punto de vista-, que hacernos creíble que un padre llegue a detectar en su hija algo más que un simple llanto por su madre muerta, para que llegue a vestirse de mamá... De hecho, el trauma de haber visto cómo muere de un ataque epiléptico, delante de ella y sin que nadie le eche una mano, podría ser bastante traumático para la niña... pero no lo veo en la película, Juan Antonio, no lo veo... quizá sea que la niña es demasiado pequeñita y, aunque está fantástica, tenga demasiada carga dramática a su cargo y no llega a darla... no lo sé... ojalá supiera yo tanto cine como para saber qué es lo que le falta o qué le sobra exactamente... Pero seguro que tú sí... seguro que cuando has visto toda la película montada has visto qué le sobra y qué le falta... por eso has salvado a todos los profesionales que han intervenido en ella. Y tienes razón.
Pero sigo confiando en ti... estoy seguro de que llegarás mucho más lejos.
Pero sigo confiando en ti... estoy seguro de que llegarás mucho más lejos.

7,0
3.527
8
4 de octubre de 2008
4 de octubre de 2008
41 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estas "pequeñas" películas que, de cuando en cuando, nos llegan desde cinematografías alejadas de los centros neurálgicos de la producción y la distribución, nos devuelven el placer del cine. Es decir: imágenes, palabras, historias, música, sentimientos... cultura, en definitiva. Demuestran que los efectos especiales están muy bien, son muy divertidos en determinados momentos... pero no lo son todo. EL CINE es esto: tres o cuatro localizaciones bien estudiadas; unos actores convincentes; unos diálogos precisos y concisos (a menos que seas Woody Allen y seas muy muy gracioso) y, sobre todo, sobre todo, una historia. Una historia cerrada y, a su vez, abierta, para que el espectador participe, para que cree o recree su propia historia, con las imágenes que el director le muestra. Para mí, por ejemplo, esta sencilla historia de valentía y dignidad, encierra una hermosa métáfora que desgrano en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Desde el principio de la película te das cuenta de lo absurdo de la posición del ejército israelí. Con lo sencillo que hubiera sido buscar otra ubicación para la casa del ministro, se empeñan en mantenerla en ese lugar que, si tiene algún atractivo es, precisamente, la presencia, el aroma, el color de los limoneros que pretenden arrancar. Prefieren dejarlos morir y, al final, hasta prefieren el color gris del Muro de la Vergüenza, todo por conseguir una discutible seguridad. Es, como decía, la metáfora de este mundo rico, que se empeña en protegerse contra el pobre, derrochando en alambradas, en muros, en medidas de seguridad, cuando está perdiendo, al mismo tiempo, la perspectiva, la belleza de lo que quiere protegerse. En lugar de paliar su soledad y la tuya, de hacerle partícipe de tu riqueza y de tus privilegios, de hacerle cómplice, aunque sólo sea por egoísmo, y poder así seguir disfrutando de su limonar, que es tu horizonte.
Eso sí... las persianas son automáticas... aunque al levantarlas no entre la luz, sino el gris del cemento... y dentro de la casa, con todo el internet, los inalámbricos, las pantallas de plasma y los muebles de diseño, nos espere la más triste, la más desesperante de las soledades.
Eso sí... las persianas son automáticas... aunque al levantarlas no entre la luz, sino el gris del cemento... y dentro de la casa, con todo el internet, los inalámbricos, las pantallas de plasma y los muebles de diseño, nos espere la más triste, la más desesperante de las soledades.
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