Hechos, y datos encima de la mesa. Más de 300 asesinatos de ETA sin resolver, sin juicios, y las víctimas olvidadas y sin justicia.
Estos son los materiales con los que Iñaki Arteta construye este documental, donde no hay odio, ni revanchismo, ni intentos de echar la culpa a nadie.
Sólo testimonios, y la investigación concienzuda de un periodista buscando los casos de esas más de 300 víctimas e intentando saber qué ha pasado para que se queden en el olvido.
Sé que es más cómodo mirar para otro lado, y creernos lo que nos cuentan los grandes medios, pero al otro lado hay una realidad que no nos quieren enseñar, ya que no tendría sentido creernos el rollo ese de que "ETA ha sido vencida por el estado de derecho".
Muy recomendable, y necesaria.

Me gustó mucho la película. La interpretación de Óscar Martínez es soberbia, pero la de los actores secundarios es para quitarse el sombrero también.
El personaje principal, el cuál está presente en todo el metraje, nos muestra cómo todo un premio Nobel de Literatura, endiosado, egoísta, y que rechaza todo tipo de eventos e invitaciones por todo el mundo, decide volver a su pueblo natal, el que le ha dado la fama a través de sus libros, para recibir un reconocimiento, y toca "tierra firme" y se encuentra con algo que no esperaba. La transformación del personaje desde la cumbre del éxito, en España, hasta su terruño de la infancia en la Argentina profunda, con lo que se va a encontrar, es lo más destacable de la interpretación de este grandísimo actor.
La película tiene momentos hilarantes, a la vez que nos muestra el lado más egoísta de las personas.

Aburrida hasta la extenuación. Actores patéticos. Sólo se salva un poco por la aparición de Benigni, que habla más alto y te despierta.
No interesa nada de lo que les pasa a los personajes, las situaciones son increíbles, y no hacen ni gracia.
En fin, no sé por que se sobrevalora a Jim Jarmush de esa manera.