No sé qué es. La preciosa Scarlett Johansson, el carismático Bill Murray o la genial Sofia Coppola, pero como bien reza el título esta película tiene algo especial para mí.

Puede que sea una película sin más. Muchos la verán, y si le preguntas qué les pareció te dirán que no está mal, que se pasa un buen rato. Pero si sabes ver la cinta ves que hay mucho más que eso, hay todo un mundo interior en el fondo del film. Sofia Coppola ha sabido crear esa película que marca, que da que pensar, que no es "del montón".

La elección de los actores principales no podría ser mejor, y es que sólo necesita de dos (eso sí, grandísimos actores) y de un presupuesto supongo que pequeño, para plasmar esta historia. Scarlett y Bill no podrían haber representado mejor su papel.

Y puede que el final desagrade, o deje como a disgusto al espectador, pero reconozcámoslo, ese es uno de los mayores encantos de este film.