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Críticas ordenadas por utilidad
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5,8
16.649
7
23 de mayo de 2006
23 de mayo de 2006
36 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película que empezó siendo una muestra de espléndido erotismo, se convierte al final en una historia policiaca más de intriga, muerte y violencia, muy al estilo americano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No cabe duda de que hay actrices que con el tiempo adquieren un sex appeal especial, de modo que con su sola presencia, llenan la pantalla. Es el caso de Diane Lane, quien entrada en los cuarenta y tantos, da lecciones de elegante sensualidad, provocación y belleza a cualquier mujer joven. Tal estampa de mujer, unida a una exquisita banda sonora y una eficaz entrada ambiental, adquieren toque de maestría conforme avanza la atrayente historia que surge, inopinadamente, entre esta mujer, casada y con un hijo más tonto que simpático, y un joven librero, sofisticado y libre por condición y circunstancia. Pero esta línea impecable se quiebra a partir del momento en que el esposo de ella, Richard Gere, descubre la infedelidad y decide ir al encuentro con su adversario. En una plática entre surrealista y cómica, mata por el efecto del alcohol a su rival. A partir de ese momento, el atinado deslizamiento erótico que ha tenido la película hasta ahí, se torna en un insufrible hato de inverosimilitudes y equívocos por parte del guionista, Claude Chabrol, hasta el final de la película. El manejo psicológico de los personajes se va diluyendo hasta convertirlos en seres anodinos y acomadaticios. ¿Por qué el cine americano no podrá entender que la vida, para tornarse interesante o digna de contarse, no necesariamente debe terminar con hechos de sangre o muerte? Es una lástima, iba tan bien la película...

7,7
24.641
9
11 de septiembre de 2006
11 de septiembre de 2006
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Papillón trasciende la semiótica meramente visual para constituirse en metáfora y en símbolo. Y es que los signos, de naturaleza explícita, tales como las escenas de muerte, de hambre, de violencia, en fin de encierro, son sólo los detonadores de una pulsión fantástica mucho mayor: el aprecio de la libertad, y su inversión, el perder la oportunidad de vivir.
Si es posible que el espectador conserve la significación entrañable de Papillón más allá de la intriga, se debe en mi opinión al diseño artístico de algunas escenas y episodios que representan el valor de la libertad. Una de ellas es justamente la que nos hace comprender el apódo del protagonista, pues los presos han sido llevados por sus custodios a cazar mariposas (papillons), con lo cual la película recrea metafóricamente el drama del hombre en un mundo que está construido sobre la base de la represión y el interés del dinero. El mal y corrupto sistema de justicia hace las veces de los presos con las mariposas: toman con sus dedos las alas de sus criaturas y las introducen en una botella, para que puedan éstas y éstos ver el mundo que ha quedado afuera y han perdido definitivamente. Lo mismo habría que considerar en el episodio en que Papillón al intentar huir va a dar a una semisalvaje Honduras, donde el personaje convive con los nativos en un beatus ille fascinante, hasta que decide Papillón volver al mundo civilizado donde nuevamente es aprehendido.
Me parece, en resumen, que ésta es la clave de la orientación imaginaria de la cinta y, por lo tanto, de su concepción artística. Véase entonces la película no como un mero drama carcelario o una saga de acción, sino como una metáfora de varias dicotomías: civilización vs. barbarie, ley vs. justicia, interés vs. amistad. Todo ello enclavado en la privación de un derecho fundamental del ser humano, y también de una conquista: la libertad.
Si es posible que el espectador conserve la significación entrañable de Papillón más allá de la intriga, se debe en mi opinión al diseño artístico de algunas escenas y episodios que representan el valor de la libertad. Una de ellas es justamente la que nos hace comprender el apódo del protagonista, pues los presos han sido llevados por sus custodios a cazar mariposas (papillons), con lo cual la película recrea metafóricamente el drama del hombre en un mundo que está construido sobre la base de la represión y el interés del dinero. El mal y corrupto sistema de justicia hace las veces de los presos con las mariposas: toman con sus dedos las alas de sus criaturas y las introducen en una botella, para que puedan éstas y éstos ver el mundo que ha quedado afuera y han perdido definitivamente. Lo mismo habría que considerar en el episodio en que Papillón al intentar huir va a dar a una semisalvaje Honduras, donde el personaje convive con los nativos en un beatus ille fascinante, hasta que decide Papillón volver al mundo civilizado donde nuevamente es aprehendido.
Me parece, en resumen, que ésta es la clave de la orientación imaginaria de la cinta y, por lo tanto, de su concepción artística. Véase entonces la película no como un mero drama carcelario o una saga de acción, sino como una metáfora de varias dicotomías: civilización vs. barbarie, ley vs. justicia, interés vs. amistad. Todo ello enclavado en la privación de un derecho fundamental del ser humano, y también de una conquista: la libertad.

5,9
181
7
25 de julio de 2006
25 de julio de 2006
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El amor y el sexo en los adultos mayores es por sí mismo un tema interesante y revelador como disparador de sentido en esta película que, no obstante, desemboca en una serie de desatinos e inverosimilitudes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No es difícil aceptar que una mujer y un hombre heptagenarios cultiven todavía la atracción sexual; sin embargo, la idea que eso pueda darse en dos personas que viven en el mismo lugar y que sólo después de cincuenta años decidan retomar un viejo romance, resulta poco creíble. Si bien, Julia Blake encarna a una anciana atrayente y decidida, por momentos parece jugar más a la niña caprichosa y libertina que a la mujer enamorada. Además, un final abrupto e irrisorio termina por perder la historia: ¿que no era él el que se iba a morir? En ese sentido, me convence más el amor y la pasión de Noah, interpretado por James Garner en The notebook. Ahí la pasión y el amor no se confunden, cada uno lo viven los personajes en su momento.
Otro error, la voz en off de Claire (Julia Blake) como colofón justificando su proceder bajo la insistencia de que lo de ella fue amor por partida doble, hacia su esposo y hacia su amante. Vaya caso. Esa sí que fue una canita al aire.
Otro error, la voz en off de Claire (Julia Blake) como colofón justificando su proceder bajo la insistencia de que lo de ella fue amor por partida doble, hacia su esposo y hacia su amante. Vaya caso. Esa sí que fue una canita al aire.

7,7
11.921
8
13 de septiembre de 2006
13 de septiembre de 2006
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El rostro siempre sereno y la violencia sutil de Shane (Alan Ladd) repercuten favorablemente en la atmósfera misteriosa de la historia y en el halo, ciertamente, desconocido del protagonista. El origen indeterminado, la aventura sin destino, el desarraigo de Shane son el contrapunto ideológico de una sociedad profundamente sumida en sus raíces, y nunca dispuesta a ceder. La configuración del personaje forastero, que influye con su silencio prudente y su claro sentido del bien común, cimbran el ánimo apesadumbrado y miserable de un pueblo perdido de Alabama en el siglo XIX. La añoranza de la vida sencilla del campo, los colores encendidos que evoca la pantalla en el horizonte espejado en el lago y las montañas nevadas, contribuyen al decoro retórico de la ensoñación de una identidad nacional americana que se sabe triunfante en el marco de la postguerra en 1953. Véase texto y contexto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Comparto con algunos comentaristas el acierto de la película en cuanto a la integración de los instintos animales en el marco de las acciones de la película. Quizá debilita el desarrollo de la trama la aparición de personajes arrepentidos, sin causa aparente, y el manejo de la última escena en que el niño persigue a Shane hasta la cantina donde éste cobrará la muerte de los granjeros y denfenderá la vida de Starret. Creo que es inverosímil la escena, pues Shane se dirige al pueblo en caballo, mientras que el niño lo hace a pie. Sabemos que al final es éste último quien ayuda a Shane a salvar la vida, pero es de considerar que sería más efectivo para el espectador si el párvulo apareciera de manera súbita e inesperada. En fin, problemas en el manejo del contenido evenemencial.

7,0
7.554
8
24 de julio de 2006
24 de julio de 2006
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez que los sentidos están instalados en ese azul del mar Egeo, en un isla edénica olvidada por el mundo en conflicto y en que los hombres practican el más sublime comunismo primitivo, la guerra, las jerarquías del poder se desvanecen y el deseo de control se vuelve tan absurdo que sólo se puede volver irónico el querer practicarlos. En esa isla inventada por una imaginación pacifista, un puñado de desorientados mílites italianos descubren un lugar en que sólo viven seres indefensos: niños, mujeres y ancianos, ah, y una prostituta de buena ley. El tema del amor implicado en el rígido lenguaje militar y en las vanas costumbres de soldados sin oficio, sólo fue practicado antes con singular maestría en la novela de Mario Vargas Llosa, Pantaleón y las visitadoras, sólo que en Mediterráneo cabe la posibilidad de ser feliz, por amor, por deseo y por el descubrimiento de la verdadera libertad. Bien por Gabriele Salvatores; sobresalientes Diego Abatantuono y Giuseppe Cerdeña.
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