Cuando ví la escena en la que en una sala de alta tecnología, con una máquina capaz de borrar y leer la memoria del ser humano, repleta de científicos-policias, uno de éstos comete la estupidez de encenderse un cigarrillo provocando que salte la alarma anti-incendios, que el agua destroce esa super-máquina del futuro y que el protagonista pueda escapar de los malos... entonces dejé de perder el tiempo mirando esta payasada.

¿Es qué los guionistas de Hollywood no han aprendido nada de la fuga de Hannibal el Canibal en El Silencio de los Corderos?

Tragarse casi tres horas de película, para que lo resuelvan con un chivatazo en morse a través del tiempo entre padre e hija al estilo de Mel Gibson en Señales, es mucho más que decepcionante. Una vez abierta la caja de los truenos, podrían haber imaginado muchas más posibilidades de uso del espacio-tiempo y por lo menos adornar la película con escenas impactantes de viajes al pasado o al futuro a través de los agujeros negros o algo así.