Andaba buscando una de esas series que desnudan el tiempo y consumen el alma, esas que quedan en la memoria y perduran al paso del tiempo.

Navegaba entre críticas y muchas de ellas me condujeron a 'Damages'. Lo primero que me llamó la atención fue ese maravilloso elenco, esa intro que rozaba la perfección y esa premisa inicial, aunque poco original, de los flashforwards.

Casi sin darme cuenta me vi viviendo en un bufete, rodeado de abogados y con las emociones a flor de piel, pensé, por un momento, que había encontrado la serie casi perfecta.

Viví con gran emoción la primera temporada, incluso la segunda. Pero hasta aquí.

En la tercera temporada vi que esa formula, que había funcionado tan bien en las anteriores temporadas, se volvía repetitiva.

Le pongo un 6 porque si hubiese sido una miniserie hubiese sido brillante, pero el problema viene cuando ya conoces exactamente que pasará, como se solucionará y los conflictos que habrá, siempre lo mismo.

Perdió ese factor sorpresa, pase de morderme las uñas en las primeras temporadas a dejarmelas crecer en las últimas.

Definitivamente no es mi serie, pero puede ser la tuya.