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Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
9
30 de mayo de 2015
42 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar nobleza obliga: "Bien por ti Pablo", y ahora explicaré porque puse una calificación alta a esta película aún cuando es un ejercicio que deja cabos sueltos en la trama. Pablo Larraín se ha atrevido a desnudar el alma segregadora, clasista y violenta que poseemos los chilenos. El mismo Pablo ha definido a los chilenos en una entrevista como: "Hijos del rigor", y que él mismo, que proviene en esencia de una clase conservadora y violenta con los que no son sus iguales (en general en Chile no hay pobres sino rotos, cumas, indios, feos y hediondos), se atreva a realizar este notable ejercicio fílmico habla de que en Chile, algo debemos estar haciendo bien, entre muchas cosas malas.
El club es una película terrible de principio a fin, con una, sólo una nota de humor negro. Estuve solo en la sala y me regodee, pero nunca me sentí tan participe de las contradicciones y del fascismo que llevamos dentro.
Cuatro sacerdotes y una monja, luego cinco y otra vez cuatro, para terminar en cinco nuevamente y la misma monja, un perro galgo y un débil mental, en la boca de mi querido pueblo de Navidad. Pablo ejerce una dirección férrea y nos direcciona a su visión propia de una vida teñida de grises y claro oscuros, como la obra de ese querido y hereje Isaac Bashevis Singer en la literatura. Ahora bien por más que diga que no hace referencia a casos reales, extrañamente todos los personajes de su Film son representativos de los casos más conocidos en que la Iglesia Católica se ha visto envuelta en Chile.
Los sacerdotes no son buenos, ninguno de nosotros lo es, son réprobos en todo (la monjita igual), y si bien poseen rasgos de humanidad, lo que es más visible es que salvo uno de ellos alienado y viejo los otros están hasta el cuello de individualismo y auto justificación.
Es un film simbólico en varios aspectos, pero nos parece estar recorriendo el infierno de Dante, y es que la Iglesia en Chile, es variopinta y ya, debido a sus errores, a nadie le importa demasiado, salvo por el morbo muy chileno, de ver despeñarse las instituciones debido a sus propios errores. Es como ir a la arena a ver como los gladiadores deshacen a unos tribunos. Pero vamos al análisis:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El club parte con una playa al amanecer donde un perro galgo es entrenado por el genialmente actuado padre Vidal (Alfredo Castro), este animal marca giros y giros en la arena, cual si todo fuera siempre una expresión de un tao donde lo que ocurrirá está dentro de un contexto de predestinación por muy horrible y duro que sea.
La casa de este Club, es un lugar de retiro y de penitencia, pero de eso no hay mucho y aunque haya horarios y se cante y se rece, Dios parece no estar por ninguna parte, pues la espiritualidad de estos sacerdotes, no es más que una figura, una apostura, que ellos mismos no entienden y que creen esta asimilada al hecho de que ellos pertenecen a la Iglesia, sin darse cuenta, de que la misma Iglesia, los tiene bien guardados y olvidados en un obscuro rincón.
No es hasta la llegada de otro sacerdote "Matías Lazcano", que va a unirse a este grupo de parias, que la iglesia les recuerda, pero sólo debido al suicidio de este último, más tarde se verá que este suicidio sólo precipitó los acontecimientos. El suicidio ha llamado la atención a venido a irrumpir el destierro y mostrarnos con quien realmente estamos tratando. Un joven a seguido a Matías Lazcano, uno de sus ex niños y el cuadro está armado, ya nada será lo mismo. La verdad incomoda, se esconde, se justifica, adormece con discursos bellos pero francamente egoístas. Una condición humana donde los animales son los únicos que no violentan, que asumen incólumes la realidad de la brutal existencia.
El ejercicio de Pablo Larraín es bello pero terrible, muy superior a "El bosque de Karadima", en lo que nos puede revelar de nosotros mismos ¡Pero cuidado! Aquí no hay inocentes, todos son violentos en alguna medida, y en este sentido se justifica la existencia de una breve historia paralela de unos surfistas, que representan el mundo que esperamos, Pablo, haya dejado atrás.

Robert Vettiger
1 de junio de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A ver, a ver ¿Por donde empiezo? Durante los últimos treinta años me he dedicado al cine como un hobby, he leído cuanto libro de estética, y por supuesto cine, que he logrado conseguir, sin embargo, los años me han enseñado sólo una cosa con respecto a esta técnica artística, y esta es, que el cine es una paleta donde hay muchos implicados, y que un guión puede ser extraordinario, pero puede fallar la dirección actoral, o la dirección artística, y muchos otros "o", y a veces resulta que estas paletas se compaginan en un orden bastante aceptable, este caso: "El bosque de Karadima", es un reflejo intermedio de este acto de realización conjunta, porque si bien Matías, logra componer un relato hilvanado de sucesos, con una buena dirección actoral, no es menos cierto, que hay algo insoluble aún, pues se puede contar la historia de un caso de abuso sexual por parte de un religioso, un caso que en Chile fue y es todavía muy medíatico, tratar de iluminar los puntos de vista de victimario y victima, incluso representar la psique de un abusador, pero sin caer en las concesiones, y he aquí que son estas concesiones, estas licencias las que detonan a lo largo de todo el film ¿A que concesiones me refiero? Si intentamos analizar la película es claro que los personajes no son del todo redondos, son más bien oblicuos. Hay negro y blanco y no esa media tinta, con la cual nos podemos identificar y entrar de lleno en la historia. Todo ser humano, inclusive en estos escabrosos casos, tiene una fuente de obscuridad y otra de redención a la cual se ve expuesto, una y otra vez, pudiendo tomarla o dejarla. El relato de los hechos tiene una forma judicial (De hecho Matías se hizo con las declaraciones del proceso), que le quita fuerza al relato. Quizás la victima, obviamente herida, furiosa y molesta, no da pabilo a esa garantía de humanizar a su victimario de encontrar la fuente de la caída y no el resultado odioso de su corrupción y no estoy defendiendo a Karadima, muy por el contrario. Somos una sociedad escandalosamente temerosa y débil, por eso nos deleitamos en la caída de los poderosos, pero ni por un momento atisbamos, que ese mal inserto en la sociedad, sea de tipo abuso sexual o el ahora conocido esquema de corrupción, nace de nuestra inmadurez, del hecho comprobable, de que otorgamos a otros el poder sobre nuestras vidas, llamándoles, padres, pastores, excelencias y un montón de títulos más, que no son dados por el respeto que nos ganamos en los otros sino por el poder. Si Matías nos hubiera regalado cinco minutos de como Karadima se convierte en el monstruo, avido de dinero, deseo y poder que nos presenta el film, yo se lo hubiera agradecido. Porque esos pobres muchachos fueron victimas de un mal que se había enraizado mucho antes y al cual se le pudo poner freno, pues yo mismo he escuchado en las ordenaciones sacerdotales, al Obispo preguntar: "Y ....Fulanito de tal.....¿Es digno?
En síntesis, un momento horrible para los que lo sufrieron, años horribles debería escribir, y un personaje muy bien interpretado, pero faltó la cuota de ese absurdo que nos hace entrañable las buenas películas, cuando salimos de la sala sin emitir palabra y rumiando con nuestros propios terrores.
13 de enero de 2015 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta un ejercicio extraño escribir sobre este film, sobre el que ya se ha derramado bastante tinta (sobretodo en ingles). Para mí resulta un ejercicio de humildad hablar de este mi film preferido, el cual suelo ver cada vez que tengo oportunidad y la serenidad suficiente para entrar en dialogo con él. Y no, esto último no es una rareza, ni un esfuerzo intelectual, lo digo de una forma en extremo seria Bae Yong-Kyun, es de hecho un artista plástico metido a cineasta y eso se nota sin ser antojadizo.
Ocho largos años demoró la creación de esta obra maestra, que para muchos es el reflejo de la propia experiencia personal con el Zazén del autor. Algunos críticos han señalado que la obra gira en torno a la obra zen de Kokuan: " La búsqueda de los diez toros"
La cinta comienza con ruido, un semáforo intermitente de un guarda cruces ferroviario y un joven de rostro entristecido en el plano inferior central del encuadre se trata de Kibong, uno de los tres protagonistas principales y sin lugar a dudas el más atormentado, pues como intentaré demostrar los otros dos personajes, el maestro zen Heygok y el pequeño niño monje Haejin están desde el comienzo de la historia más allá del mundanal ruido, más allá de la categoría y la individualidad.
En breves planos descubriremos que las reacciones de estos dos últimos personajes son naturales, no forzadas, no ancladas y por más que poseen un pasado escrito en el tiempo, lo trascienden cada uno a su forma; Heygok como un Bodhisatva de férrea virtud y el pequeño Haejin (un huérfano que acogió (rescató) el maestro) creciendo naturalmente unido con la naturaleza.
Ruido de motores de poca cilindrada un ferrocarril urbano que pasa y Kibong con la mirada perdida cual muchos jóvenes en nuestras tumultosas ciudades, luego el plano cambia una voz aventajada resuena en un plano de un pórtico de madera y papel de un templo alejado del barullo anterior Haejin......Haejin.....la voz se cuela, desgarra con ternura y nos invita a seguirla junto a la camara que nos abre paso a un plano del patio del templo, escalinatas, etc. Es entonces cuando conocemos al maestro mientras pasa las hojas del sutra y le recita con voz fuerte: "NO HAY PRINCIPIO NI FIN. NO HAY NINGUNA SUBTANCIA INMUTABLE. LAS COSAS NI NACEN NI MUEREN..." Cual si esta verdad debiera ser conocida hasta por los ruidos muros del templo, el vacío del patio y los árboles y arbustos, incluso nosotros si estamos atentos veremos que el viejo maestro nos ha entregado una profunda lección que la cámara, más pedagógica nos refuerza con la escena de un sapo terrestre caminando lentamente por el patio.
Así comienza a ordenarse el film en una dinámica doble: sabiduría sentido simpleza/ ausencia lucha complejidad. Las escenas van una y otra vez desmontando las falacias en nuestra mente, incluso el ritmo de los tiempos y los raccontos no tienen nada que nos pueda hacer aferrarnos a una certeza absoluta. Acción ocurre, recuerdo ocurre, motivación ocurre, resultado ocurre.
Haejin es la primera muestra de esta falsa dicotomía, pues lo que parece ser un camino (en todos los personajes) doble, entre una cosa y otra, resulta ser una vez llegado el final un sólo sentido, un sólo camino, un sólo......Donde nuestra mente ruidosa juega el film intenta representarnos a las cosas tal cual son. Lo explicaré: 1. Haejin, curioso como niño tal cual es mientras se baña en un pequeño estanque de montaña cercano al monasterio en el que vive junto a Heygok, ve llamada su atención por una pareja de grajos que pelean sobre una roca. Impulsivamente alza una roca desde el estanque donde se baña y se acerca lentamente para arrojar el proyectil sobre los grajos uno de estos es alcanzado por la piedra y cae al agua herido, aleteando y graznando. Haejin corre por su presa, la curiosidad, el ímpetu, el instante están en él bullentes, le toma, le observa mientras trata de evitar los picotazos y decide llevarlo al monasterio como si el grajo fuera el trofeo del pequeño huérfano, nada más normal para un chico de su edad, sin embargo su acto tendrá consecuencias y le llevará a crecer una y otra vez, pues el grajo sobreviviente estará desde ese instante a la espera graznando desde las ramas, siguiendo a Haejin. La acción de herir al ave también generará una doble corriente, el ave herida llevada al monasterio morirá con el subsecuente descubrimiento del pequeño huérfano de la fragilidad de la vida y lo inutil de su acto, pero no sólo esto, pues Haejin deberá descubrir por si sólo que los actos tienen consecuencias. El mismo vivirá un brutal intento de ahogamiento por un grupo de muchachos (notable escena filmada en cámara lenta) así como una caída en el arroyo en donde esta a punto de perder su vida hasta que deja de esforzarse por nadar y se deja flotar y ser llevado por la corriente. Haejin deberá madurar entre preguntas a los adultos...muy pocas y el efecto de estos en su forma de mirar el mundo. Haejin crece poco a poco desde el descubrimiento irreflexivo del mundo hasta la plena responsabilidad y el contentamiento con su rol en el mundo.
2. El caso de Kibong es distinto el ha vivido en el mundo, él no ha tenido como maestra a la naturaleza y a la paz sino los burdos recovecos de una barriada coreana en donde se le muestra sufriendo por la perdida de su madre, la pobreza, la visión atormentadora de sus responsabilidades dejadas atrás para convertirse en monje y encontrar la iluminación. Son estos escapes, estas fugas las que determinan los movimientos del monje Kibong quién se aferra al pasado, quién busca con una mano aferrada en el dharma y con la pies arrastrando su propia miseria existencial, pues al fin Kibong no es una vocación sino un huir desesperado del sufrimiento, cual un moderno Shiddartha (Al autor le encantaba el título de este nombre de Herman Hesse) Sus luchas y contradicciones
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
se establecen en varias partes del film: Un condiscípulo que lucha entre su decisión de volver al mundo o permanecer en lo que él cree que es estar fuera de la realidad, la conversación con el maestro de su monasterio que le envía a cuidar al viejo Hyegok enfermo por una herida producida años atrás por su celo religioso, más adelante por un confuso sentimiento ofenderá a su maestro volviendo al mundo en busqueda de dinero para medicinas y allí en un rincón de un mercado cantará el sutra del corazón hermosamente por unas monedas sin dejar de volver a su cuna y asus recuerdos para entender que su fuga no ha solucionado nada, el dolor persiste, la miseria persiste, es sólo que él no está allí para verla. Pero al final su intento de iluminación, su fuga se demostrará de una extraña forma util para si mismo y los demás y será en la última lección de Hyegok mientras el joven monje incinera sus restos donde el sutra del comienzo ya no son palabras o acentos sino realidad brutal. Hyegok ha cumplido como Bodhisatva a salvado la visión errónea de su discípulo. Todo esta iluminado, todo es lo que es, la vida prosigue, es dura, pero nos queda la naturaleza, el sol, la luna, los objetos que no sientan y más allá el cielo imperturbable donde se dispersan las cenizas y el humo; donde el buey ante la pira funeraria de Hyegok puede derramar una lágrima insensata sin parpadear y el niño monje puede recitar los sutras como lo hizo anteriormente su maestro, y es que nos vamos con la muerte pero con la vida que continua por testigo de nuestro pasar.
3. Hyegok muchas veces es desestimado en los análisis y no faltan críticas de cine que echan en falta su compasión. Nada más lejos de la realidad pues la compasión de Hyegok es profunda: recoge a un pobre huérfano de dos años al que nadie quería , intenta salvar a Kibong de un torrente hacia el final del metraje, siempre está implicado en la educación de sus discípulos como un padre excelente que genera el espacio para los verdaderos aprendizajes sin dar respuestas fáciles, sobre caminos recorridos.
Al final el grajo vuela y el símbolo de las zapatillas blancas, que son signo de esos seres especiales que caminan sin correr para alcanzar sus metas, permanecen. Por favor téngase atención sobre este punto, pero cuidado sólo sirve para introducirnos en el camino, no para escribir sobre él.
Con referencia a la fotografía, simplemente disfrútela, pues al igual que los actores de este film, que no eran actores, la naturaleza no es actor, ni belleza, es lo que es.
Unity
Documental
Estados Unidos2014
6,5
38
Documental
5
26 de agosto de 2015
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los seres humanos se destrozan a mordiscos, generamos sufrimiento animal, desigualdad, violencia, intolerancia y muchas muchas desgracias más...pero cuidado, problemas de larga data no tienen soluciones fáciles, ni aunque una monsarga de estrellas rutilantes nos hagan parecer que es lo correcto y que estábamos ciegos...sólo puedo suspirar con cansancio, cuando intentan venderme una fórmula mágica de haz esto y obtendrás esto otro...y es que Unity, es como aquellos falsos médicos del medio oeste a principios del siglo XX vendiendo tónicos que curaban desde las cataratas hasta la caída del cabello. No, no hay respuestas fáciles, ni activismos desde la otra orilla, porque no se trata de la actitud frente a nuestras diferencias, sino de las causas fundamentales que nos hacen ser lo que somos y parte de ellas: la avaricia, el apego, la diferencia de opiniones incluso la violencia defensiva han tenido un lugar en nuestra historia y aunque parezca paradójico han sido esos conflictos los que nos han llevado al lugar en que están muchos países desarollados....por muy malo y terrible que parezca; por otro lado, en la historia humana, las utopías por más estrellas de cine que clamen por ellas, terminan siempre dando con un muro...porque no se trata de formulas simples, sino de un largo devenir, de ahondar en nosotros mismo...Sí, incluso en nuestras obscuridades para ver las cosas tal cual son.

Robert Vettiger.
Liberami
Documental
Italia2016
6,2
174
Documental
8
15 de agosto de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi país Liberami; Aka: Deliver us, aka: Libera Nos, pasó por SANFIC (Festival de Cine de Santiago), con poco o ningún revuelo, de hecho, no me enteré hasta tres meses después de su exhibición. Debí recurrir a comprar el Blue Ray, con el fin de entregarme al análisis de un tema que desde mi niñez ha atrapado mi atención, y, debo declarar con la más absoluta humildad, que este interés proviene de mi extraña falta de temor a la posesión como fenómeno más allá de la esfera de lo propiamente psico o neuropatológico. Vivir en una familia Católica, dada a visiones modernas de lo que se piensa es la "Fe"...con todo lo subjetivo que puede resultar este vocablo en nuestra lengua, genera ciertos anticuerpos ante las visiones más bucólicas o pretéritas sobre la fuente de nuestros humanos padeceres. Siempre me causó más terror ver Nattvardsgästern de Bergman que cualquier exorcista, cosa extraterrestre, ente u otra de las mil denominaciones más. Llegados a este punto debo confesarlo: ¡ME DAN MÁS MIEDO LOS AUTODENOMINADOS SERES HUMANOS!, Quizás por eso una vez llegado el famoso Blue Ray, no pude dejar de ver el documental, una y otra vez durante los siguientes cuatro días. Hace poco lo he apagado por fin después de cinco funciones totales. Justamente es debido a mi confesión previa por lo cual su visualización me ha resultado profundamente aterradora. Ver una y otra vez, a esas personas en una perpetua peregrinación, algunas veces en busca de atención otras de sentido ante ese vacío existencial al que nos arroja a muchos la modernidad termina por revelarse como algo tan cotidiano y coherente como un noticiario de media mañana. El lamento desesperado de esos seres en busca de alguna acogida humana a su sufrimiento es sobrecogedor, hay veces que enternece, otras irrita, pero sin lugar a dudas la cámara de Greta y Carlo, nos acorta la distancia, nos permite introducir nuestra empatía, o la falta de esta, en medio del encuadre. Federica habla en variadas entrevistas de que su idea inicial versaba sobre un documental sobre las adicciones en el mundo moderno; y que más adictivo, más necesario que el contacto humano, que la necesaria búsqueda de comprensión por los medios que sea. El grito más desgarrador de este notable documental de ritmo preciso y acompasado es el silencio de las víctimas en las salas de espera, en las misas de liberación de corte carismático y por sobre estos el silencio notable ya casi al final del documental del notable pero machista padre franciscano Cataldo Migliazzo: Acogedor, violento, fanático y tolerante, cansado pero nunca apático, sensible pero con un tinte de vanidad que todo ser humano posee sobretodo si tiene pretensiones celestes.
Hay escenas, miradas, gestos, y a veces, sólo a veces, me parece al dejar mi propia sala y caminar para reflexionar sobre este documental que el mundo entero está poseído de aburrimiento y ansiedad, y que en el film los curas parecían a veces las víctimas de esa demanda modernísima.
Qué simple sería la vida si el mal se encarnara en no poder rezar, en que una muchacha se vista de forma poco decorosa, en que un joven no pueda ni quiera dejar de drogarse, en ser ateo e inconsecuente, en estar un poco chiflado y encontrar un .lugar donde dar rienda suelta a nuestras sombras, en poder gritar por infidelidades y algunas cosas más y luego volver al mundo e intentar continuar. Pero hay males más hondos y más profundos. Y mientras satanás corte la leche, se esconda en un peluche, o en la riqueza de un palacete siciliano, no queda otra cosa que aterrarse ante desgracias y tragedias más hondas provocadas por nuestra siempre pendiente humanidad. Y entonces pienso sonriéndome: "Padre Cataldo Ora Pro Nobis".
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