Conturbado como muchos después del visionado.

Más allá de las virtudes narrativas y técnicas, tiene la capacidad que toda obra de arte contemporánea busca: retratar con precisión el presente más inmediato y servir de confrontación intelectual para repensar el mundo.

El abandono institucional y cómo la precariedad del mundo moderno dificultan que la familia acompañe a esta época de la vida. Porque pese a la responsabilidad ( como dicen, "pudimos haber hecho más"), queda claro cómo ese mundo moderno se confabula para ponérselo a los padres difícil.

Nadie está mirando. Los primeros, los representantes sociales: espero que dentro de muchos años se mire al pasado y la sociedad alucine con que pudieras abrirte un perfil en una red social sin DNI y sin ser mayor de edad, igual que ahora alucinamos con que en su día se pudiera fumar en un hospital. Porque es una auténtica locura. Lástima que apenas se hable de esto.

Veremos hacia dónde vamos.